El entrenamiento invisible del aikidoka y del budoka

Por José Santos Nalda Albiac

5º Dan Aikido

1º Dan Judo

 

 

 

“Un verdadero samurái dedica todo su tiempo al perfeccionamiento de sí mismo, y este entrenamiento es un proceso sin fin.”

Hagakure

 

 

El origen de los famosos guerreros japoneses data de las guerras Genpei entre el clan Minamoto y el clan de los Taira hacia el año 1180. La educación de estos guerreros comenzaba en la infancia, haciéndoles vivir situaciones difíciles para aprender a mantenerse impasibles, no manifestar ninguna emoción y superar todo tipo de miedo.

Los samuráis de clase alta, además de ejercitarse en las artes de combate cuerpo a cuerpo, también cultivaban la práctica del Zen, la caligrafía, la ceremonia del té, la poesía, el arreglo floral, etc. aunando el arte de la guerra con las artes de la cultura de su tiempo.

Desde el siglo XIX, los fundadores del Judo, del Karate, del Aikido, del Kendo, del Jiu-Jitsu, etc., inspirándose en los conocimientos y tradiciones de las viejas escuelas de Bu-jutsu, idearon sus respectivas disciplinas como sistemas de lucha inteligente, pero también como métodos educativos para la mejora y superación integral de los practicantes, puesto que el Budo que ellos concebían trascendía y trasciende el ámbito de las técnicas de combate cuerpo a cuerpo. Todos ellos, cada uno a su manera, proponían el entrenamiento integral del practicante.

El budoka del siglo XXI necesita una formación más amplia, enriquecida con los conocimientos recientes, extraídos de las diferentes áreas del saber referentes al estudio del ser humano, motivo que justifica la necesidad de una preparación holística.

Para hacer realidad tal propósito no es suficiente con asistir a los entrenamientos y conformarse con el aprendizaje de los golpes, las proyecciones, las inmovilizaciones, los ataques o las defensas, porque tal adiestramiento es incompleto visto desde la perspectiva de las cualidades del budoka como individuo plenamente realizado.

No somos los únicos en constatar la necesidad de esta preparación a la que nosotros hemos dado el nombre de entrenamiento invisible, también en el mundo de la empresa, del coaching, de las escuelas de formación de líderes, han vislumbrado la conveniencia de tal instrucción e incluso en la armada de los EE.UU. han desarrollado un programa de entrenamiento global denominado “Holistic Fitnes program”, cuyo objetivo es preparar a los soldados para enfrentarse al peligro y a situaciones dramáticas con la mejor disposición del cuerpo, de la mente y del espíritu.

Entendemos por entrenamiento invisible todos aquellos actos que el budoka realiza por cuenta propia, en el Dojo, y en su vida cotidiana, y cuyo objeto es adiestrar todas sus cualidades, maneras, actitudes, talentos, virtudes, etc., procediendo de manera abierta o discreta, según requiera cada ámbito a entrenar.

Sin embargo, en nuestros días se da la paradoja de que si bien todo el mundo entiende que ir al gimnasio para cuidar el cuerpo es algo normal y conveniente, son minoría los que sienten y comprenden la necesidad de cultivar aquellos principios y cualidades que los van a transformar en mejores personas, al servicio de la sociedad en la que viven.

La realización personal es un proceso de autodescubrimiento mediante el cual uno alcanza a ser todo lo que en potencia ya es, y depende más de la persona que de las circunstancias, al sentirse libre, autónoma, independiente y capaz de vivir en armonía, satisfecha de lo que es, de lo que hace, y de lo que tiene en su vida.

El camino de la superación pasa necesariamente por el autoconocimiento de los propios valores, aptitudes, cualidades, talentos, etc., y por vivir de manera coherente con lo que se cree, se piensa, se dice y se hace, pues sin esta autenticidad no es posible alcanzar la autorrealización.

Este entrenamiento invisible, o ascesis, abarca todos los aspectos de la personalidad susceptibles de mejora como son:

 

– El cuidado del cuerpo

– El entrenamiento mental

– El entrenamiento emocional

– Integrar actitudes

– Los valores humanos del budoka

– El entrenamiento espiritual

 

Es erróneo pensar que esta formación integral la vamos a encontrar durante la actividad física o técnica propiamente dicha, y que la mejora de nuestras capacidades físicas, mentales y conductuales se va a producir únicamente durante el esfuerzo que realizamos en el Dojo. El budoka necesita atender y ejercitar todas las partes que componen su cuerpo, su mente y su espíritu.

 

 

El cuidado del cuerpo

 

El cuidado del cuerpo contempla atender sus necesidades de la mejor manera posible (el calentamiento, los estiramientos, el descanso, la alimentación, la higiene, la respiración, la postura corporal, etc.), porque si no está bien equilibrado distorsionará el estado de la mente y su actividad. Esta es la parte más conocida de todos los practicantes y no necesita mayores aclaraciones.

 

 

El entrenamiento mental

 

El entrenamiento mental tiene por objetivo el conocimiento de cómo funciona la mente, y en consecuencia descubrir la mejor manera de hacer uso de la misma, sabiendo que puede ser nuestra mejor aliada, pero también nuestro peor enemigo.

En la mente consciente no caben al mismo tiempo dos pensamientos opuestos (por ejemplo amor y odio) por lo tanto la manera de debilitar un pensamiento negativo, es darse cuenta de su existencia y sustituirlo por otro positivo.

Cada día pasan por la mente más de 60.000 pensamientos, y según los estudios realizados, el 80% son de naturaleza negativa o insustanciales.

La mente tiene tendencia a escapar del instante presente, y se va al pasado o al futuro.

¿Dónde amarrar la mente que vagabundea constantemente de un pensamiento a otro? En las fases de la respiración.

Tú no eres tu mente, pero sí el resultado de lo que pones en ella o de lo que permites que otros pongan. Cuando crees y te identificas con tu mente, creyendo que eres tú, la mente te usa a ti. Si no puedes elegir los pensamientos e imágenes que ocupan tu esfera mental, la mente te está usando a ti.

Cuando te conviertes en el dueño de tu mente, también te conviertes en el dueño de tu vida. ¿Quién es el que enseña a ser dueño de la mente? El observador, es decir, tú.

 

 

Entrenamiento emocional

 

Es un hecho conocido y demostrado, que el budoka, al igual que cualquier otro deportista, para alcanzar el máximo rendimiento en sus acciones ha de ser dueño de su emotividad y de sus reacciones frente a una situación dada, porque las emociones desencadenan cambios fisiológicos que pueden mermar sus competencias en el transcurso de un examen, un campeonato, una exhibición, etc. y sobre todo en la vida cotidiana…


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