“El secreto de las artes marciales está en hacer tangible lo invisible y oculto lo evidente”. Crónicas de la “desinformación” marcial
Por Sergio Hernández Beltrán
ryubukan@hotmail.com
De regreso a mis anteriores crónicas, pongo una vez más en el punto de mira del lector una parte de la historia reciente de la transmisión marcial real en Japón. La atracción de este escrito se basa en el arte del secreto. Pero no porque de por sí, la técnica o el estilo sean un secreto, sino por que la historia y el peso de una nación vencida en el último conflicto mundial han hecho que en parte se haya perdido y en parte haya permanecido oculta la existencia del estilo de espada que hoy expongo.
Ya en sí mismo, los estilos con la denominación de Batto-Do o Batto-jutsu, son extremadamente minoritarios en Japón actualmente, en comparativa con el más conocido Iai-Do especialmente los procedentes de la Zen Nihon Kendo Renmei y la Zen Nihon Iaido Renmei.
Es sin duda en parte el origen de estas “modernas” escuelas de Batto las que pueden hacer retraer a los practicantes de espada japoneses hacia ellas ya que todo lo que tenga relación con la Segunda Guerra Mundial, o sus consecuencias, es motivo de olvido.
Genéricamente, los japoneses de hoy día no tienen interés en las artes marciales. Lo consideran anticuado, forma parte de las vidas de sus abuelos, pero nada tiene que ver con su estilo actual de vida.
Y aquéllos que se acercan al Budo, están más relacionados con formas de mejora personal, conocimiento de uno mismo y crecimiento personal, que no con sistemas prácticos de combate real, mucho menos con los procedentes de un conflicto armado real.
Si existe un sector que aún tiene un cierto interés (normal), orientado un poco más allá del mero formato del uso de una espada “al aire” u otros sistemas “no prácticos” ante una situación de enfrentamiento, estos colectivos proceden principalmente de las Fuerzas de Defensa (el mal llamado ejército japonés) o la Policía. Y no tanto valoran la parte eminentemente práctica de la técnica aprendida, sino más bien es el trabajo mental, los aspectos no tangibles de la práctica, los que atraen su interés que podría servirles en sus profesiones o en la vida real.
Mi interés en “tocar los huesos del tigre” procede desde que tengo uso de razón, por saber, conocer, ahondar en los conflictos de la historia, principalmente el correspondiente a la Segunda Guerra Mundial. Y por supuesto por los aspectos aplicables y reales de las disciplinas que practico.
La disciplina que me ha llevado a “descubrir” la existencia del estilo Takayama-ryu, ha sido la practica del estilo Toyama-ryu Batto-jutsu. Los interesados en conocer o ahondar en este estilo pueden hacerlo adquiriendo el libro del que soy autor “Toyama-ryu Batto-jutsu. El estilo de espada del Ejército Imperial Japonés”. En dicha obra también hay un apéndice dedicado al estilo Takayama-ryu, sobre el que me he basado para el presente artículo.
Por mi propia historia, emocionalmente tengo mayor tendencia hacia un estilo de espada procedente del ejército, que no a uno de la armada. Sin embargo, la poca información, las escasas posibilidades de que un pequeño grupo aún mantenga viva esta tradición y su historia, lo hacen, a mi modo de ver, muy atractivo.
Deseo que al desvelar la existencia de este estilo, ayude a que no se pierda del todo, cuanto menos su historia.
La Marina de Guerra japonesa (Kaigun Rikusentai) de la época también tuvo su propia versión e instructores para el trabajo con los denominados como Kai-Gunto, es decir, las espadas militares de la Armada.
Los Gunto de la armada (Kaigunto) se conocen por el nombre de “Modelo Tachi”, y entraron en vigor el 23 de octubre del 1937 (Año 12 de la era Showa) mediante el Decreto Imperial nº 614 que regulaba el uniforme naval y que autorizaba esta nueva espada basada en el Tachi tradicional. Los expertos en este tipo de armas la denominan Tipo 97. La explicación es que, aunque el año de introducción del Kai-Gunto fue en 1937 según el calendario gregoriano, ese año corresponde al 2597 del Sistema de la Era Nacional. De este modo el nombre de Tipo 97 procede de los dos últimos dígitos del año 2597.
La espada naval tiene muchas más piezas y partes en comparación con una espada del ejército. En el momento de la adopción oficial de los Gunto, la espada naval era espléndida en comparación con la espada del ejército. Por lo general, los oficiales de la Armada usaban normalmente la daga a excepción de la brigada naval (Infantería de Marina). La historia indica que a causa del creciente nacionalismo, la marina investigó para la adopción de un nuevo modelo de Gunto muy diferente del adoptado en el año 1935. Debido a las experiencias del incidente de Shanghai, la brigada naval (Infantería de Marina) expuso que las oficiales y largas espadas manejadas a una sola mano no eran adecuadas en la práctica real. Por ello declararon que era necesario buscar y crear lo antes posible un Gunto acorde a los actuales tipos de batallas terrestres. A causa de que cada vez más el país estaba sumergiéndose en una guerra, la marina promulgó un nuevo Tipo de Gunto tres años más tarde del que autorizaba al del ejército.
Para el Koshirae (montaje) se tomó como modelo al Tachi del periodo Kamakura y fue un diseño del Almirante (Kaigun Taisho) de la Marina de Guerra Shinji Koizumi. Él era un experto sobre las antiguas prácticas con espada japonesa.
El Kaigunto tiene una empuñadura construida tradicionalmente (tsuka) con piel de tiburón ennegrecida (samekawa), a diferencia de la del ejército que era de piel de raya y blanca. La empuñadura estaba envuelta con el tradicional cordón de seda (Tsuka-ito) en este caso de color marrón armada.
Los adornos (menuki) estaban constituidos por tres flores de cerezo (igual que los del ejército) pero encerradas en un círculo. La guarda (tsuba) era de bronce ennegrecido, y los separadores (Seppa) del mismo material y color. Atravesando la guarda hasta encajar con la funda, existía una pieza a modo de seguro, llamada Chuso, y su funcionalidad permitía que la espada no se saliera de la funda, para ello había que presionar un botón alojado en la Tsuka, junto al fuchi que soltaba un pasador con un fleje que al ser presionado bajaba… (artículo entero en la revista)
◄ Volver Atrás