¡SALUD! Qué no falte…

Por David Martínez Pozo

 

Me encuentro entado frente al ordenador…reviso los números anteriores de El Budoka para encontrar puntos de inflexión sobre el cual escribir este nuevo artículo…ejercicios funcionales…resistencia… potencia…transferencia….casi hemos hablado de todo lo posible…
Una voz me saca de mi búsqueda de nuevos griales para mantener la atención sobre la sección, es mi mujer, que con voz desangelada me pregunta “¿Cómo es posible que con tantas horas de entreno, no consiga que me deje de doler todo el cuerpo?” Mi respuesta dolorosa y sincera no se hizo esperar “Porque sólo te dedicas a entrenar, no a prepararte para entrenar” …. Y apareció …
Quizás con esto llegue un poco más a la gente que piensa que el entrenamiento físico no es necesario para según que disciplinas, o que no le interesa porque no lo ve útil, o simplemente porque no tiene tiempo….¿realmente tenemos a nuestro cuerpo preparado para el entrenamiento? Y no me refiero para nada a las cualidades físicas, si no a nuestra salud.
Pongamos un ejemplo claro y conciso, el Aikido (podría haber sido cualquier otro, pero para este artículo es uno de los mejores) . Es difícil explicar y hacer entender a un aikidoka la necesidad de una preparación correcta, pero quizás sea más fácil preguntarle si cree que sus articulaciones, su espalda, su cadera, esta funcionalmente preparada para soportar las torsiones, las presiones, los golpes, que la disciplina le exige.
¿Tenemos un hombro adaptado y fuerte para soportar el grado de tensión de todas y cada una de las horas de entrenamiento en las que trabajamos sobre esa articulación? ¿Acaso el trabajo de luxaciones, por ejemplo, no incide en determinadas estructuras que “no son entrenables”?
En resumen, ¿podemos crear un entrenamiento para la salud del practicante marcial? La respuesta es muy clara. SI, es más, debemos hacerlo.
Y lo tendremos que hacer en base a dos partes importantes de cada uno de los entrenos, el calentamiento y la vuelta a la calma.
El calentamiento lo hemos descrito siempre como una actividad relacionada directamente con la sesión de entreno, no tiene que ser estandarizado, siempre el mismo tipo, debe evolucionar y adaptarse al objetivo de la clase en cuestión. Evidentemente todos conocemos los calentamientos “articulares” con movilidad de hombros, de cadera, de rodillas……2’ en total…..y a otra cosa, sea rodar para “calentar la espalda” o sea empezar con sombra….o…….
El calentamiento articular no debe reducirse a una movilidad exclusiva en diferentes ángulos, para calentar “la articulación” lo debemos hacer en base a 2 aspectos… (artículo entero en la revista).


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