Entrevista a Luis Mochón Sensei

SHIDOIN AIKIKAI HOMBU DOJO TOKYO

 

Joan Rubio Mulero
Pablo Martín Martín
Instructores MUSUBI AKIDO BADALONA
www.aikidomusubi.com
aikidobadalona@aikidomusubi.com
Facebook: Musubi Aikido Badalona

 

El pasado mes de febrero, durante el fin de semana comprendido entre los días 1, 2 y 3, Luis Mochón Sensei, estudiante de S. Endo Sensei y fundador de MUSUBI AIKIDO GRANADA, impartió un seminario de Aikido en el Dojo MUSUBI AIKIDO BADALONA.
Aprovechando el encuentro y la oportunidad, tuvimos la ocasión de entrevistarnos con él.

 

MUSUBI BDN: Hola Luis, primero de todo darte las gracias por acceder a compartir un rato con nosotros fuera del Tatami…
LUIS MOCHÓN: Para mí es un placer. Creo que es importante que el mensaje del Aikido trascienda el entorno del tatami. Nuestra Sociedad, nuestro mundo, necesita urgentemente que llevemos el espíritu del aiki por todos los rincones, para conseguir un cambio hacia la unidad, la cooperación, la paz.

 

Cuéntanos por favor, ¿cómo conociste el Aikido y cuándo iniciaste tu práctica en esta disciplina marcial?
Conocí el Aikido hace unos 19 años, creo que lo vi en alguna revista de artes marciales, la clásica revista “Dojo” creo recordar, y me atrajo mucho la ¡vestimenta! (sonríe), y ese aire de tradición samurai. Además leí algunas anécdotas sobre O’Sensei, y me llamaron mucho la atención, ya que se asimilaban mucho al concepto de Sensei un poco de “cuento zen” que había leído y visto en películas.

 

¿Habías tenido contacto previamente con otras modalidades marciales?
Sí, taekwondo de más niño y Karate, siempre me he sentido muy atraído por las artes marciales.

 

Si te parece, vamos a entrar poco más en materia… ¿Nos podrías definir para tu entender el significado de AIKIDO según como tú lo percibes y lo prácticas? [en relación a la evolución Aiki]
Uf! difícil pregunta, ya que nos movemos en un campo donde considero que la mente más intelectual, pensante, no puede más que rozar la realidad de esta vía, y es el corazón, el único capaz de asimilarla y conocerla.
Creo que podría decir que el Aikido para mí, es una Vía del corazón, mediante la cual CONECTAR con la VIDA. Una Vía que está impregnada de la sabiduría del Espíritu, de la Naturaleza, llevando esta sabiduría a cada una de nuestras acciones. Y La herramienta que utiliza esta vía para enseñarnos a Conectar, a Vivir, es la relación marcial.
Por eso me gusta decir que el Aikido no es un arte marcial para aprender a sobrevivir, sino para aprender a VIVIR.
De todas formas, esta pregunta que me haces siempre me deja con la sensación que no poseo las palabras necesarias para contestarla todavía.

 

En todos estos años, ¿Con cuántos SIHAN’s Maestros has tenido la oportunidad de trabajar?
Bueno, pues te los enumero más o menos: Tamura, Yamada, Christian Tissier, Franck Noel, Miyamoto, Osawa, Yasuno, Kuribayashi, Irie, Endo y por supuesto el actual Doshu Moriteru Ueshiba.

 

De todos ellos, y si se puede decir, ¿Con cuáles te has sentido más identificado? O dicho de otro modo, cuál o cuáles de ellos son los que te han llegado más y por qué?
Bueno, he sentido en la práctica muy buenas sensaciones y conexión con Miyamoto sensei, Yasuno sensei, Osawa sensei y por supuesto del sensei del que me considero estudiante, Endo sensei.

 

¿Entendemos pues que te consideras alumno de Endo Sensei? ¿En qué momento crees, bajo tu punto de vista, que te puedes considerar estudiante de este maestro? ¿Pasa quizá porque el Sensei primero te reconozca como su alumno o este aspecto está muy ‘mitificado’?
Uff! Creo que esta es una cuestión algo delicada de responder. Yo siento a Endo sensei como mi sensei, e intento comportarme como alumno suyo. Yo nunca hasta hoy he tenido una conversación con el maestro acerca de este hecho, ¡aunque no la descarto ahora que lo pienso! (sonríe).
Lo que si es cierto, es que yo me siento tratado por el sensei como su estudiante, alumno, o como queramos llamarlo, y esa relación me llena enormemente y me da fuerzas, para llevar este concepto de práctica por todos lados.
Desde que vi por primera vez al sensei Endo en Granada en su primera visita en el año 1996, supe que había encontrado, lo que yo sentía, que debía ser el Aikido.

 

Durante todos tus años de práctica y encuentros con números SIHAN’s, ¿nos podrías explicar alguna anécdota (que se pueda explicar claro está…) que te impactó hasta el punto que decidiste un día que tu futuro pasaba por tu entrega profesional a la divulgación del Aikido como forma de vida …?
Bueno, es difícil elegir una anécdota, la verdad… Sin lugar a dudas es la forma de ser y de actuar de Endo sensei, tanto dentro como fuera del tatami lo que más me ha marcado e influido a la hora de dedicar mi vida al Aikido.
Hay una por eso, que no queda muy lejana en el tiempo, de manera que yo ya me dedicaba plenamente al Aikido, pero que me hizo reflexionar o iniciar una reflexión en mi práctica, que todavía dura.
Había acabado un magnífico seminario del maestro Endo en Berlín y éste nos hizo saber a mí y al grupo de alumnos que viajaban conmigo, que le gustaría que esa noche compartiéramos la cena con él en un restaurante japonés.
Acudimos y había varias personas de la organización, senseis de Aikido al frente de diferentes grupos. Hubo un momento que una de estas senseis le dijo al maestro que había empezado a hacer zazen. El maestro asintió con un gesto de cabeza y su muy característico “sonido gutural”. Entonces esta persona le dijo al maestro que desde que hacia zazen entendía mucho mejor los conceptos que el maestro Endo transmitía con su práctica. De nuevo el maestro asintió. Entonces le preguntó al maestro que si él meditaba, a lo que el maestro, después de un trago de sake le dijo: claro que sí, cada vez que hago Aikido… (artículo entero en la revista)


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