The Aiki-Dojo: Cuando el maestro era el mayor adversario del alumno

Por Sensei Dr. David Ito
Jefe Instructor The Aikido Center of Los Angeles, USA
www.aikidocenterla.com
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Traducción: Santiago G. Almaraz
Director CD Kodokai
www.kodokai.es
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En el pasado se pensaba que los mejores profesores eran los más irracionales. Independientemente de si el maestro era “bueno” o no, esta conducta obligaba al estudiante a trabajar más duro. Por eso, en la antigüedad, los maestros se enorgullecían de ser shakushijougi (雍綾땍規) o estrictos e inflexibles. En Japón se cree que los estudiantes tienen iji (雷뒈) u obstinación y que sin entrenamiento ese espíritu voluntarioso les haría fracasar. Por lo tanto, era deber del maestro transformar esa voluntad en konjo (몽昑) o espíritu de lucha para que pudieran tener éxito. Por lo tanto, para transformar al alumno, el maestro necesitaba ser estricto con sus estándares e irrazonable en sus expectativas.
Mi maestro, el Reverendo Kensho Furuya sensei, alcanzó el rango de 6º Dan en Aikido y 6º Dan Kiyoshi en Muso Shinden Ryu Iaido. Cuando Furuya sensei falleció, había estado estudiando artes marciales durante más de 50 años. Furuya sensei fue un sacerdote Zen, erudito y maestro tradicional de Aikido e Iaido que valoraba y encarnaba las viejas formas de budo

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