
EL BUDISMO (I): WON-HYO
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Por Andreu Martínez
VII Dan de Taekwon-Do ITF
IV Dan de Haidong Gumdo
Director de la Escuela Juche Kwan
master@juchekwan.org
https://juchekwan.org
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De las 24 formas del Taekwon-Do, dos están dedicadas a célebres monjes budistas coreanos: Won-Hyo y So-San. Se trata de destacados exponentes del Budismo Seon especialmente apreciados por el pueblo coreano. En el presente artículo nos centraremos en la figura del venerable Won-Hyo (, cuyo significado es “amanecer”).
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Won-Hyo (617-686) nació en Silla, cuando lo que hoy en día conocemos como Corea todavía estaba dividido en tres reinos (siendo los otros dos Koguryo y Baekje). A pesar de que la Enciclopedia del Taekwon-Do nos lo presenta como “el monje que introdujo el Budismo en Corea”, lo cierto es que el Budismo llegó a Koguryo en el año 372 y, posteriormente, a Baekje y Silla. Sí que podemos decir que Won-Hyo fue un pensador enorme, de la talla de Yi Hwang y Yi I (respectivamente, Toi-Gye y Yul-Gok, representantes del Neoconfucianismo a los que nos referiremos en futuros artículos), responsable de la divulgación y popularización de las enseñanzas de Buda en Silla. También llevó a cabo un trabajo impecable para unificar las diferentes sectas budistas que en su momento se hallaban enfrentadas. A continuación, presentamos uno de los aspectos más conocidos de su vida:
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Tras años de estudio y meditación, Won-Hyo decidió proseguir su formación en China como muchos de los monjes que pretendían profundizar seriamente en su vía. Después de un primer viaje infructuoso volvió a intentarlo por mar, pero cuando llegó al puerto ya era de noche y amenazaba tormenta. Así que pernoctó en una cueva en una montaña cercana. Al despertarse, se dio cuenta de que la cueva era un viejo cementerio; pero seguía lloviendo fuertemente y tuvo que pasar otra noche en el lugar. Esa segunda noche no pudo dormir bien al ser consciente de dónde estaba. Existe una versión más truculenta de la historia, según la cual Won-Hyo, durante la primera noche, se despertó sediento y buscó algo de beber. A tientas, encontró un recipiente del que bebió y sació su sed. A la mañana siguiente, con la luz que entraba en la gruta, pudo ver que el supuesto recipiente era en realidad un cráneo partido lleno de un líquido con muy mal aspecto. Esto cambió su forma de ver el mundo y le llevó a afirmar que “todo está en la mente”. Lo mismo que le había quitado la sed la noche anterior le provocaba el vómito al día siguiente. Yendo un paso más allá, si la verdad está presente en la mente, ¿cómo podría encontrarse fuera de ella? Fue así que decidió regresar y acabó siendo el monje más importante de su época, dejando atrás una biografía sumamente interesante y fuera de cualquier convencionalismo.
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En una ocasión fue invitado a palacio y conoció a la Princesa Yoseok, con quien mantuvo una breve relación y tuvo un hijo, Seol Chong. Tras este episodio, Won-Hyo colgó el hábito y pasó a llevar una vida errante y excéntrica, siempre próximo al pueblo. Ofrecía consejo y ayuda a quien lo necesitara, ya fuera rey o campesino. Allá dónde iba despertaba sorpresa y admiración.
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Se le atribuyen más de un centenar de escritos, de los que solamente 22 han llegado hasta la actualidad. Su fama y su obra llegó hasta China y la India. Actualmente, gracias al Taekwon-Do, es conocido alrededor del mundo.
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Espero que conozcamos ahora un poco mejor al protagonista de la 4ª forma del Taekwon-Do. Podemos ver en él un ejemplo de integridad y perseverancia. También nos recuerda que “todo está en la mente” y cómo ésta puede convertirse en nuestro mejor aliado o nuestro peor enemigo. De nosotros depende…
