Por Eduardo Planas
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Javier Sánchez Anchelergues es, desde hace cuatro años, 7º Dan Shihan de Kyokushin KWF siendo el segundo karateka en Aragón de haber recibido este grado. Con unas ideas fundamentadas en lo que ha aprendido en sus muchos años de tatami, nos explica cómo ve el duro y exigente trabajo que demanda su estilo de Karate.
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¿Cuando y con quién empezó a practicar Kyokushin?
Hace ya más de 40 años con el maestro, y actualmente presidente de la organización mundial de la KWF, Shihan Antonio Piñero.
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¿Por qué este estilo y no otro?
Dentro de todos los estilos elegí Kyokushin por su filosofía, por su historia, después conocí a su fundador, Masutatsu Oyama y, por su entrega en todo momento, todos los estilos son buenos.
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¿Qué diferencia hay entre Karate-do y Kyokushin?
La diferencia nos lo dice en las siete promesas que nos indica el esfuerzo fisicomental, en la humildad y buscar el verdadero camino.
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¿Cuáles son los objetivos físicos y estratégicos?
El desarrollo de la estructura en progreso de la base desde el principio de la enseñanza, sabiendo cómo deseamos llegar a ser. Y nunca se deja de aprender. Ese es el verdadero camino.
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¿Cómo estructura su enseñanza?
Los alumnos tienen unos exámenes de pasos de grado donde nos demuestran sus habilidades y la mejoría en el tiempo, con las técnicas, con las combinaciones, con su finalidad en el combate.
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¿Qué momento especial recuerda de sus años de práctica?
A lo largo de mi aprendizaje tengo muchos momentos y algunos muy especiales. Haber entrenado con los mejores maestros del mundo, Shihan Aisoben, Royama y Matsui; shihan Steven Arneil, shihan Antonio Piñero. y así un largo etcétera. Coincidiendo en exámenes, cursos en varios sitios, incluso en Japón…
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¿Qué competencia mejora en los practicantes?
La finalidad de los practicantes pasa por, después de adquirir las técnicas, poderse defender y trabajar para mejorar en el combate. Para eso se entrena tan duro.
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¿Cómo son los combates de Kyokushin?
Los combates son al KO., pero con unas normas, con técnicas permitidas, donde los árbitros y jueces del combate deciden el ganador.
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¿Personalmente qué le ha aportado el Karate Kyokushin?
El Karate Kyokushin es para mi un medio de vida donde todo profesor disfruta viendo a sus alumnos cómo se van superando, y más cuando aquellos que ha tenido como alumnos ahora también son maestros que deberían de ser humildes demostrando a sus alumnos que solo es un paso en la vida.
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¿Cómo se forma un profesor en este estilo?
Un profesor se forma siempre con mucha continuidad, teniendo respeto a su profesor y luego con los alumnos, siguiendo y superando todos los obstáculos que le salgan a su paso y seguir con las promesas que son las que cualquier persona sin ser karateka debería lograr en la vida.
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¿Existe buena relación entre los practicantes?
El buen profesor tiene que hacer que exista una buena relación entre ellos, pero a la vez en clase tiene que impartir respeto, seriedad y amistad. El profesor tiene que ser su amigo, su hermano y, a veces, su padre.
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¿Ha creado usted su propia escuela?
Yo sigo con la enseñanza de Kyokushin que mi maestro me enseñó, y con respeto lo enseño, con humildad y nunca cambiaría por grado ni por nada el nombre de Kyokushin ONE.
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¿Cómo ve el futuro del Kyokushin?
A nivel mundial está muy reconocido y estamos en la mayoría de países. Se realizan cursos donde se practican las técnicas, de la misma manera, en todos los sitios. Igualmente en los campeonatos a nivel europeo y mundial. Las formas están basadas en el paso de grados, Katas etc.
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