Meditación Siglo XXI y Psicología

Por José Santos Nalda Albiac
5º Dan Aikido

 

“Si pudiera darte un pensamiento que te conviene llevar contigo todos los días al baño sería el siguiente: ‘Medita en tus momentos libres’ ”Henry Miller
(1891-1980, escritor y pintor estadounidense)

 

Todos los seres humanos desean la felicidad y una gran mayoría la buscan siempre en el exterior, en conseguir cosas que satisfagan su ego permanentemente insatisfecho, pero muy pocos la buscan dentro de sí mismos.
En nuestra sociedad actual todo va muy deprisa, las personas están permanentemente ocupadas o en sus horarios laborales o en el ocio que ofrecen todos los días los medios de comunicación, los espectáculos, los viajes, etc. (tráfico, ruido, gente, contaminación, multitudes, exceso de trabajo, falta de sueño, preocupaciones…) de modo que no hay lugar para el sosiego, la calma y la introspección que nos puede mostrar quiénes somos, qué hacemos con nuestra vida, hacia dónde vamos, etc.
Las tensiones de la vida actual generan numerosas alteraciones psicológicas y fisiológicas, que inconscientemente hacen sentir a los individuos la necesidad de “parar la marcha”, descansar, reorientarse… porque se encuentran, o se ven a sí mismo prisioneros y arrastrados por los acontecimientos que no permiten la pausa necesaria para mirarse por dentro, y culpan de su malestar interno a las influencias externas de la sociedad de consumo en cierto modo hostil y agresiva en la que viven.
No resulta difícil comprender que todos estos factores ambientales contribuyan a la alienación de muchas personas que son víctimas de los trastornos psicosomáticos propios de este modo de vida, como la angustia, la ansiedad, el estrés, la depresión, las fobias, etc.
El ser humano del siglo XXI está sometido a constantes cambios y solicitaciones, y la cantidad de información que llega a su cerebro es tan abrumadora que le genera sentimientos de ansiedad, de impotencia y de tensión corporal, todo ello agravado por la imposibilidad de desconectar, so pena de quedarse marginado en algún aspecto de su vida.
Está científicamente demostrado que el 70% de las enfermedades provienen del estado anímico del individuo y que el 30% restante vienen de afuera, producidos por agentes externos (virus, microbios, etc.) y que sin embargo, estos sólo afectan a aquellos individuos que se encuentran con sus defensas y energías bajas, con lo que podríamos deducir que el 100% de las enfermedades tienen que ver con el estado interno de la persona.
El conocimiento de este estado de cosas debe llevarnos a buscar alternativas saludables que nos permitan aliviar y soportar el ritmo de vida acelerado de nuestra sociedad. ¿Dónde podemos encontrar alguna alternativa realmente válida y al alcance de cualquier persona?
Desde la más remota antigüedad el ser humano ha buscado un recurso que le permitiera vivir en paz consigo mismo y con su entorno, y lo encontró en la práctica de la meditación, para observar y conocer la naturaleza de la mente y la influencia que ejerce en todos los aspectos de la vida, convirtiéndose de este modo en espectador de sí mismo.
Como ya hemos visto no es sólo una práctica con fines o propósitos religiosos, sino que está también enfocada al mantenimiento de la salud física o mental, y tiene el poder de lograr un cambio radical de la persona al facilitarle el contacto con la propia fuente de todos sus pensamientos, emociones, sentimientos etc.

Psicología y meditación

En el campo de la psicología, la meditación recibe el nombre de Mindfulness, entendiendo como tal al acto de fijar la atención y la consciencia plena en el aquí y ahora, sin interferir ni valorar o juzgar lo que el individuo percibe en cada momento.
Desde hace miles de años los adeptos conocían los efectos beneficiosos de la meditación, y hace unas décadas algunos destacados psicoterapeutas se decantan a favor de esta práctica por los beneficios de todo tipo que reporta, sobre todo como paliativo del sufrimiento humano.
En la actualidad es utilizada por psicólogos y psiquiatras como un recurso complementario a sus técnicas terapéuticas, dado que se ha revelado eficaz ante el tratamiento de una serie de trastornos psicológicos, como la angustia, la ansiedad, el estrés, la depresión, etc. por lo que es considerada como un instrumento de curación potencial.
En oriente la meditación nunca se ha visto como un remedio terapéutico cuyo objetivo es curar alteraciones psíquicas, sino como un medio de hacer más llevadero los sufrimientos inevitables de la existencia.
Cada día aumenta el número de especialistas de la psique, que reconocen la utilidad de la meditación en muchos trastornos de la salud, confirmada por los estudios, experimentos y tratamientos realizados en diferentes Universidades y Hospitales, como por ejemplo:

Universidad de Nordeste (EE.UU.)
Universidad de Harvard (EE.UU.)
Hospital Quirón (Zaragoza)
Universidad de Yale (EE.UU.)
Universidad de Massachusets (EE.UU.)
Universidad de Stanford (EE.UU.)
Universidad de Cambridge (Inglaterra)
Universidad de Brown (EE.UU.)
Hospital Universitario La Paz (Madrid)
Etc. etc… (artículo entero en la revista).

 


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