Teovel’s Balintawak

Por Bruno Cancho
brunocancho@hotmail.com

 

El Balintawak está basado en la defensa. Asumimos automáticamente que nuestros oponentes tienen experiencia en combate. Debido a esto, se prioriza la habilidad defensiva desde el principio. Una vez que la velocidad y el “timing” (o sea, la anticipación de los movimientos del oponente que permite ver los huecos en su defensa y explotarlos) en movimientos defensivos, han sido enteramente desarrollados, se produce un avance automático hacia la técnica ofensiva.
Cuando tanto la capacidad defensiva como la ofensiva han sido perfeccionadas, se consigue la fluidez de movimientos necesaria. Aquí es donde la habilidad del combatiente como eskrimador se puede considerar completa. Esta es la esencia del Balintawak.
En el Balintawak siempre se entrena al estudiante en una práctica de uno contra uno. Tanto si se trata de un practicante iniciado o avanzado entrenando a un principiante, como si se trata de un maestro entrenando a un luchador avanzado, el Balintawak ha conseguido entrenar consistentemente creando eskrimadores con este método. Debido al entreno individualizado, la enseñanza se demuestra efectiva y los movimientos adquieren sentido, las sutilezas de los movimientos técnicos son asimiladas de manera más rápida por los estudiantes.
En los días de Venancio “Anciong” Bacon, en los entrenos se iba “al grano”. En su primer día de entreno, al estudiante se le daba un palo (olisi o garote en Visaya), y a la vez que se le lanzaba la advertencia verbal de “¡En guardia!” se le golpeaba. A su vez el estudiante era libre de utilizar cualquier maniobra defensiva que considerase oportuna. Cuando recibía un impacto, se le instruía en el método correcto de defensa de ése golpeo en particular. Las técnicas específicas eran introducidas de la misma manera al estudiante. Este era el método de enseñanza de Venancio Bacon, el cual perfeccionó, creando una saga notable de maestros de eskrima.
Unos de sus estudiantes más conocidos, José Villasín y Teófilo Vélez, abrumados a la hora de transmitir todas las variaciones técnicas y sutilezas del sistema de Bacon, decidieron esquematizar el sistema estructurando los movimientos más comunes del Balintawak. Se creó el sistema de los “grupos”. Dichos “grupos” permiten transferir la esencia del sistema de instructor a estudiante, de manera que el espíritu del Balintawak permanece, la única diferencia es el vehículo de enseñanza empleado. Con este método, que establece grados de aprendizaje de manera estructurada, el estudiante puede medir claramente el progreso que va realizando a medida que va avanzando en el entreno.
El primer paso del estudiante consiste en la introducción de los 12 ángulos básicos de ataque. Estos golpeos tienen que ser ejecutados con un correcto posicionamiento de pies para optimizar el equilibrio, de manera que la potencia, la rapidez y la fluidez sean óptimas en cada movimiento particular.
En el siguiente nivel se enseñan las 12 defensas básicas correspondientes a cada ángulo. Para cada defensa se condiciona al estudiante a mover el palo coordinadamente con su mano izquierda, a la vez que desplaza su cuerpo para contrarrestar el ataque y permanecer en equilibrio. Una vez que el ataque ha sido rechazado por el estudiante, su mano izquierda lo controla, “sintiendo” el palo del contrario, a la vez que ejecuta el contragolpe. Este ejercicio es la primera aproximación que se hace a la utilidad de la “mano viva” en el Balintawak. De nuevo, al igual que con los 12 ángulos básicos, las 12 defensas requieren un posicionamiento perfecto de las piernas para garantizar un equilibrio adecuado, que se traduce en la base de una potencia, velocidad y fluidez óptimas.
Cuando los básicos han sido dominados, empieza realmente el agak, la introducción al sistema de “grupos” propiamente dicho. En un principio, esta introducción se realiza en “palakaw”, digamos “exploración guiada”. El estudiante es “guiado” en su exploración del “grupos”, para asegurarse de la correcta ejecución de todos los movimientos básicos, poniendo especial énfasis en el posicionamiento de las piernas y la mecánica corporal. Se le ataca con un ángulo, del que se tiene que defender correctamente, seguidamente se debe chequear o apartar al palo del atacante y lanzar el contraataque adecuado. El instructor recibe a su vez esta contra, se defiende, controla el palo y vuelve a lanzar otro ataque al aprendiz. En este ejercicio se ponen en práctica tanto las 12 defensas como los 12 ataques… (artículo entero en la revista).


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