Potencia

Por David Martínez Pozo

 

Hace unos cuantos años, una conocida marca de neumáticos se anunciaba con el slogan “la potencia sin control no sirve de nada”, y si nos fijamos mucho en la esencia de esa frase nos encontraremos con que en la parte en la que nos toca en esta sección, es importante hablar de ese control para un correcto entrenamiento de la potencia, ya que existe una controversia importante en este aspecto, y casi todo es debido a que muchos expresan la potencia como el producto de la masa por la aceleración (P=mxa), lo cual nos lleva a pensar que podemos entrenar a través de la masa (muscular) o de la velocidad del movimiento.

 

Bien, si sólo fuera en términos físicos es cierto, pero en términos fisiológicos, es decir, en la aplicación de esa fórmula, sólo lo podemos interpretar a través de la masa muscular.

 

No voy a entrar en rebatir leyendas urbanas sobre el entrenamiento de hipertrofia y su supuesta “lentitud” sobre el movimiento marcial, simplemente cierro esa puerta de manera rotunda con un “no es cierto”, y paso a explicar la necesidad de ese entrenamiento de “masa”.

 

La velocidad de cualquier movimiento, viene dada por dos factores, uno es el aprendizaje motor que tenemos del mismo (¿conocemos la técnica? ¿sabemos cómo se realiza correctamente?) y el otro es la capacidad de nuestro cerebro de enviar la orden correcta coordinando/sincronizando los diferentes músculos que componen ese movimiento.

 

El punto primero es responsabilidad específica del maestro/instructor del arte concreto, así que vamos directamente al punto segundo, esa capacidad del cerebro.

 

¿Cómo podemos influir en la capacidad neural de coordinar esos músculos? Pues a través del entrenamiento de la fuerza.
Aquí supongo que si has seguido un poco los artículos que venimos publicando no te extrañarás de porqué lo menciono, así que vamos a profundizar un poco más.

 

Un movimiento se produce porque un impulso desde el cerebro llega al músculo a través de un nervio motor, que recluta una unidad motora determinada; esta unidad es la encargada de hacer que un número x de fibras se inerven (como curiosidad te diré que el músculo orbicular del ojo es el que más UM tiene, y uno de los que menos, el recto femoral), ahora sigue este razonamiento.
Si esas fibras se inervan correctamente, el movimiento tiene lugar; cuantas más unidades motoras inervemos, el movimiento no sólo tendrá más calidad, si no que además podrá vencer la resistencia que tenga delante con más facilidad. Y la manera de hacer que cada vez reclutemos más y más unidades motoras, y que a su vez estas unidades motoras se coordinen para contraerse de manera eficaz, y que esa contracción de un músculo determinado se sincronice con la coordinación de otros músculos involucrados en un movimiento es…….entrenamiento de fuerza.

 

Volviendo con el tema “aceleración” de la fórmula descrita, esa aceleración se traduce en entrenamiento como “explosividad” y esa explosividad no es más que una contracción súbita y máxima de las fibras reclutadas para realizar ese movimiento.

 

Con lo cual, has de entender que necesitas imperativamente un trabajo de masa muscular (fuerza) para poder ganar “aceleración”, “explosividad” o “velocidad” del movimiento.

 

En este punto supongo que muchos de vosotros tendréis una controversia o una negación al entrenamiento de fuerza, puesto que seguro que habréis visto métodos de entrenamiento de la “potencia” con gomas, autocargas, saltos…etc etc… (clicar para ver más)


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