Por Guzmán Ruiz Garro
Cinturón negro 7º Dan de Taekwondo
Cinturón negro 6º Dan de Hapkido
Practicante de Judo y Jiu Jitsu
Experto en Defensa Personal
.
El Hapkido es un arte marcial completo, directo, eficaz, contundente y con una plasticidad que seduce, pero lastrado por la división y la polémica. Siempre surge algún motivo para divergir. La división organizativa es tal que resulta improbable buscar analogía con otro arte marcial. En el estado español, por lo menos, hay 20 estilos de Hapkido inscritos, y constan 16 organizaciones internacionales matrices que sirven de referentes orgánicos a las escuelas más implantadas.
.
La inagotable polémica es otra de las enseñas del Hapkido. Esta peculiaridad es endémica y se remonta al pasado: ¿Quién no recuerda las porfías en foros como Hispagimnasios? Y, ahora, en el ciclo de las redes sociales mediáticas diseñadas para la difusión de contenido y la interacción profesional, donde se crean y comparten informaciones a través de herramientas de comunicación y de contenido, no nos vendría mal rebajar el tono y actuar con moderación o autocontrol voluntario. La disputa es positiva si fomenta la diversidad de opiniones y se amplía el horizonte del conocimiento, pero puede ser negativa si se utiliza para atacar, crear conflicto o generar polarización porque desprestigia a nuestro arte marcial.
.
Por Guzmán Ruiz Garro
.
A estas dos singularidades del Hapkido, se une la falta de un referente organizativo propio con la autoridad y capacidad de liderazgo necesario para alcanzar la unificación de criterios y una gestión positiva. En esta ocasión, no me voy a referir a esta cuestión ya tratada en otras ocasiones, me centraré en la manida disertación sobre si el Hapkido tiene técnicas de suelo o no.
.
Consideraciones: desde la perspectiva del Hapkido como arte marcial, estaríamos hablando de una pelea no deportiva en el suelo: disputar el dominio posicional, recibir o dar/ejecutar golpes, patadas, luxaciones (incluidas las interfalángicas), estrangulaciones, pellizcos, mordiscos, cabezazos, arrancamiento de pelo, utilizar los puntos hyoldo… En fin, recurrir a todas “las malas artes”, a todo lo que nos permita la supervivencia. Una pelea en el suelo puede ser brutal. El piso será un territorio hostil, exigente y peligroso, porque no hay reglas preestablecidas y donde poco o nada te servirán las coreografías del gimnasio.
.
Incluso, visto desde la sabiduría que aportan los fundamentos principales del Judo suelo y el Brazilian (ambos con combate deportivo), para desenvolverse con cierta comodidad en este entorno, el proceso de instrucción se torna largo y tortuoso. ¿Cuáles serían las bases?
.
– Saber caer y llegar al suelo en posición de ventaja.
– Dominar las inmovilizaciones y las salidas de éstas.
– Conocer las luxaciones y estrangulaciones y sus neutralizaciones. Los movimientos básicos de defensa: la gamba, el puente, volteos con las piernas, recogerse como una esfera, giros sobre tu propio eje; salir del suelo bloqueando al oponente con un frame para crear una barrera contra la fuerza y el peso del contrincante…
.
Pero el hapkidoin no busca forcejeo en el suelo en un enfrentamiento largo, acomodado y protegido por las colchonetas de un tatami; la pugna debe ser corta, invalidando las capacidades del oponente de manera contundente. La necesidad obliga y el combate en el suelo es siempre muy tornadizo y dinámico. Los espacios en el tapiz se estrechan, la evasión se complica, el golpeo tiene otro foco… Estando ahí, en un lugar ignorado y hostil, para ser eficientes, hasta la capacidad aeróbica habría que mejorarla muchísimo.
.
Expuestas estas observaciones mínimas, valoremos ya la tesis de si el Hapkido tiene recursos para la contienda horizontal. Lo haré de manera escueta porque el espacio en la publicación tiene sus requisitos.
.
En algunos programas de Hapkido sí que se contemplan técnicas de suelo (wa sul). En ellas, se documenta cómo contraatacar o defendernos, desde la posición de tendidos en el suelo, de un oponente que está de pie o entre nuestras piernas apoyado en sus rodillas. No se citan los tipos de guardia en la lona. Es decir, no hay especificaciones para lo que en otras artes marciales se conoce como: guardia mariposa, guardia manga solapa, guardia de la Riva, guardia reverse de la Riva, guardia Lapel, guardia araña, guardia lazo, guardia X, o más variantes de la media guardia y de la cerrada. También se observa la posición de sentado (zwa sul) y el repertorio técnico para anular al agresor que permanece de pie.
.
A tenor de lo expuesto, afirmaríamos que los recursos del Hapkido para fajarse en el suelo son limitados, tal y como se conciben en la actualidad las confrontaciones profesionales de lucha y deportes de combate, debido a que se entrenan desde posiciones poco activas y con auxiliares colaborativos.
.
¿Este déficit se suple copiando o imitando a otras modalidades? Rotundamente, no. Copiar no es crear. Aunque la imitación puede ser una forma de aprendizaje, la creación genuina requiere una visión única y la adición del valor propio de las ideas.
.
Ya existen mezclas de Hapkido y Brazilian Jiu Jitsu: el Gongkwon Yusul. Conocido también por el Jiu Jitsu coreano, esta especialidad obra del maestro Kang Jun que incluye combate deportivo, a mi modo de ver, merece todo el respeto de la comunidad marcial, pero no creo que éste sea el camino a tomar por los emergentes maestros de Hapkido.
.
Partiendo de que el Hapkido es un arte marcial integral, sí resulta sugestivo estudiar cómo trabajan en MMA, sambo, brazilian, ne-waza, pero lo sustancial es desarrollar desde las herramientas propias del Hapkido formas suficientes para cerrar los flancos más débiles. A modo de ejemplo: ¿Quién impide al hapkidoin recurrir a técnicas digitales o luxaciones prohibidas en las competiciones formales? ¿Por qué no adecuarlas e instruirlas en el suelo?
.
Sin tótems, sin apriorismos, con humildad e inteligencia y con un amplio consenso entre los líderes del Hapkido, se podría vigorizar y acrecentar este magnífico arte marcial…