El eterno fantasma del dopaje

Por Luis Fernando Briceño Zuloaga

Periodista especializado en AA.MM.

Practicante de AA.MM.

plavojrjr@hotmail.com

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No hace mucho se llevó acabo el UFC en su edición número 200. Teniendo en cuenta que la empresa también tiene eventos con otros títulos los cuales aunque no carecen de importancia, son programaciones que cuentan con peleadores que van en acenso o a los que se les busca dar promoción. Sea como sea, el 200 debía ser un festejo por todo lo grande. ¿Quién, hace 23 años que empezó esto, se iba a imaginar hasta donde se iba a llegar? Las Artes Marciales Mixtas que nacieron de enfrentar distintos estilos de pelea hoy en día tienen un rostro propio, acaparan lugar en los principales canales y sitios de deportes, los analistas más prestigiados del mundo han tenido que voltear, les guste o no, para hablar de esta realidad que en los Estados Unidos son conocidos como MMA.

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Volviendo al tema del UFC 200, los programadores quisieron darle a los fanáticos una cartelera digna de recordar, Jon Jones frente a Daniel Cornier, peleadores que no se soportan fuera de la jaula, Meisha Tate defendiendo su cinto en contra de Amanda Nunes, las mujeres ganándose un lugar muy merecido, el regreso de José Aldo y sus patadas con olor a pólvora, Frankie Edgar, Mark Hunt y por si fuera poco Brock Lesnar, el famosísimo wrestler con su físico impresionante, su personalidad antipática y los millones de seguidores de la WWE que lo respaldan. Todo, en verdad, nos indicaba que este evento sería difícil, muy difícil de olvidar.

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Comienzan los problemas

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Viajando a los meses que precedieron este evento, vale la pena recordar que los dirigentes de UFC querían que quien encabezara el cartel fuera el peleador del 2015: Conor McGregor, sin embargo las cosas no sucedieron así y entonces la rivalidad de Jon Jones y Daniel Cornier se volvió el centro de la promoción, muchos esperaban verlos frente a frente en una revancha que pusiera fin al rencor o que lo extendiera aún más, pero tres días antes del evento caía otra bomba, Jones había dado positivo en una prueba anti dopaje, así lo reportaba la USADA, otra vez la cartelera quedaba sin una pelea estelar y la nube de las sustancias prohibidas volvían a recordarnos la eterna polémica en el mundo deportivo.

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Anderson Silva, considerado y promocionado por la misma empresa como el mejor peleador de todos los tiempos entró al quite, valiente decisión a horas del encuentro, enfrentó a Cornier en una pelea que solo sirvió como relleno y dejó al brasileño con una derrota más que luce innecesaria en su brillante carrera. Hablando de la competencia, como deberíamos hacerlo, la velada fue de calidad; Nunes destrozó a Tate y la convirtió en otra campeona de una noche, Aldo obtuvo un cinturón de consolación con el título de interino y Brock Lesnar lució fuerte y arrollador contra un Mark Hunt que nunca se atrevió a ir al frente, la corona de laureles y críticas positivas bañaron al norteamericano que por cierto subió representando a Canadá.

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Una semana después de ocurrido el evento, el quince de Julio para ser precisos, el portal de ESPN empezaba a manejar el posible fallo de Lesnar en una prueba anti dopaje, aparecía el fantasma del doping por segunda ocasión en muy poco tiempo, Brock Lesnar conocido en el Wrestling como “La Bestia Encarnada” había criticado a Jones por su resultado positivo en la prueba de drogas y ahora se convertía en la decepcionante noticia. Dos estrellas de las MMA habían sido expuestas, pero una vez más surge la duda o las dudas mejor dicho ¿Cuántos de estos guerreros entrarán al octágono realmente limpios? ¿No serán realmente necesarias ciertas sustancias que ayuden a los peleadores no solo a mejorar su rendimiento si no a resistir las largas jornadas de entrenamiento intenso? Eso sin mencionar las peleas que muchas veces se tornan intensas y exigen que el practicante utilice hasta la última gota energía que guarda en su cuerpo.

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El peleador como ejemplo a seguir

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Es una pena cuando un artículo que se debería dedicar a la competición deportiva se centra en temas que solo afectan a ese deporte, en este caso el dopaje. No podemos olvidarnos de que el peleador dedica su vida al entrenamiento, de que por esa razón recibe un pago y que de ese pago vive, compra su comida, paga sus rentas, etc. Muchos analistas, conocedores y no tanto, critican la actitud de algunos de estos modernos gladiadores alegando que por su entrenamiento marcial deberían tener una filosofía de honor, respeto, lealtad y todos esos bellos valores que tantos hemos aprendido en el tatami, pero seamos claros, las Artes Marciales Mixtas son un espectáculo y aunque nos duela son también un negocio…


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