Por Bruno Cancho Parra (obra publicada)
Jefe Instructor en Balintawak bajo Eddie Vélez
bisayaeskrima.com
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Hace ya tiempo que tengo mi móvil en modo silencio, una luz parpadea cuando me llaman, la molestia acústica me tiene harto. Por eso, ese domingo 6 de septiembre 2020 al coger mi móvil vi en la pantalla multitud de mensajes y llamadas que habían llegado durante la madrugada… eran las 9:30h y justo vibró el teléfono en mi mano a consecuencia de una llamada entrante. Contesté todavía medio dormido… La llamada me anunciaba el fallecimiento del maestro Eduardo Eddie Vélez. Cogí mis gafas, que sin ellas no veo de cerca, y claro, todas las notificaciones recibidas durante mi estancia en los brazos de Morfeo eran sobre ese tema. Eddie se había ido fiel a él mismo, sin decir nada, de manera repentina.
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Eddie fue mi instructor principal de Balintawak. Empecé a entrenar con él en 2009, en un momento de su vida en la cual había aparcado su práctica , siendo muy difícil o casi imposible dar con él.
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Pero ¿quién era Eddie Vélez? A través de estas líneas me gustaría compartir con ustedes, en forma de homenaje, algo de información para alguien que hoy es considerado como leyenda del Balintawak y que nunca dejó indiferente a los que entrenaron con él.
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Eduardo Eddie Vélez
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Eduardo L. Vélez nació el 30 de marzo de 1965, siendo el más joven de cinco hermanos (dos chicas y tres chicos). Su padre, Teofilo, era eskrimador de renombre que se inició con gente de la escuela Doce Pares.
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Siendo el pequeño de la familia, Eddie fue siempre un poco más consentido. Su padre trabajaba arreglando máquinas de escribir, facilidad por los trabajos manuales que Eddie heredó. Teofilo crió a su hijos de una manera estricta, la cual Eddie consideraba que era “a la españo- la”. Eddie era revoltoso y ponía a prueba la autoridad de su padre, llegándose a fugar un par de días de casa y haciendo que su padre tuviera que buscarlo. De manera general, Eddie tuvo una buena infancia en un entorno sereno y amable.
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Su padre empezó a entrenar Balintawak con Venancio Bacon, fundador del estilo. También su amigo José Villasin, que era abogado de profesión, se inició al Balintawak. Teófilo y José eran muy buenos amigos, Teófilo ponía a disposición su línea de teléfono a José si lo necesitaba, y los dos practicaban Balintawak fortaleciendo su amistad.
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Ya llegado a su adolescencia, Eddie era algo así como un espíritu libre, por no decir un poco problemático, pues las reglas no iban con él, y a menudo se veía envuelto en peleas.
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Teófilo Vélez empezó a enseñar Balintawak usando una metodología que había estructurado con José Villasin, la metodología dicha de grupos. Así pues, en su casa de la calle Sikatuna del barrio de Parian, Teófilo enseñaba Balintawak.
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Eddie, como sus dos hermanos mayores, Pacito alias Chito y Ramón Franco alias Monnie, aprendieron de su padre. Por allí pasaron muchos maestros hoy conocidos como Bobby Tabimina, Bobby Taboada, Nick Elizar, Nene Gaabucayan, Winnie de la Rosa, Nilo Servila, Teófilo Roma y un largo etc.
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Eddie entrenaba cuando le parecía con el grupo, era talentoso pero un poco indisciplinado. Su hermano Pacito era el que asistía más a su padre, pero Eddie más bien cuando le convenía.
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Viendo sus posibilidades y un poco preocupado por él en cuanto a sus humores, su padre decidió hacerle entrenar en privado con Anciong Bacon por las mañanas. Así que durante unos meses pudo entrenar con él, pero Anciong puso sus reglas y Eddie las acató.
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Según Eddie, poder entrenar con él fue una gran oportunidad y una experiencia única. En todo caso, su personalidad no cambió, rápidamente se hizo una reputación de duro y en cuanto había confrontación física allí estaba, ayudando a algún amigo, o representando al Balintawak.
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Desempeñó diferentes trabajos donde sus dotes de peleador eran exigidas: guardaespaldas de un hombre de negocios chino, agente de seguridad durante dos años en la salvaje Papúa Nueva Guinea y otros trabajos de la misma índole, y no nos engañemos, Eddie pasó varias veces esa barrera psicológica de quitar la vida a un ser humano en un país en el cual en ciertos lugares o ambientes, la vida no vale más que un puñado de pesos.
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La vida poco a poco lo curtía, se casó y tuvo dos hijos llamados Ido e Ida, se separó para luego volver a casarse y tener tres hijos más.
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Eddie no enseñó Balintawak nunca de manera oficial durante mucho tiempo, la gente no era muy fan de entrenar y beber alcohol al mismo tiempo, cosa que Eddie solía hacer, ya que la práctica era como él, informal. Eddie, con su segunda mujer, decidió dejar la que podríamos considerar la mala vida y centrarse. De su Cebú City natal se mudó a las Islas Camotes, de donde su mujer era originaria. Era una vida tranquila pero aburrida, según sus palabras, por eso ante cualquier ocasión se volvía a Cebú pretextando algún trámite administrativo, trabajo o entreno de algún extranjero, porque con las redes sociales y los vídeos y promociones hechas por un servidor, la gente se interesó o volvió a interesarse por él, viéndolo más accesible…
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