Por Gorka Asiain Riezu
CN 6º Dan Kenjukabo
cervino@ono.com
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Hablar de W. Chow no es nada fácil, y asumo el riesgo de cometer algún error. Hay mucho material escrito en revistas, libros y publicaciones sobre este brillante Maestro de Kenpo. Sus amigos y familiares le llamaban cariñosamente “Willie”, y en el ambiente marcial siempre fue conocido como el “Profesor” Chow. La labor de James Mitose no habría tenido continuidad en el tiempo, sin el esfuerzo de este pequeño, pero fortísimo hombre. Fue Chow más que ningún otro, el que catapultó el Kenpo a niveles inimaginables por el propio Mitose. Sin embargo, el Profesor Chow no cumplía con el estereotipo de maestro que todos nos imaginamos. Ni por sus orígenes ni por su forma de pensar o actuar. Chow era distinto y diferente. Chow fue único e irrepetible.
Nació en una familia pobre y desestructurada, como muchas de las que existían en aquella época en Honolulu. El Hawái de las primeras décadas del SXX nada tenía que ver con el que hoy conocemos. No había campos de golf para ricos, y no era el paraíso del surf con esas increíbles olas con las que muchos disfrutan. Socialmente Hawái era una bomba de relojería. Es fácil de imaginar cómo sería un sitio en el que convivían tantos emigrantes de diferentes razas y culturas, junto a los habitantes locales y los soldados estadounidenses destinados en la isla. Estos emigrantes eran en su mayoría personas analfabetas y sin recursos, que se ofrecían a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar y piña, o en trabajos de poca cualificación. Muchos de ellos nunca conseguían trabajo y vivían en la miseria. Sólo en Honolulu había 5.000 parados en 1936. Los conflictos, disturbios y peleas en la calle estaban a la orden del día. La propia historia de Chow es un reflejo de esta situación.
SU FAMILIA Y SU INFANCIA
W. Chow nació el 3 de julio de 1914 en Honolulu. Fue el tercero de 16 hermanos (cuatro murieron en la infancia). Su padre Ah Chow Hoon era oriundo de Cantón (China) donde nació en 1880. A los 19 años deja a su mujer e hijos en China y emigra a Hawái buscando fortuna, seguramente con la idea de reunir a la familia en el futuro. Trabajó los primeros diez años en una lavandería china. En 1909, a pesar de tener mujer en China, Hoon Chow se casó en Hawái. Esta segunda vez lo hizo con Rose Kalamalio Naehu. De éste, su segundo matrimonio, nacieron 16 hijos siendo el tercero William. Y no fue éste el último matrimonio del padre de Chow que se volvió a casar por tercera vez con Lily Malualani. Nunca en casa de Chow la situación económica fue desahogada. Con tantos hermanos y pocos ingresos, hoy hablaríamos de una familia disfuncional, y necesitada con urgencia de ayuda social.
En 1925 muere la madre de Chow, Rose Kalamalio, durante el parto de su hija Rose-Mari. Tres años después de esto su padre, Hoon Chow, regresa a China con sus hijos varones a excepción de William. Tras la muerte de su madre Chow abandonaría la escuela a los 11 años, sin completar el 6º grado. Este chico, analfabeto funcional, estaba condenado a vivir enfrentado a muchos peligros y necesidades en el Hawái de preguerra.
Aprendió a sobrevivir en la calle, lo que en mi opinión marcó para siempre su carácter. Ni siquiera podía protegerse en la comunidad china que lo veía como un mestizo por parte materna. A pesar de verse envuelto en algunas peleas, creció sin tener antecedentes policiales. Aprendió desde su infancia a no estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Creció a base de palos y peleas, de trabajos mal pagados, en un ambiente hostil y violento, sólo superable por los que poseen un gran instinto de supervivencia. Chow no es desde luego un maestro educado en un ambiente familiar favorable y refinado, su educación lleva la marca de la calle. Así fueron sus años mozos y así será su Kenpo… (artículo entero en la revista
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