Dr. Kacem Zoughari. En el Lado Oscuro de la Bujinkan (2ª parte)

Por EL BUDOKA 2.0

Con la colaboración de Renan Perpinyà

Fotografía: Albert Verdaguer Genis

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La primera parte de esta entrevista al Dr. Kacem Zoughari apareció en la edición anterior de El Budoka 2.0, nº 41. Alumno directo de Tetsuji Ishizuka, estudioso de la lengua, civilización e historia del Japón del Instituto Nacional de la Lengua y Civilizaciones de París, el Dr. Zoughari viene precedido de una fama gana a pulso.

Ser conferenciante en diversas universidades, tener un Doctorado en filosofía e historia de las Artes Marciales, haber sido ganador de la beca Lavoisier del Ministerio de Asuntos Exteriores, instructor militar para las Fuerzas Especiales, especialista en seguridad y técnicas de protección a personalidades… además de estudiante, practicante e instructor de artes marciales clásicas y ninjutsu, le otorgan un saber, una riguridad y un temple difícilmente igualables… Nuestro agradecimiento al Dr. Ka­cem Zoughari por su tiempo y al maestro Renan Perpinyà por su a­yu­da y colaboración.

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¿Cree usted entonces que las denominadas “artes clásicas de combate japonesas” como el kosshijutsu, koppôjutsu o el ninjutsu mismo pueden tener una aplicación efectiva hoy en día?

¡Por supuesto! ¡Evidentemente! Si no, ¡no las practicaría! ¡Estas artes eran el summum de la eficacia en el pasado y no veo por qué no tendrían que serlo actualmente! Si no funcionan es porque el adepto no practica la forma correcta, ni la precisión ni la rectitud al no haber recibido la transmisión adecuada. Por lo que a mí respecta, creo absolutamente que hay que estudiar, practicar, investigar y aplicar con la inteligencia de antaño y el corazón bien anclado en el presente. En mi caso, he podido verificar varias veces tanto la validez como la racionalidad y la lógica inherentes a cada una de las técnicas de kosshi jutsu y koppô jutsu. Sería para mí impensable no ver su aplicación pragmática en la actualidad, así como su efecto a largo plazo sobre el cuerpo y la mente del practicante, incluyendo simultáneamente los aspectos terapéuticos, saludables, biomecánicos, etc.

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Sorprendente… dada la tendencia actual de numerosos instructores de la Bujinkan de practicar paralelamente técnicas más efectivas en una situación real, como el Krav Maga, Systema, MMA…

Cada cual es libre de hacer lo que le plazca… y francamente no veo cuál es el problema. Por otro lado, no hay que mentir a los estudiantes y servirles un cóctel o salsa de pésimo sabor diciéndoles ¡esto es Bujinkan! De todos modos, cuando observamos lo que hacen la gran mayoría de instructores –dentro y fuera de Japón– uno puede preguntarse: “pero… ¿qué es esta mierda?”. Hay que ser realista y realizar autocrítica con lo que uno hace, dejar de soñar y de creer que con las técnicas que muchos enseñan puedes enfrentarte a un experto en MMA, a un boxeador, etc. Por otro lado, no serán unas cuantas clases de MMA o Krav Maga lo que te va a permitir plantarle cara a un profesional de la lucha o a alguien realmente vicioso en un callejón. Hay que estudiar todos los estilos para estar al tanto y preparado en una situación en la que tendrás que enfrentarte a un practicante de los estilos anteriormente citados. Dicho esto, no hay que olvidar que los instructores de la Bujinkan que estudian esas otras disciplinas, lo hacen porque no han tenido acceso a la transmisión correcta, ni confían realmente en las técnicas que les han sido enseñadas. Y, por supuesto, la calidad de su entrenamiento, así como la naturaleza de la relación que mantienen con el Arte y el maestro, evidencian sus carencias y contradicciones. Entonces es cuando uno busca fuera lo que no encuentra en casa. Sin embargo, hay que tener cuidado con la mezcla resultante. Cada estilo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Sus limitaciones y sus restricciones. Hay que evitar asimismo establecer una comparación entre estilos que, desde un punto de vista histórico, así como en el supuesto de la efectividad en situación real, divergen en cuanto a sus objetivos. En fin, cada uno puede hacer lo que le plazca mientras no intente hacer creer a sus alumnos vete a saber qué…

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¿Y cuál es su opinión sobre la afirmación de que el ninjutsu no es un arte marcial, sino más bien un conjunto de técnicas centradas en el espionaje y la infiltración?

Es un posicionamiento muy en boga en ciertos medios académicos… Creo que ya respondí a una pregunta similar en una entrevista para la prensa de habla inglesa… Asociar un término japonés como ninjutsu a un término inglés cuya etimología e historia no tiene relación alguna, es demostrar una carencia absoluta de conocimientos y metodología. Y, si además formas parte del mundo académico y cometes este error… ¡es una vergüenza! Los que dicen esas estupideces lo hacen siempre con una visión sesgada, en función del medio en el que se desenvuelven y de su interés. Observan y estudian con una visión binaria y limitada de lo que es el ninjutsu. Es una verdadera pérdida de tiempo discutir con gente con tan débiles argumentos, basados en fuentes malentendidas. Pero, ¿de qué medio académico estamos hablando aquí? Seamos serios… ¡hay unos requisitos mínimos! Tener un doctorado en estudios estrictamente japoneses, especializado en la historia clásica de las técnicas de combate, la historia militar y su estrategia, tácticas, espionaje, conocer profundamente los primeros tratados chinos de estrategia militar y su introducción en Japón, así como su evolución y modificación, un conocimiento preciso de la historia de los ryû-ha, de los modos de transmisión, etc. Leer los densho –escritos en kanbun– y centrarse en la lectura del kanbun específico al mundo del bujutsu, bugei, heihô, etc., Una vez más, ¿de qué medio académico estamos hablando? ¿El de la Wikipedia? ¿El de “he oído a mi maestro decir que… he leído en un libro… en internet pone…”? Hay que dejar de soltar gilipolleces. No acabo de visualizar cuál es ese “mundo académico” al que se refieren esos supuestos historiadores. Sobre todo, considerando que la primera regla de la investigación histórica es la neutralidad y el distanciamiento respecto al tema de estudio.

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Entonces, ¿qué hay de las investigaciones realizadas en la Universidad de Mie, en Japón?

El departamento de investigación y estudio sobre el ninjutsu de dicha universidad está aún en sus inicios, lo que significa que habrá que esperar al menos entre diez y veinte años para formar un profesorado y conferenciantes centrados no sólo en el estudio del ninjutsu, también en el del bujutsu, heihô… Por el momento, ese departamento carece de trabajos universitarios, estudios y/o documentos de investigación suficientemente conclusivos como para ser usados como referencia. Poseen ciertos archivos, obras y fondo literario. Como los de Okimori, Sawamura, etc., pero se necesitarán muchos años y, sobretodo, un profesorado competente en ese ámbito para discernir y explicar la esencia detalladamente. Un departamento no se constituye en cuatro días, ni siquiera en unos pocos años. Se requiere mucho tiempo y mucho talento. Gente competente, investigar… estudios… y humildad. Quien dirige ese departamento es el profesor Yamada, con quien he tenido el placer de reunirme en casa de Hatsumi sensei y en su propio despacho. Es un especialista en cuestiones religiosas del Japón medieval. Por lo tanto, no hay conexión directa con la historia del bujutsu, heihô, ninjutsu… Por supuesto, su formación universitaria le habilita para leer kanbun y llevar a cabo trabajos serios de investigación, así como a reconocer la validez de una metodología de investigación o el nivel de un historiador, profesor, etc. Lo que significa que sabe reconocer a un charlatán cuando lo tiene delante. Por otra parte, tal y como me confesó durante nuestra reunión, no tenía ningún interés personal en consagrarse a ese departamento, un hecho realmente interesante. Como es neutral, va a reunirse con todos los que se consideran y presentan como historiadores sin ser siquiera universitarios cualificados. Asimismo, es interesante destacar que ese departamento existe desde hace unos pocos años, por lo que aún no se realizan masters ni licenciaturas. Por lo tanto, el nivel del trabajo de investigación es aún muy bajo y depende en gran medida de los esfuerzos del profesor Yamada. Sólo queda desearle valor y mucha suerte. Con todo esto, como todas las universidades alrededor del mundo, la universidad de Mie tiene una hoja de ruta, una agenda propia: ¿por qué aceptar la creación de un departamento sobre el ninjutsu cuando todas las demás universidades lo han rechazado? ¿Por qué precisamente ahora, cuando el fondo literario y los archivos existen desde hace años? Hay que señalar también que la moda ninja-ninjutsu es un ingrediente que atrae a los turistas y permite por lo tanto realzar las “especialidades” de la prefectura de Mie, algo en absoluto desdeñable desde el punto de vista económico. En fin, hay más cuestiones a considerar, pero ya veremos cómo evolucionan las cosas.

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Y en relación a los considerados “textos sagrados” sobre el ninjutsu, como el Shôninki, el Ninpiden o el Bansenshukai… ¿no son los documentos de referencia para cualquier trabajo de investigación sobre las técnicas utilizadas por los ninja a lo largo de la historia?

Son un referente. Pero si la metodología de estudio deja que desear… en otras palabras, un método de investigación sin el apoyo del conocimiento de la lengua japonesa, la historia, sociología, la lectura del kanbun, un conocimiento minucioso de la historia de los guerreros, una visión objetiva y amplia, así como una actitud crítica desde un posicionamiento neutral… El documento puede que sea una referencia, pero si la metodología es un desastre… obviamente el documento no ayuda. Contrariamente a lo que muchos creen, no son el único referente. Además, contienen numerosos errores históricos y contradicciones, y plantean muchas dudas sobre la aplicación y utilización efectiva y real de ciertas armas, métodos de infiltración y espionaje. Es necesario saber qué tipo de documentos tenemos ante nosotros. Por ejemplo, el Bansenshukai y el Shoninki fueron escritos siguiendo los criterios de redacción propios de un heihô-sho, un tratado de estrategias y tácticas militares. No tener en consideración este aspecto puede comprometer toda la metodología de estudio. El Bansenshukai se presenta como un zuihitsu en el Nihon Budô Taikei. Por lo tanto, no se trata de un densho, algo que se constata tras una lectura inicial, al igual que el Shoninki. El Ninpiden es un densho, pero mucha de la información que contiene debe tomarse con cautela y distanciamiento y debe ser resituada en su contexto histórico. Aun así, estos documentos son obras de consideración que deben ser estudiadas, pues aportan una visión, un aspecto de lo que era el ninjutsu y los ninja. Por otro lado, un investigador universitario digno de ese nombre debe tener en mente que se trata de únicamente una de muchas facetas. Por lo tanto, hay que mantener la justa amplitud de miras y proseguir los estudios sin omitir nada.

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Últimamente otros escritores han aventurado incluso que el ninjutsu y los ninja no habrían siquiera existido, y serían más bien una invención originaria del mundo del manga o un personaje ideado para revitalizar la industria cinematográfica japonesa durante la posguerra…

No conozco esos autores ni sus obras. Tendría que ver sus currículums universitarios… si están especializados en la cultura japonesa, si hablan el idioma con fluidez, si están licenciados en historia del Japón, etc. Es difícil dar una opinión sin disponer de información contrastada sobre esas personas. De todos modos, creo que todo aquel que se atreve a aventurar que el ninjutsu y los ninja no han existido jamás haría bien en aprender a hablar bien japonés y revisar sus fuentes de información. Ha estado usted viviendo en Japón estos últimos años y ha presenciado los últimos acontecimientos en el seno de la Bujinkan. Al parecer, varios instructores japoneses van a impartir seminarios en distintos países…


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