La captura y el arresto en la tradición japonesa

Por Luis Nogueira Serrano (link)
Presidente European Bugei Society
Fûryûkan Bugei Dôjô
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El Taihojutsu es como se conoce al arte de capturar y arrestar a oponentes dentro de las escuelas de Bugei. Aunque su origen se remonta a periodos anteriores, es con la llegada de la paz y la incipiente urbanización durante el periodo Edo (1603-1868) que se establecieron cuerpos policiales que desempeñaron una función activa en la reducción de criminales.
La estructura policial del Shogunato Tokugawa estaba encabezada por los Machi-Bugyō-sho (lit. magistrado local) que hacía las funciones combinadas de jefe de policía, fiscal y juez. Este se apoyaba en asistentes llamados de yoriki provenientes de la media-alta clase samurai, que hacían de puente entre los cuerpos operativos y las labores de administración de justicia e investigación.
La fuerza operativa estaba comandada por samurai de clase baja, llamados de dōshin, que hacían funciones de oficiales al cargo de las patrullas. En sus misiones iban acompañados de komono (lit. sirvientes), que provenían de la creciente clase de los chōnin (lit. ciudadano), con orígenes entre los mercaderes y artesanos. Estos asistentes ocupaban funciones muy variadas como portar las armas o complementos al oficial, así como ocuparse de las tareas más arduas, penosas o peligrosas, como los propios arrestos. Y por este motivo dedicaremos la práctica totalidad del texto a las prácticas de estas dos clases: los dōshin y los komono.
Hasta aquí se contaban los miembros asalariados de las fuerzas del orden, aunque también contaban con miembros independientes, como informantes y caza recompensas urbanos, llamados de goyōkiki y okapikki, muchos ex convictos, que aminoraban sus penas colaborando con las fuerzas del orden.
Los verdaderos expertos en taihojutsu eran los dōshin, profesión que era transmitida de padres a hijos. No obstante, estos oficiales transmitían parte de sus conocimientos a sus komono con el objeto de prepararlos para las misiones. Realmente, estos últimos eran los que debían afrontar los primeros y más importantes riesgos. Lo hacían con la esperanza de que siendo duchos en su cometido tuvieran la oportunidad de promocionar.
De los párrafos anteriores podemos extraer que las labores de captura, detección, arresto y conducción no estaban bien consideradas por la clase samurai y eran pobremente retribuidas, haciendo que estos miembros estuvieran a sueldo de mercaderes locales o que tuvieran negocios propios en la sombra. Esta degradación de estas labores explica la reducida difusión que tienen sus técnicas en las escuelas tradicionales japonesas.
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Si analizamos pormenorizadamente las tareas a desempeñar por estos vigilantes del orden podremos identificar las siguientes:
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Investigación y localización
(sōsa): Consistiendo en la adquisición y análisis de la información aportada por informantes, testigos, pruebas, etc., para lograr dar con el sospechoso.
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Captura y arresto (tori): Estudiando las vías de aproximación, medios empleados y técnicas para reducir al sospechoso, eliminando riesgos, tanto personales como del entorno.
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Detención y retención (shibari): Practicando formas de sujeción del prisionero que eviten su escape de acuerdo a la tipología del delito y a la clase o características del detenido.
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Conducción (ugokashi): Asegurando el traslado al prisionero o prisioneros hasta las autoridades pertinentes.
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Pasaremos a centrarnos en los aspectos de captura y detención.
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CAPTURA Y ARRESTO
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El estudio de este apartado comienza contemplando el análisis ambiental relativo a cerrar las vías de escape del fugitivo, valerse del entorno y medios para favorecer la captura y limitar la capacidad de respuesta, evaluar el potencial armamentístico, y por consiguiente averiguar la mejor vía de aproximación.
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Dentro de los medios usados se contaba con diferentes herramientas y armas para ejercer las labores de captura. Es imperante mentar lo que es conocido como el Bansho Rokugu o Keigo Rokugu (lit. 6 útiles/herramientas de la “casa de guardia” – Bansho, o de los vigilantes – Keigo), refiriéndose a las armas que portaban los patrulleros para reducir a un sospechoso. Se trataban de:
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Sasumata (lit. horquilla cortante/punzante), entre otros nombres: Se trata del arma larga de reducción por antonomasia, una horca militar, es decir un arma de asta con dos dientes simétricos en forma de U que permiten atrapar entre ambos los miembros del oponente. Hoy día existen versiones modernas de esta arma que siguen empleándose con el mismo objeto.
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Sodegarami (lit. enrollador de mangas), entre otros nombres: Consistente también en una empuñadura de madera con una punta metálica con numerosos dientes espinados en dos o tres direcciones y en sentidos opuestos que permitía la captura por enrollamiento de las vestimentas. Su construcción proviene de armas anteriores empleadas por fuerzas navales como la funayari y sobre todo de la yagaramogara….


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