¿Cuán estables son los Koryu?

Por Peter Boylan
Artículo traducido del blog de P. Boylan:
http://budobum.blogspot.com/
Traducción: Juanlu Cadenas de Llano
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Recientemente me preguntaron si pensaba que los koryu budo habían cambiado a lo largo de las generaciones. Después de mirar mi bebida por un tiempo, respondí: “Creo que han cambiado mucho, y tampoco demasiado”. Esto se aplica a la mayoría de los koryu que se fundaron durante la era Tokugawa (1604-1868). Tenían un mundo relativamente estable en el que crecer y desarrollarse, por lo que no necesitaban de un cambio radical.
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¿Por qué pensaría que un arte marcial de 400 años ha cambiado mucho y tampoco demasiado? Creo que cambiarían en cuanto a lo que las sucesivas generaciones añadirían a las artes. En Shinto Muso Ryu, por ejemplo, se unieron al sistema varios fuzoku ryu (artes afiliadas), y se crearon nuevos kata. De un arte que comenzó con solamente palo y espada, creció hasta abarcar jutte y torinawa jutsu (inmovilizacion atando con una cuerda), kusarigama y, más recientemente, bastón de caminar. Son muchas añadiduras…

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Senpai-Kohai: el sistema jerárquico en la Sombra

Por Ellis Amdur
Artículo traducido del blog de Ellis Amdur: https://kogenbudo.org/blog/
Traducción: Juanlu Cadenas de Llano
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Hace varias décadas, mis amigos Phil y Nobuko Relnick, miembros de alto rango de Shinto Muso-ryu y Tenshin Shoden Katori Shinto-ryu viajaron a Portugal. Visitaron una escuela de Jogo do Pau. Phil y Nobuko querían rendir el debido respeto a la escuela que estaban visitando, y con unos modales japoneses adecuados, preguntaron: “¿Quién es el instructor?”. Los más mayores se miraron algo perplejos, hablaron entre ellos y, señalando a uno dijeron: “Probablemente él. Es el más mayor.
Las artes marciales arraigadas en un emplazamiento, ya sea una aldea, una comunidad de cazadores-recolectores, o una facción en una ciudad, a menudo no tenían rangos, en el sentido en que lo imaginamos. Más bien, las personas con mayor habilidad (de cualquier edad) eran atesoradas y respetadas por su utilidad, y los más mayores eran respetados por su conocimiento, su historia y su autoridad como ancianos. Este es ciertamente el caso en Japón. Durante miles de años, las aldeas y los cazadores-recolectores se protegían y se organizaban utilizando los mismos sistemas jerárquicos que mantuvo intacto al resto de su sociedad…

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Más allá del amor y del dolor: La educación del guerrero

Por Ellis Amdur
Artículo traducido del blog de Ellis Amdur:
https://kogenbudo.org/blog/
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Traducción: Juanlu Cadenas de Llano
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Muchos niños se habrán topado con una pregunta, una cuestión en torno a la que gira su vida. Para mí, un joven judío en un barrio seguro de mayoría estadounidense, esa pregunta fue: “Si me tocara sufrir el Holocausto ¿podría encararlo con integridad?”. No me imaginaba ganando, destruyendo a mis enemigos en alguna fantasía adolescente tipo Rambo, sino que sencillamente me preguntaba: “¿Podría seguir siendo una persona frente a lo peor?” Cuando la vida comenzó su erosión inexorable sobre mi inocencia, “descubrí” que la “leña del Holocausto” estaba almacenada, seca y lista, dentro de mí. Mi única salvación fue o bien la terca ignorancia, con la esperanza de que ninguna chispa me acabara encendiendo, o la atención plena, una atención atenta y cuidadosa que pudiera mantenerme lo suficientemente fuerte y resistente como para no prenderme fuego.
Comencé a estudiar métodos de combate a una edad temprana, principalmente por miedo y vergüenza, después de haber perdido una pelea en el patio de la escuela en la que el honor parecía haber exigido que me involucrara. Sin embargo, lo más importante para mí era el deseo de conocer a mi enemigo, tal vez de usurpar su poder, incluso de hacerlo mío. Al iniciar una búsqueda de poder, pronto tuve que preguntar qué era el poder, particularmente el poder expresado por un ser humano. ¿En qué punto es ese poder demoníaco, separado tanto de la divinidad como de la humanidad?…

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Nakamura ryu: Happo Giri y sus Principios Fundamentales

Por: John Maki Evans (obra publicada)
Traducción: Juanlu Cadenas
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Taisaburo Nakamura, maestro instructor de la esgrima militar de la Academia Toyama, fundó en 1952 Nakamura ryu Battodo, fruto de la evolución de sus experiencias como instructor de combate, su estudio de koryu y kendo, y su investigación sobre el tameshigiri. La característica más original de Nakamura ryu es que, aunque utiliza kata, no se los considera como el depósito del conocimiento de la escuela, sino más bien como ejemplos de la aplicación de sus enseñanzas esenciales. El núcleo es un conjunto de técnicas básicas y una serie de principios que explican cómo estas técnicas básicas se pueden ejecutar de manera efectiva y combinarse libremente.
El pergamino densho de Nakamura ryu comienza con un diagrama de los kanji para shin: mente/corazón contenidos en un círculo dividido por 4 líneas. Estas líneas designan ocho direcciones: las 4 direcciones cardinales y las 4 diagonales. En los ocho puntos del perímetro están escritos los 8 cortes básicos, el corte vertical recto (suichoku giri), los cortes diagonales hacia abajo a la izquierda y la derecha (kesagiri), los cortes diagonales hacia la izquierda y la derecha (gyakukesa o naname-johogiri), los cortes horizontales a izquierda y derecha (mayokogiri) y el estoque recto (morote-tsuki). Nakamura agregó ocho kamae (posiciones de guardia) y ocho noto (variaciones de envaine) para completar su programa de estudio de kihon waza

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Los grados en las artes marciales: fantasías para unos, realidades para otros…

Por Pau-Ramon (obras publicadas)
Shintaikan Budo Kyokai
shintaikandojo@gmail.com
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El objetivo de las artes marciales no es, en absoluto, los grados. El objetivo que deben perseguir el practicante contemporáneo y sincero de artes marciales es superarse a si mismo cada día y en todo momento. Es difícil que un cinturón, sea cual sea, pueda satisfacer a un budôka, pues siempre se podrá superar. Con la disciplina que marca el espíritu del Budô, continuamente hay algo en que superarse.
Los grados son algo muy secundario, representan unas teóricas etapas, inexistentes, pues la relajación no puede existir en las artes marciales si se quiere no tan solo progresar sino mantenerse en el nivel alcanzado. Sin olvidar el concepto secundario de los grados, es buena la idea de utilizarlos en la organización moderna de las artes marciales, sin sobrevalorarlos ni un ápice. Los profesores pueden determinar el progreso de los alumnos de una forma objetiva. Situar a los practicantes en una escala de valores permitiría evitar el exceso de orgullo, la falsa modestia o la excesiva humildad. Pero si en un principio la idea tenía una característica positiva, la realidad nos aporta una situación en la cual el grado se convierte en un fin en si mismo, olvidando que el grado como tal no es nada si no va acompañado de unos conocimientos…

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