Del ring al octógono

Por Luis Fernando Briceño Zuloaga

Periodista especializado en AA.MM.

Practicante de AA.MM.

plavojrjr@hotmail.com

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Sin ser un peleador de renombre, sin tener un currículum impresionante en el mundo de las Artes Marciales Mixtas, más bien sin siquiera tener una pelea amateur, mucho menos profesional, Phil Brooks mejor conocido como CM Punk, causó una importante cantidad de atención cuando subió al octógono para verse las caras con Mickey Gall. Tras dos años de especulaciones, después de haber firmado con UFC, el norteamericano ex campeón de WWE tenía sobre sí un planeta de miradas, algunas de apoyo, otras de crítica y aún más de morbo.

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El resultado era de esperarse, Punk, un hombre de 38 años que se puso bajo la tutela del legendario Duke Roufus para subir lo más preparado posible a este combate, nada pudo hacer contra Gall. La pelea duró poco, entre la inexperiencia y los nervios, el popular ex luchador cayó presa de una estrangulación, e internet empezó su lluvia de comentarios; hablaban del valor que requirió para salir de su zona de confort, comentaban también de las diferencias entre el mundo del show deportivo que presenta WWE y las peleas que UFC ofrece, como si no fueran evidentes. Al final, pésele a quien le pese, las Artes Marciales Mixtas volvieron a ganar, una vez más acapararon la atención de los medios de comunicación: especialistas, fanáticos y público de una noche, siguieron las acciones de este evento como si se tratará de un encuentro entre dos grandes estrellas del deporte, cuando en realidad era una pelea de debut.

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¿Qué es lo que encanta y atrapa cuando un luchador, ya sea norteamericano, japonés o mexicano (los países donde la lucha libre se sigue con más pasión) entran a una jaula o ring para contender en una pelea de Artes Marciales Mixtas? En los países antes mencionados e incluso en otros donde la afición por la Lucha Libre no tiene tanta tradición o arraigo, los seguidores saben que estos encuentros ya están decididos desde los vestidores, en muchas ocasiones inclusive hay un escritor, como si de una obra de teatro se tratará, con esto no queremos decir que el espectáculo no sea peligroso y de alto riesgo, pero debe quedar claro que no es una competencia deportiva.

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Entonces, de nuevo ¿Qué nos atrapa cuando leemos que un luchador peleará en Artes Marciales Mixtas? ¿Qué esperamos que suceda? La realidad es que el luchador, o Wrestler profesional, no se prepara para competir si no para entretener, para vender una historia, sus movimientos no buscan la lesión, si no la atención, su conexión con el público es lo que logra que acaparen los campeonatos y lugares de privilegio en sus respectivas empresas.

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Esa es, desde el punto de vista de este humilde servidor, la razón por la cual el luchador atrapa, por la cual volteamos a verlo, esté o no dentro de su actividad; los personajes, esa magia que trasciende y se mezcla con la realidad. Nadie puede negar que Brock Lesnar es un imán de taquilla, esté en un ring o en una jaula, pero no solo es su físico, si no su personalidad la que nunca lo haría pasar inadvertido, es el perfecto villano; odioso, arrogante, su sonrisa burlona, y un tremendo etcétera que camina en la delgada línea del humano y el personaje…


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