Por Luís Fernando Briceño Zuloaga
“Le faltó aire, dos años sin pelear le afectaron mucho, se le acabó la ambición, en los últimos años solo había enfrentado a dos oponentes, debió haber llegado con más tiempo a la Ciudad de México para aclimatarse a la altura…” Así se podría seguir escribiendo una tras otra las razones que daban tanto “conocedores” como público en general tratando de alguna manera de explicar la derrota de Caín Velásquez, hombre al cual hasta un día antes de la pelea muchos, por no decir casi todos, lo daban como seguro ganador.
Velásquez, quien recuperara su campeonato el 29 de diciembre del 2012, se había enfundado, por publicidad o por pasión real, en la bandera mexicana, era el símbolo que UFC había utilizado para entrar a América Latina y vaya que les había dado resultado con dos funciones llenas. Frente a él tenía al brasileño Fabricio Werdum, viviendo la mejor etapa de su carrera, aún así muchos aseguraban por la forma en que el México-americano había dominado a Junior Dos Santos que Werdum sería solo trámite para volver a ser el campeón indiscutible.
La pelea fue un intercambio nutrido de golpes, desde el primer round Caín fue al frente buscando poner a prueba la resistencia del sudamericano hacía los golpes, sin embargo este, lejos de intentar la pelea en el suelo, como se supondría por su cinturón negro en Jiu Jitsu Brasileño, le respondió de tú a tú a un Velásquez que poco a poco se fue desgastando, agotando y ya para el segundo round era evidente que todo el aire de la arena apenas y le alcanzaba para mantenerse al ataque. La campana del tercero señaló el principio del final, un Caín ensangrentado y exhausto fue al frente tratando de vender cara su derrota y fue atrapado en una guillotina de la cual ya no podría salir.
Hay gente que pide la revancha inmediata, anhelando quizá un regreso como el que Caín tuvo con Junior Dos Santos, otros comentan que debería hacer al menos una pelea más frente a algún adversario que reviva en él el “ojo de tigre” que lleva cada peleador@ en su corazón. Hablando del campeón, Fabricio Werdum, como es justo hacerlo, se comenta que podría enfrentar a Andrei Arlovski, un veteranísimo ex campeón de UFC que en el papel solo serviría para mantener activo al monarca y de paso lo afianzaría a los ojos de la afición, veremos que deciden los que mandan.
Y EL GUERRERO SE FUE PELEANDO
¿Quién iba a pensar en 1993 que un evento de las características de UFC 22 años después iba a tener la importancia que hoy tiene? ¿Quién iba a decir que uno de esos valientes que entró al octágono en ese primer evento, 22 años después seguiría activo? Así es, la leyenda y pionero de las Artes Marciales Mixtas; Ken Shamrock el viernes 19 de mayo volvió a meterse en una jaula a sus 51 años para verse las caras frente a Kevin Ferguson el ícono del Internet también conocido como Kimbo, en el evento llamado “Unfinished Business” de la empresa Bellator FC.
La entrada de ambos peleadores fue espectacular, pero la de Shamrock fue un merecido homenaje a su carrera: como peleador, como luchador y como hombre de familia. La pelea duró poco pero estuvo llena de emoción, ambos hombres salieron a darlo todo, al final la edad le pesó al ex campeón de Pancrase y a pesar de tener a Kimbo a punto de la rendición con un Hadaka Jime, nada pudo hacer cuando este escapó y con tres golpes lo dejó fuera de acción en el primer round.
Así termina la carrera de este grande a quien tal vez no se le ha dado la justicia que merece, uno de los hombres que se atrevió a combinar las Artes Marciales, con su formación de lucha no vio ningún impedimento para meterle golpes a las sumisiones o patadas a los derribes y así cambió, junto con otros, la historia de los deportes de contacto, Adiós Ken, esperemos por tu bien no volver a verte pelear.
A DIEZ SEGUNDOS DEL FINAL
UFC tiene en sus manos una de las peleas más promocionadas de los últimos tiempos: José Aldo y Connor McGregor se han dicho de todo, se han faltado al respeto y el 11 de Julio en UFC 189 por fin se verán las caras, el irlandés ha vociferado tanto su agresividad, que por cierto la tiene, que debe por obligación moral salir a no guardarse nada, si quiere vencer a Aldo debe atacarlo desde el principio hasta el final. Dudamos que sea una reyerta fría y de cautela por las características de estos hombres, este enfrentamiento tiene todo para volverse un clásico y por qué no, una de esas rivalidades que hacen historia…
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