Entrevista a Thomas Cantegrit

“La naturaleza suave y frágil de la vida conlleva una potente fuerza”

 

Por Francisco J. Soriano
Centro Kan Li
www.centrokanli.com

 

El maestro Thomas Cantegrit imparte clases en París y conjuga su entrenamiento y práctica marcial con el estudio y práctica de la medicina tradicional china.
Su comprensión del arte está avalada por años de práctica bajo la tutela de importantes maestros marciales, tanto chinos como occidentales, en Karate, Shaolin Quan, boxeo americano, boxeo tailandés, San Da, Aikido, Tai Ji Quan y Tong Bei Quan.
Este conjunto de entrenamientos fue integrándose paulatinamente en sus rutinas diarias dando cuerpo a la visión integral que caracteriza su práctica. En el año 2003 toma contacto con la Maestra Wang Yang y con su padre el Maestro Wang Bo. Viendo en ellos la materialización definitiva directa e inequívoca de su búsqueda, decide abandonar todas las prácticas mantenidas hasta ese momento, a las que consideró una introducción a la práctica verdadera, y se dedica definitivamente al estudio de la práctica marcial de la familia Wang.
Ha impartido diversos cursos en nuestro país y participa a nivel docente en la formación dirigida por la maestra Wang Yang en España.

Nos gustaría comenzar esta entrevista con una pregunta directa que tiene mucho que ver con el trabajo marcial que usted realiza. ¿Qué significa Rou Hua?
Traducido literalmente, Rou significa «suave» y Hua «transformación». El concepto nos llega desde la más temprana tradición taoísta y la observación de la transformación natural del Yin y del Yang. De esta observación deviene que lo rígido y duro acaban agotando la energía vital, mientras que la aceptación de la naturaleza suave y frágil de la vida conlleva una potente fuerza.
La aplicación de este concepto en las artes marciales chinas denominadas internas, se refiere al uso de la fuerza del oponente en vez de oponernos a él utilizando la propia fuerza. Vencer desde la no oposición en vez de vencer oponiendo una resistencia. También en las artes marciales japonesas del Judo y el Aikido existe este concepto (Ju en japonés es el mismo ideograma que Rou en chino).

En los estilos internos se suele hacer mucho hincapié en la necesidad de aplicar las técnicas con suavidad, pero ¿es necesario entrenar también la fuerza y la dureza en estos sistemas?Esta es una buena pregunta porque creo que sobre este tema hay muchos malentendidos. Que la reacción frente a los cambios exteriores tenga que ser suave no entra en contradicción con el hecho de que uno necesite su fuerza. El agua conserva plenamente su capacidad de fluidez aunque en una ola de diez metros podamos observar una enorme fuerza.
En el ámbito del entrenamiento marcial es necesario tener la capacidad de recibir y dar golpes, de caer y de mover el cuerpo sin pesadez si uno quiere transformar suavemente sin romperse. La condición física general es una parte importante del entrenamiento, pero el propósito es encontrar una armonía coherente entre la fuerza y la pura elasticidad, fisiológica, consiguiendo que ambas se transformen en un movimiento fluido. Así que diría que hay que desarrollar la fuerza física teniendo cuidado de que ésta no se convierta finalmente en un tipo de rigidez que comprometa la fluidez de los cambios.
Si uno es capaz de absorber bien la fuerza del oponente se dice que cien gramos de fuerza pueden vencer a una fuerza de 1000 kilos, que cada uno haga el cálculo de lo que podría mover utilizando este concepto al aplicar su propia fuerza. En una situación de supervivencia, en el momento de contraatacar, cuando la transformación ya se ha realizado, hay que entrar con toda la fuerza para acabar con la contienda inmediatamente.

En la actualidad, muchos métodos internos como el Taijiquan se han volcado en promover su apariencia profiláctica y el enfoque de práctica para la mejora de la salud. ¿Cualquier persona puede abordar esta práctica o es sólo para los interesados en la práctica marcial exclusivamente?En la cultura china ambas cosas no están separadas. La frontera entre filosofía, medicina, arte o combate no está claramente diferenciada, más bien podríamos decir que hay un hilo común que las conecta y que este hilo es el estudio y comprensión común del Qi.
Si algunos están interesados en practicar Taijiquan centrándose en su aspecto filosófico o energético para hallar los beneficios que esta práctica conlleva para la salud, es posible. También pueden acudir a otros métodos de Yang Shen como el Wu Xin Qi (Juego de cinco animales), el auto masaje, etc.
Pero es cierto que el que quiere entender de forma global este arte tiene que abordar también el estudio de los aspectos puramente marciales ya que ese es su verdadero origen.

En la práctica interna de la familia Wang aparecen varios estilos internos, Nei Jia, Yang Taijiquan, Chen Taijiquan, Bagua. ¿Es el concepto de la transformación suave común a todos estos sistemas?El maestro Wang Bo ha superado las barreras que separan estos estilos. Para él, dentro de la práctica uno tiene que buscar la máxima aplicación de los conceptos naturales y no encerrarse en una técnica en concreto. Al citar los conceptos naturales me refiero a la transformación perpetua del Yin y del Yang dentro de la unidad del Taiji. De esta forma, la comprensión interna de cada uno es su propio límite.
Hay que observar profundamente la naturaleza e intentar reproducir de manera natural su actividad, usar el movimiento de la ola o del viento, aprender de una hoja cayendo de un árbol o dejarse llevar por la corriente río abajo, esto es en realidad lo que une a estos estilos.

¿Cree que este tipo de prácticas lograrán sobrevivir a la potente publicidad que se hace desde todos los entornos mediáticos del Taijiquan como una forma aproximada de terapia o método de relajación?Creo que no estamos realmente apreciando la riqueza de estas prácticas. Es cierto que la parte de «gimnasia para la salud» resulta interesante y aunque representa una pequeña parte del entrenamiento tradicional, ya con esto, su aplicación en el mundo actual puede aportar muchos beneficios a un determinado grupo de personas (mayores, con poca condición física o buscando mejorar su gestión del estrés, por ejemplo). Esto es muy positivo.
Pero la práctica marcial tradicional corresponde a más personas, existen muchos ejercicios que podrían servir, ayudar, y que se están perdiendo. Me refiero, por ejemplo, a la gente que está buscando una práctica intensa para canalizar su energía o su violencia, personas que quieren mejorar su condición física o desarrollar una verdadera eficacia marcial sin caer necesariamente en una práctica basada en la dominación de los demás.
El entrenamiento de combate en estos estilos a un cierto nivel, por ejemplo, permite entrenar técnicas potentes y eficaces sin dañarse y con una intensidad y una variedad próxima a una situación de combate real. Además, al trabajar con fluidez, el cuerpo se refuerza en parte por las presiones que recibe en diferentes zonas vitales. Así se combina perfectamente una práctica marcial y de salud.

Muchos sistemas se centran exclusivamente en promover la enseñanza de las formas. ¿Es preciso trabajar las formas tradicionales para comprender completamente el sentido del concepto Rou Hua?Sí y no. Las formas son de gran utilidad en muchos aspectos. Por ejemplo, sirven para entrenar solo, sin compañero, pero también sirven para desarrollar el cuerpo de manera específica, ya que favorecen la comprensión y la práctica de los conceptos. Son una compilación de las técnicas fundamentales trabajadas desde un ángulo energético que permite una aplicación en ángulos infinitos.
No obstante, como todo ejercicio, no tiene que constituir la práctica total. Respondiendo de forma simple a la pregunta, considero que es un elemento más entre otros para llegar a la comprensión de este concepto.

¿Qué porcentaje de práctica otorgaría a cada uno de los elementos del entrenamiento dentro de los estilos internos (forma, qi gong, tui shou, duilian o meditación)?Es evidente que no hay una regla absoluta en este sentido, todo depende de cada individuo, de su búsqueda, su edad, el periodo del año, etc. Sin embargo, un practicante completo debería abordar todos estos ángulos de la práctica. Lo ideal sería entrenar todos los días, por la mañana y por la tarde, aunque sólo sean 15 minutos. Trabajar su forma por lo menos tres veces a la semana. Poder entrenar tres veces con un compañero para desarrollar el aspecto del contacto. Sé que puede parecer mucho, pero los antiguos maestros nos han puesto el nivel muy alto en este sentido y si queremos caminar tras sus pasos, será necesario un gran esfuerzo.
También, si uno le coge el gusto a este tipo de vida, ya no representa un esfuerzo tan grande, es como cepillarse los dientes, un hábito saludable. Levantarse por la mañana, despertar la energía con la práctica, comer entendiendo los efectos de los alimentos, estimular la energía durante el día, evacuar las tensiones de la vida, encontrarse con los hermanos de práctica y, por fin, calmar la energía al final del día… (artículo entero en la revista).


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