Antonio Leyva. El pragmatismo del Taichi Chuan

Por Dani Esteban (Kôryu)

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Antonio Leyva, Madrid, 46 años. Practicante y maestro de Taichi Chuan con más de 25 años de experiencia. Ha profundizado en el trabajo interno con distintos maestros, siendo alumno directo del Maestro Liu Zhenyuan. También estudia Pencak Silat (artes marciales de Indonesia), especialmente en sus facetas de uso de la respiración y generación de “fuerza interna”. La pasada primavera estuvo en Barcelona impartiendo un taller privado para instructores y alumnos de ‘Bushi Dojo’ y ‘Systema Barcelona’ entre otros, sobre métodos de entrenamiento para optimizar el rendimiento del movimiento en su aplicación a las artes marciales. El taller versó explícitamente sobre entrenamiento interno, uso de mecánicas corporales basadas en la propiocepción, el uso del músculo en actitud de expansión y la intención como generadora de poder a través de:

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– Trabajo de expansión muscular.

– Enraizamiento y relajación.

– Uso integrado de las articulaciones, músculos y tendones.

– Uso de la intención como modulador de la fuerza.

– Aplicación al trabajo marcial del poder interno.

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Tuvimos el placer de compartir su tiempo además del seminario y ésta es la entrevista que salió del encuentro.

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¿Cómo descubrió el Taichi Chuan? ¿Fue por casualidad o alguien se lo recomendó?

Casualidad absoluta. Yo había practicado unos meses de Judo de chaval (a los 9 años) y luego Karate y un tipo de Jujutsu entre los 16 y los 18. Todo ello sin demasiada implicación ni compromiso.

Con un compañero de instituto salía a correr los domingos por la mañana al parque del Retiro en Madrid y, al finalizar, veía a un grupo de personas practicando un arte marcial dirigidas por un curioso señor chino. Un día decidí preguntar qué era aquello que hacían tras ver a dos de ellos practicar una forma por parejas (Sanshou Dulian) con lo que me pareció una enorme velocidad y fuerza. Me dijeron que era Taichi Chuan. Lo cierto es que yo tenía el estereotipo de que el “Taichi” era una gimnasia para que los viejos mantuvieran la salud. Al comentarlo, mi maestro que lo escuchó respondió un tanto ofendido en su curioso inglés-chino-español: “que eso era Kungfu, combate, muy duro”. En ese instante deseché mi idea original, que era apuntar a mi madre para que se conservase joven y fuerte, de tal modo que algún día pudiera cuidar a mis futuros hijos, en vez de tener que cuidar yo de ella, y en su lugar me apunté yo.

Si no hubiera sido por su respuesta, yo no hubiera prestado más atención. Y fue una suerte que preguntase pensando en mi madre, porque más tarde fui testigo de cómo un par de chicos, de mal aspecto y peores intenciones, pidieron información sobre lo que hacíamos y cómo mi maestro les desanimaba diciendo que “esto es para los viejos, la salud y la armonía…”. Decididamente al bueno de mi maestro no le gustaban ni los estereotipos ni los extremismos.

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¿De dónde proviene su escuela y de quién aprendió usted? ¿Es una escuela familiar o más amplia? ¿Antigüedad de la misma?

Yo practico esencialmente el conjunto de conocimientos que mi maestro Liu Zhenyuan nos enseñó. En un 90% es Taichi Chuan del estilo Yang, que aprendió de su padre (Liu Yutang), pero también había aspectos de Lohan Chuan que practicó de forma muy intensa en su juventud, así como de Shuai Jiao y otros estilos de Taichi Chuan, como el del maestro Chen Pan Lin y el estilo Chen.

No obstante, el núcleo es estilo Yang.

La escuela, como tal “no existe”. Mi maestro enseñaba lo que sabía y había aprendido, una selección de lo “mejor” que conocía, usando como núcleo el estilo Yang de Taichi Chuan.

Como tal, su estilo es el de familia Yang, con todas las influencias que recibió en su vida como artista marcial.

Otra influencia muy importante ha sido el maestro Fernando Chedel.

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¿Nos puede hacer una breve reseña biográfica y marcial de su maestro?

El Maestro Liu nació en el seno de una familia de artistas marciales. Su padre era un experto en Taichi Chuan, Xingyi Chuan y Pakua Zhang, que llegó a ser instructor en la Corte Imperial. Según nos contaba, su padre fue instructor del último emperador durante un tiempo.

Al maestro Liu, sin embargo, no le gustaba demasiado el Taichi Chuan, decantándose por la práctica del Lohan Chuan.

En su juventud Liu era “aficionado” a las peleas, de tal forma que como nos contaba con cierta vergüenza, cada semana tenía una, generalmente “vengando” a algún amigo, pero si no encontraba una causa “justa”, las iniciaba él mismo. Esta conducta le acarreaba no pocos disgustos, especialmente con su padre, que le imponía severos castigos.

No obstante, fue una derrota, frente a su hermana pequeña, que le propinó una humillante paliza acusándole antes de ser un “gánster” y sobre todo un “mal luchador”. Tras este episodio decidió volver a entrenar seriamente con su padre. Esto sería cuando tenía 16-17 años.

Más tarde, el Maestro Liu ingresó en la famosa “Escuela central de artes marciales de Nanking”. Allí estudió bajo la tutela de grandes expertos en Taichi Chuan como Chen Panlin, Fu Shunyun entre otros y con Chang Dongshen en Shuai Jiao. Con otros maestros cuyos nombres no mencionó, aprendió Lohan Chuan y Pachi Chuan. Finalmente, también era un as del baloncesto, llegando a ser seleccionador nacional de Taiwán.

Con la invasión japonesa de China durante la Segunda Guerra Mundial, se alistó en el ejército llegando a ser piloto de bombardero.

Tras la Guerra Civil que continuó en China tras la derrota de Japón, el Maestro Liu se exiló a Taiwán, donde fue profesor universitario de Educación Física.

Allí continuó aprendiendo con muchos de sus antiguos compañeros y profesores de la Escuela Central de artes marciales de Nanking, así como con otros maestros de la isla.

Hay que señalar que en esa generación y exclusivamente entre ellos, se dio una relación de “igualdad-hermandad” en la que muchos intercambiaban sus conocimientos de forma “libre”, sin ceñirse al estricto protocolo de alumno-maestro dentro de su comunidad de expertos-exiliados.

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¿Qué piensa de los diferentes estilos de TCC? ¿En qué se diferencia su TCC de otras escuelas?

En principio, todos los estilos son excelentes. Surgen de las diferentes interpretaciones personales de los principios por parte de cada maestro, del énfasis en ciertos aspectos que se potencia en cada uno de ellos y por supuesto también, de los gustos y preferencias de los distintos fundadores.

Como tal, mi escuela, es “igual que el resto de buenas escuelas”, similares principios e interpretaciones, con énfasis en ciertos matices y preferencias técnicas, que son las que marcarían las diferencias.

Creo que mi escuela no se diferencia demasiado de cualquier buena escuela, siendo su característica principal que todos los métodos y elementos que la componen están íntimamente relacionados, de tal forma que cada uno de ellos colabora a la mejora del resto, sin presentar incompatibilidades.

Mi maestro, como característica de nuestra escuela mencionaba su triple objetivo, de Longevidad, Salud y Habilidad Marcial.

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¿Y en qué se parecen?

Se parecen en lo que he comentado, la interrelación profunda de los métodos de entrenamiento y elementos que la componen. Se diferencia en la particular colección de métodos de entrenamiento, del mismo modo que el resto de escuelas lo hacen entre sí.

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¿Cree que son compatibles/combinables?

Sí y no. Creo que uno debe tener su núcleo técnico, sus métodos de entrenamiento y no andar coleccionando elementos ajenos que pueden ser difíciles de encajar en el conjunto.

Por otro lado, es muy posible que en otra escuela o estilo, posean un modo de aplicar o entender un determinado principio, técnica o aspecto, que siendo “lo mismo” que nosotros tenemos, ellos lo hayan desarrollado de un modo más simple o eficiente que el que nosotros conocemos. O que lo enseñen de un modo que a mí como individuo, me resulte mucho más claro que como se enseña en mi escuela.

De este modo, no “incorporo” cosas al tuntún, sino que profundizo en lo que tengo estudiando con otros especialistas.

Por poner un ejemplo, las mecánicas de movimiento y sobre todo, las características técnicas del estilo Chen, son muy diferentes de las del estilo Yang, con modos de uso del cuerpo bastante incompatibles. Es muy difícil moverse al estilo “Chen” con técnica “Yang” al mismo tiempo, no imposible, pero si complicado. Sin embargo, el estilo Chen posee el método más elaborado y seguramente eficiente, para el desarrollo de la “energía de enrollar seda”, algo que es común a todos los estilos.

El estilo Sun tiene el mejor trabajo en la habilidad de “abrir y cerrar”…


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