Por Stanley Pranin
Todos los que se inician en la práctica de Aikido están impulsados por un motivo particular o un grupo de metas. Entre los mas comunes deseos, están los de aprender autodefensa, desarrollar condicionamiento físico o simplemente la búsqueda de compañerismo. Después de un tiempo, estas metas iniciales toman un diferente significado en la medida que uno empieza a experimentar la experiencia transformadora de los efectos del Aikido en la vida de cada uno.
Ya que el Aikido – y las artes marciales en general – son disciplinas que enseñan técnicas capaces de lastimar o hasta inclusive matar a un adversario, deben ser practicadas con un sentido de suficiente seriedad y atención minuciosa a los detalles debido a los riegos inherentes envueltos. Entrenar focalizándonos en esta forma de estado mental nos lleva progresivamente al cultivo de los que se puede describir como un “Espíritu Marcial”.
Nosotros usamos aquí el termino “marcial” en el mismo sentido de la palabra “bu” en Japonés, como lo interpretaba el Fundador (O’sensei), desde el “budo”, traducido usualmente como “arte marcial”. “Bu” engloba dos conceptos principales. Primero, su connotación en el sistema Oriental de conocimiento de lucha con orígenes clásicos apuntando a la enseñanza de la defensa propia. Y segundo, “Bu” también incorpora la noción de una actividad o intento de búsqueda para dirigir al practicante por un camino de avance espiritual. Ambas ideas están contenidas en el Aikido de acuerdo a lo concebido por el Fundador Morihei Ueshiba.
Entrenando con un enfoque marcial
El Bu o elemento marcial es un elemento tan vital del entrenamiento del Aikido que removerlo significaría reducir este arte a tan solo un sistema de ejercicios o método de salud. Surge del conocimiento de los peligros inherentes en el entrenamiento introduciendo un tipo de tensión mental durante la práctica, que en el transcurrir del tiempo produce un estado de alta sensibilidad. Aquí citamos algunos de los procesos en el dojo que promueven el desarrollo de este estado mental marcial.
Etiqueta
La Etiqueta es uno de los pilares del comportamiento en el dojo. Muchos confunden o no entienden la importancia de las formalidades adheridas a ella dentro del dojo. Las costumbres observadas antes, durante y después del entrenamiento están diseñadas a establecer un set de controles donde técnicas peligrosas puedan ser practicadas de una forma segura. La Etiqueta no debería ser considerada como un grupo vacío de formas, realizadas meramente de hábito.
La Etiqueta es de gran valor fuera del Dojo también. Es una forma de lubricante social que hace que las interacciones personales procedan de una forma suave. Personas escrupulosamente correctas hacen pocos enemigos, y poseen una característica obviamente deseada para exponentes de las artes marciales.
Siendo atacante (uke)
El entrenamiento en Aikido consiste en parejas ejecutando alternativamente el papel del “nage” (persona que defiende y aplica la técnica) y del “uke” (persona que ataca el cual recibe la técnica ejecutada). Movimientos en pares en Aikido son parecidos a los kata o formas practicadas en numerosas artes marciales clásicas y algunas modernas. Aun así, las formas, menos estructuradas en Aikido, sirven como guías para la ejecución apropiada de las técnicas, a ser modificadas de acuerdo a las especificaciones del encuentro… (artículo entero en la revista)
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