El palo de Shaolin

Por Shi Yan Jia
Monje budista 34ª generación
Templo Shaolin – Songshan (China)

 

A lo largo de la historia del templo Shaolin ha habido muchas famosas leyendas y mitos que son la fuente de los rumores y creencias sobre las capacidades de los monjes del pequeño monasterio. Tal vez la más famosa de ellas es la historia de cómo trece monjes, armados sólo con sus bastones, rescataron y salvaron la vida del príncipe Li Shi Min, que a cambio ofreció muchos regalos y honores al templo Shaolin. Cuando estaba en el poder, entregó 40 qing (660 hectáreas) de tierra al templo, un ziluo Jiasa (manto de púrpura) a cada monje, y todos los monjes recibieron el título de general. Al templo también se le permitió tener su propio ejército de monjes soldado.
Una gran estela (monumento de piedra) que firmó el propio emperador y que existe en el templo, corrobora estos hechos legendarios. También hay dos enormes árboles que pasan casi desapercibidos por la gente que no conoce su historia. Pocas personas saben que los árboles estaban allí el día en que el emperador otorgó los títulos y por lo tanto también recibieron el título de general, junto con los monjes. Son “Da jiang jun” (Gran árbol general) y “Er jiang jun” (segundo árbol general). Tienen cientos de años de antigüedad, y algunas de las historias de los monjes se han generado en ellos. Son los auténticos supervivientes de la historia del monasterio. Este ejemplo de la historia de Shaolin es un gran ejemplo de “chan quan yi ti” (literalmente el puño y chan son un solo cuerpo). La mezcla del budismo Chan y las artes marciales es lo que acuñó la célebre frase «Shaolin quan bang tian xia wu lin Tang zong» (el puño de Shaolin y el palo de Shaolin son lo mejor bajo el cielo).
Los monjes Shaolin han practicado las formas de mano vacía y palo durante cientos de años adquiriendo sin duda una destreza sin igual. La palabra “monje” en China, es sinónimo de paz, compasión, armonía, inteligencia, pero sobre todo de una gran responsabilidad hacia las personas, ayudando a los demás; sinónimo también de compartir la filosofía con los demás y comprender el sufrimiento ajeno. Es por ello que cuando los monjes Shaolin necesitan ir a la guerra para detener la violencia o fueron obligados a luchar, evitaban usar armas que fácilmente podrían matar a gente, como espadas o sables. Era preferible utilizar técnicas de chin-na (captura y bloqueo) o dian-xue (dim mak en Cantonés – presionar las arterias y puntos específicos para dejar al enemigo inconsciente), y en casos extremos, recurrir al palo para noquear al oponente. Esperaban que cuando despertara, el oponente se diera cuenta que su lucha era innecesaria y entendieran que es malo pretender matar a otros. En el peor de los casos, cuando se despertara, ya no habría nadie allí. Los monjes decían que el hombre caído debe darse cuenta que su lucha había sido inútil y aprender de esa experiencia. De esta manera se convertiría quizás en una mejor persona. Y de esta manera también se llevaba a la práctica la palabra y filosofía del budismo Chan.
Además, el palo de Shaolin se convirtió en una herramienta muy común. Cuando los monjes viajaban no les gustaba llevar armas, pero un buen palo o bastón también es una buena herramienta para mover los obstáculos en el camino, saltar a través de un arroyo, o para usar como un apoyo cuando uno está cansado. Así se convirtió en la herramienta que portaban usualmente todos los monjes y caminantes.
Cada estilo tiene su propia manera de mejorar sus técnicas y estrategias, y también muestran una manera para que el practicante se mejore a sí mismo: “Qiang Za Yi Tiao Xian, Gun Ya Yi Da Pian” Esta frase significa que, practicando con el palo, ayuda al estudiante a desarrollar un sentido de espacio a su alrededor, ya que es un arma que se mueve en todas las direcciones. Una lanza, por el contrario, suele moverse más en línea recta. Hay un refrán de sables que dice “dan dao kan shou” (cuando se utiliza un sable, cuidado con las manos), y “shuang dao kan zhou” (cuando se utilizan dos sables, cuidado con los codos). Aunque estas armas también se utilizan en Shaolin, el palo es el más popular y es considerado sin duda alguna el arma principal de los monjes.
Sus movimientos aprovechan las cualidades que nos ofrece, como el hecho de que puede ser sostenido desde cualquier parte y utilizado en todas las direcciones. Esto permite al practicante dominar una gama más amplia de técnicas y movimientos y lanzar golpes fuertes debido a la fuerza que se obtiene cuando se utiliza de cierta forma. La flexibilidad del palo es otro factor importante, ya que se obtiene fuerza adicional proveniente de la vibración. Además, aunque el palo puede no ser afilado como la espada o puntiagudo como una lanza, tiene los mismos efectos cuando se utiliza como tal. Un golpe directo dado como si se tratara de una lanza puede ser también muy poderoso. Un golpe dado con la proyección de energía (Fajing) puede romper una piedra. Además, permite al practicante atacar con rapidez desde diferentes direcciones y ángulos. Las distancias a trabajar son también muy versátiles, que van desde la distancia larga hasta la distancia corta.
“Yan guan liu lu, er ting ba fang”: los ojos pueden ver seis direcciones, los oídos oyen en ocho, dice el Maestro Shi Yan Ao, y que reza un antiguo dicho en Shaolin. En un cierto nivel, no necesitas ver a tu alrededor, tus sentidos se desarrollan lo suficiente para que puedas ser consciente de lo que está a tu alrededor sólo con oírlo. En muchas formas de palo, los practicantes deben moverse de forma dinámica y elegante en ocho direcciones diferentes, y no obstante, girar con potencia, velocidad y destreza. Hay quien cree que estos ejercicios se hacen simplemente para mostrar o desarrollar las habilidades, o como gestos decorativos, pero cada movimiento fue puesto allí por una razón específica. El practicante debe hacer estos movimientos con gran velocidad, porque mientras los realiza, el palo debe utilizarse como un bate de béisbol, que sería capaz de golpear y lanzar piedras u otros objetos. Cada movimiento debe realizarse siempre con un determinado objetivo y utilidad específica. No hay gestos ni movimientos inútiles a un propósito real de combate.
Los movimientos del palo han originado diversos mitos y leyendas. Se dice que cuando se gira muy rápidamente el palo, puede crear algo así como un de escudo que protege al practicante. El palo gira tan rápidamente en todas direcciones que es imposible pasar a través de él sin ser golpeado. Se dice que aun cuando los enemigos lanzaran piedras u objetos para atacar a los monjes, no podrían alcanzar su objetivo siendo rechazados por el palo. El refrán “feng yu bu tou” significa que incluso el viento y la lluvia no pueden atravesarlo.
En Shaolin todo tiene un sentido, todo tiene una forma y una explicación del por qué y para qué. Nada es dejado al azar, y todo es objeto de estudio profundo. Como dice el refrán “chan quan yi ti”, la filosofía chan no se expresa únicamente en oraciones o en la meditación, se expresa en todos los sentidos y también en las artes marciales. Sus movimientos tienen un doble sentido: el sentido marcial y su función de desarrollo de conceptos. Por ejemplo hay movimientos en las formas de palo donde parece que el monje está cortando el césped, como si el palo fuera una guadaña. En el combate, este movimiento se utiliza para provocar la caída del enemigo golpeando sus talones. Pero este movimiento tiene también una función filosófica que los practicantes deben recordar siempre: para cortar la hierba en sus vidas, que significa ver las cosas más profundamente y claramente, sin que la hierba los cubra. Para los monjes, la hierba también representa las cosas malas que debemos eliminar de nuestras vidas… (artículo entero en la revista).

 


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