Por Cristina Martín
– Este fin de semana nos vamos de Evento de Capoeira.
– ¿Otra vez? –preguntan nuestros amigos–.
– Claaaro! Estamos en Temporada!
Seguimos un ciclo anual como el escolar, además, con el buen tiempo resulta más fácil hacer Capoeria al aire libre, en parques y jardines y sobre todo en la calle, espacio donde surge. ¡Es temporada de Capoeria!
Estos eventos giran en torno a la Graduación del alumno. Ritual por excelencia, lleno de simbolismo y tradición, bien sea el “Batizado” para los que se inician o la “troca da corda” para alumnos que suben de nivel. Esencialmente es una fiesta, una convivencia pero también se vive una demostración de lo aprendido, un reencuentro entre viejos amigos para los más veteranos, y un medio de difusión de técnicas y estilos entre grupos.
Desde el primer minuto, se convierte en un fin de semana que envuelve. Capoeiristas de todo el mundo van llegando poco a poco, berimbaus en mano y algunos con macuto y colchoneta bajo el brazo.
En la “Roda de Bienvenida”, los más madrugadores montan y tocan los berimbales, otros calientan músculos entre músicas de atabaques y panderos. Hay saludos y abrazos, también nuevas presentaciones. Un bullicio que irá en aumento entre banderas decorativas y carteles, para transformar lugares de entrenos en locales de fiesta.
El lugar habitual donde se dejan los berimbales que dirigirán las rodas cobra una dimensión e importancia excepcional, tanto por el número, como por su meticulosa colocación de todos ellos, a la espera de que dé comienzo oficial con las primeras palabras del Mestre Anfitrión.
Le siguen las presentaciones de los Mestres, Contramestres y Profesores invitados, entre aplausos y abrazos. Arranca así la primera de las rodas.
El día siguiente, capoeiristas de renombre enseñan las técnicas, fundamentos, cancioneros que se complementan con coloquios y relatos de experiencias vividas, siguiendo la tradición de la transmisión oral.
Dependiendo la personalidad del grupo, se incluyen otras disciplinas: Maculelé, otras danzas africanas, batukadas, pasacalles, bailes latinos, o del mundo del fitness, como zumba, etc.
Es frecuente que termine el día antes de que terminen las actividades, pues es importante la convivencia, las comidas, las cenas y todo lo que el cuerpo aguante.
En los momentos de descanso, basta un par de jugadores practicando movimientos para que cualquiera se acerque a mirar, cantar y seguidamente “comprar jogo” y así lo que es una secuencia de movimientos convierte fácilmente en Rodas espontáneas.
Cuando llega la Graduación, estamos tan cansados como emocionados. Como domingo de antaño (pues se dice que los primeros capoeiristas la practicaban en la plaza del pueblo a la salida de misa con sus mejores ropas y por eso no debían mancharse) vestimos todos de gala: con pantalones blancos, cuerda distintiva de su rango y camiseta conmemorativa de la graduación que se festeja. Atrás quedan la variedad pantalones y camisetas de colores y logos del grupo al que se pertenece, que refleja inevitablemente la multiculturalidad del evento… (artículo entero en la revista).
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