Discursos sobre la salud, remedios para la salud

Dr. Marc Boillat Sartorio
Diplomado Medicina y psicoterapeuta
Sport Coach
drboillat.sci@gmail.com
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Partes precedentes de esta serie de artículos:
– EL BUDOKA 2.0 nº 37 (1ª pte. Discursos sobre la salud, remedios para la salud)
– EL BUDOKA 2.0 nº 38 (2ª pte. El principio de la acumulación)
– EL BUDOKA 2.0 nº 41 (3ª pte. El metabolismo)
– EL BUDOKA 2.0 nº 42 (4ª pte. El movimiento)
– EL BUDOKA 2.0 nº 43 (5ª pte. La respiración)
– EL BUDOKA 2.0 nº 44 (6ª pte. La respiración 2ª pte)
– EL BUDOKA 2.0 nº 45 (7ª pte. Alimentación)
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PARTE FINAL: ALIMENTACIÓN
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El tipo de grupo sanguíneo indica muchas cosas, de entre las cuales se puede deducir el tipo de alimentación que conviene para que la salud se mantenga y la inmunidad se refuerce. Estas directrices están inscritas en el ADN de cada cual. Como sabemos, los grupos se desarrollaron a lo largo de la evolución humana y se basan en la adaptación de la especie al entorno con el fin de sobrevivir, reproducirse y pasar los mejores genes a la posteridad. Los que no se adaptaban eran eliminados y los sujetos débiles tenían escasa esperanza. Si ahora, usted querido lector, me puede leer, quiere decir que su linaje ha logrado permanecer adaptándose hasta ahora desde los tiempos primordiales.
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Pese a esto, nuestro entorno se ha artificializado a tal punto que el organismo halla difícil adaptarse, especialmente en esta época de transición desde lo industrial hacia lo tecnológico-informático. Por ello aparecen incesantemente nuevas y terribles condiciones patológicas o variaciones de las anteriores. Según el Dr. Piero Mozzi la causa principal está en la alimentación.
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Es verdad que estamos expuestos diariamente a agresores invisibles y poderosos que minan a nuestra salud tales como radiaciones, campos magnéticos, sedentarismos, falta de oxigenación, tóxicos, estrés debido a estilos de vida absurdos e innecesarios (el estrés prolongado puede causar una peligrosa situación patológica llamada “estrés adrenal exhaustivo”). Sin embargo estos agresores pueden ser contenidos y neutralizados en cierta medida, mientras que la alimentación inadecuada representa un ataque constante y voluntariamente realizado, lo que impide que el organismo pueda descansar, recuperarse y repararse. Por ello enterarse de la importancia de la nutrición es tan fundamental, para poder devolver al cuerpo su capacidad de compensar las demandas nocivas del ambiente y auto-repararse.
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Halagamos los progresos de la medicina y de la bondad de nuestro estilo de vida moderno. En esta valoración nos basamos, fundamentalmente, en la comodidad. Tenemos calefacción, buen cobijo, coches tecnológicos, cierta seguridad, etcétera, y también una disponibilidad casi ilimitada de alimentos. La expectativa de vida ha subido mucho. Superficialmente, las cosas parecen así, pero Mozzi sugiere que nos pongamos preguntas más pertinentes. En primer lugar, notamos que los longevos son los individuos nacidos hasta los años 60. Acerca de la longevidad de las siguientes generaciones estará por ver, ya que los índices de calidad de salud entre los jóvenes no prometen mucho. El Dr. Mozzi relaciona a esta reflexión con la aparición de dos factores patógenos, curiosamente aparecidos después de los 60: la ilimitada disponibilidad de comida y la producción industrial de la misma.
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Gluten añadido en galletas de bebés, leche específica para bebés, falta constante de movimiento, automatización y tecnología incluso para realizar acciones sencillas –lo que limita más aún el ejercicio físico especialmente en los más jóvenes– son factores a tener en cuenta en las proyecciones futuras.
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Como todos estos factores no los percibimos en acción sobre nuestro cuerpo, tendemos a minimizarlos o a no creerlos, como si fuera una cuestión de fe, cuando en realidad se trata de física y química fisiológica.
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En 50-60 años el organismo humano no puede haberse adaptado al estrago químico que se perpetra a daño de su sistema digestivo. Las toxinas que introducimos saboreando esas comidas cada vez más repletas de gusto y de agentes extraños a lo que el cuerpo necesita, ponen a la inmunidad en serio estrés y al final, tras años de indulgencia paladar, ella cede.
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Generacionalmente hablando, vemos que las enfermedades auto-inmunes y las idiopáticas aparecen cada vez más en temprana edad: diabetes, asma, alergias, tumores, problemas renales y cardiovasculares incluso en niños muy pequeños, sin hablar del devastador autismo, una condición misteriosa que aumenta vertiginosamente, deberían hacernos dirigir la mirada hacia el único factor que no está estudiado. La alimentación de los padres es de sospechar, pero mientras las campañas contra el tabaco son actualizadas y feroces, acerca de la comida no hay investigaciones suficientes y las que hay son a menudo ignoradas. Fumar es una acto antinatural, comer es una acción natural. Puede que esta sea una de las razones por las que no se estudia el cómo comemos.
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Las comidas preparadas contienen cantidades de ingredientes que no son necesarios para la receta que llevan escritas en la etiqueta. Estos ingredientes son moléculas que el organismo no necesita ni pide, pero de las que tendrá que encargarse. Ciertamente es más cómodo poner a una bandeja de plástico en el microondas con una comida sabrosa preparada, que cocinar conscientes de lo que iremos introduciendo en nuestro cuerpo. Pero, ¿qué sucederá con esas sustancias añadidas una vez dentro del organismo por muchas horas? Y ¿qué pasará alimentando al cuerpo de dicha manera durante años? ¿A caso el cuerpo se adaptará sin consecuencias? La adaptación es un proceso muy largo, generacional, que antes de que se cumpla se habrá llevado a cantidad de individuos que no pudieron sustentar el ritmo de agresiones que se causaban…


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