Entrevista al maestro José Miranda

Por Xavier Teixidó

 

Quisiéramos felicitarle por su reciente ascenso a 8º dan de Nihon Jujutsu en IMAF Europe. Es uno de los pocos maestros de Jujutsu en Europa que ostentan tan alta graduación. ¿Qué balance hace al respecto?
Gracias. Balance… responsabilidad más bien, (me viene muy grande), tengo que estudiar y entrenar más, para poder estar a la altura mínima.

 

Después de 44 años dedicados al estudio y enseñanza del Budo, habrá visto y conocido de todo. ¿Cree que ha tocado techo como Budoka? ¿Ha cumplido sus objetivos?
Qué va! Nadie toca techo en nada y menos como aficionado a algo tan inmenso como es el Budo. Lo que pasa es que la edad, te hace recapacitar o pensar de otra manera, ahora tengo diferentes puntos de vista.
Como sé y estoy seguro de que no “se toca techo”, intento entrenar y mejorar otros aspectos del Budo, que no son precisamente técnicos, trato de ser muy buena persona y vencer a los enemigos más difíciles; ego, vanidad, egoísmo, etc. Lo voy logrando, pero cuesta, están muy bien entrenados. Procuro ser de verdad, no inventar, no fingir, no vender algo que no siento o no existe. Intento no vender Budo y aunque parezca lo contrario, intento pasar desapercibido.

 

 

A pesar de que ha estudiado otras disciplinas, el Jujutsu ha sido siempre su eje de práctica. ¿En qué se diferencia su trabajo de otros Jujutsu conocidos?
La diferencia principal es que creo en lo que lo que hago y cómo lo hago. Me permite no estar en posesión de la verdad, me permite mejorar. La máxima efectividad se logra en tanto que su estudio y práctica me hace feliz y a otros también. Estoy satisfecho con los resultados.

 

 

Entonces se puede decir que ha creado su propio método? O mantiene la práctica de las escuelas antiguas?
Acabé de organizar el programa técnico ejerciendo como profesor en Jaca en el curso de mandos de unidades de operaciones especiales del ejército, hace 10 años. Es un programa testado y enfocado para su aplicación directa y real. Ha existido una evolución muy práctica y pragmática, pero respetando los orígenes. Pocas son las carencias técnicas que pueda tener, y mantiene intacto el carácter de autodefensa.
Tampoco necesita cambios para su enseñanza a colectivos específicos o profesionales, tanto para violencia de género como para cuerpos de seguridad. Es directo, contundente y no existe la competición, va más allá del mero aspecto deportivo. Y por último, es aceptado en todos los círculos incluyendo el del origen, Japón.

 

 

Su método de Aikijujutsu lleva el anexo de Yoseikan ha. ¿Conecta con la escuela del maestro Mochizuki Minoru?

Claro, es “una pequeña rama de un árbol formidable””. Hay muchas ramas del antiguo Yoseikan Dojo, pero el espíritu es similar. El programa de Aikijujutsu se aproxima mucho al del maestro Mochizuki Minoru, con autorización expresa otorgada por el maestro a IMAF Europa. Él era su presidente de honor, hasta que falleció. Pero esta rama que enseño contiene también grupos técnicos de escuelas antiguas, bien como forma de conservación y estudio, bien como homenaje a algo que terminará olvidado.
Aún así tengo una anécdota reciente que viene bien contarla aquí. Estando en Japón, durante una demostración, alguien hizo un comentario que hizo emocionar a mi uke. Ese uke era Xavier Teixidó, pilar de mi escuela y magnífico profesor. Ocurrió que cuando yo realizaba esa demostración, el traductor pronunció en voz alta un comentario de uno de los maestros presentes; “me recuerda a mi amigo Mochizuki cuando era Joven”. Y esas, fueron las palabras del gran Shimazu Kenji, Shihan y heredero de Yagyu Shingan ryu heiho. Fue todo un cumplido, sin apenas conocerme, y sin saber nada de mi trayectoria… (artículo entero en la revista).


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