Aikido holístico

Por José Santos Nalda Albiac, 5º Dan

 

¿Qué es realmente el Aikido? ¿Un arte marcial…? ¿Un arte de paz…? ¿Un método de educación global del individuo…?
No se puede responder acertadamente a estas preguntas si no conocemos bien las enseñanzas de Ueshiba, y aún así corremos el riesgo de no interpretarlas en su verdadero sentido.
La lectura reposada de sus escritos desde un estado de objetividad voluntariosa, nos hace comprender que su creador quiso que el Aikido fuese algo más que un simple método de combate cuerpo a cuerpo.
La enseñanza del maestro Ueshiba es intemporal, no caduca y permanece de plena utilidad en su tiempo y en el nuestro, en el que las necesidades y expectativas del siglo XXI hacen aún más conveniente un enfoque global e integrador del Aikido para convertirlo en una escuela de vida y una forma de vivir.
Limitar el ejercicio al adiestramiento físico y técnico de las destrezas de combate cuerpo a cuerpo no parece que fuera la intención de su creador, a juzgar por los principios filosóficos, estratégicos, éticos sociales y espirituales que señalaba como las cualidades que debían caracterizar al aikidoka.
Cumplir las propuestas reflejadas en los escritos de Ueshiba respecto de este arte, sólo es posible si se contempla su práctica desde un punto de vista holístico, que busca la mejora y participación de todas las facultades del individuo en su vida cotidiana.

 

Enfoque holístico

La palabra “holístico” viene del griego “holos” que significa: todo, entero, total, totalidad, indicando que una ciencia, un arte, una disciplina, etc. y sus propiedades, han de analizarse en su conjunto, y no sólo considerando las partes que la componen.
Dada la amplitud de las exigencias requeridas en el ámbito físico, mental, anímico, ético y espiritual expuestas en los escritos de Ueshiba para el correcto aprendizaje y vivencia del Aikido, podemos intentar hacer una exposición o enfoque holístico, que nos oriente en la mejora de todas las aptitudes de la persona como ser social.
Todo intento por encontrar un método de educación global acorde con la esencia de este arte de guerra o de paz, merece ser reconocido y apoyado por aquellas personas cuya experiencia en la enseñanza de esta disciplina tengan algo que decir o añadir al descubrimiento común.
Para los practicantes del siglo XXI, este tipo de formación ha de tener en cuenta las múltiples facetas que componen la personalidad humana y que en nuestro caso podrían ser:
– La inteligencia corporal (movimientos, sensaciones, cualidades físicas, etc.).
– La destreza técnica (el mejor modo de usar el cuerpo y su energía).
– La inteligencia mental (pensamientos, ideas, creencias, creatividad, etc.).
– La inteligencia emocional (gestión de las emociones y los sentimientos).
– La inteligencia social (el mejor modo de relacionarse con los demás).
– Los principios éticos y filosóficos específicos del Aikido.
– La inteligencia espiritual, con o sin connotaciones religiosas.

 

¿Qué es la inteligencia espiritual?

Es ante todo un tipo de conocimiento intuitivo o reflexivo, que trasciende el ámbito físico y material y nos ayuda a buscar y comprender el sentido de la vida, experimentar estados de conciencia elevados, afrontar mejor las adversidades y el sufrimiento, ordenar la existencia según una escala de valores, tener consciencia de la relación con lo trascendente, y según la psicóloga Frances Vaughan, nos ayuda a desarrollar la sensibilidad intrapersonal e interpersonal, a fin de entender el mundo, a los demás y a nosotros mismos, razones por las que muchos autores consideran este tipo de inteligencia como la más elevada de todas.
Volviendo al enfoque holístico del Aikido, justo es reconocer que esta forma de conceptuarlo no es una iniciativa original, puesto que con anterioridad el Judo del maestro Kano se propagaba en su origen como una forma de educación global del individuo y no solamente como un deporte de lucha… (artículo entero en la revista)


leer_mas_pdf ◄ Volver Atrás