El Feng Shui y tus estados de ánimo

Por Meritxell Interiors & Feng Shui
meritxellinteriorsifengshui@gmail.com
http://meritxellinteriorsifengshui.blogspot.com.es/
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Es realmente eficaz el Feng Shui por la inmediatez que produce en cambiar nuestro estado de ánimo, moviendo poco conseguimos una manera nueva de pensar y sentir.
Efectivamente, el efecto del color sobre un espacio, en sus suelos, paredes, techos, y también sobre los diversos objetos es realmente sorprendente. El color tiene frecuencias luminosas que representan diversas energías que nos afectan. Así, la tranquilidad e introspección se acentúa con colores tenues como azules pálidos y si queremos más actividad acudiremos a colores brillantes, los rojos o anaranjados. Jugando con los diferentes colores podremos alcanzar el ánimo deseado en una estancia, porque cada color tiene una característica energética propia asociada a unas cualidades propias. Existe múltiple bibliografía que nos puede informar sobre este aspecto.
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La luz nos afecta al instante, con sus múltiples matices consigue variar las atmósferas de las estancias. Debemos diferenciar entre luz natural y artificial. Cuando la luz natural no llega y es necesaria, nos apoyaremos con lámparas eligiendo –dentro de la gran variedad que nos ofrece el mercado– las luces con diferentes formas, materiales (de papel, madera, metálicas…) a la vez del tipo de bombillas más adecuadas a lo que buscamos. La colocación responderá a la necesidad, sin olvidar que la luz tiene un ciclo a lo largo del día y la noche.
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El tipo de mueble influye en el ambiente de las casas, sus formas, estilos y los distintos materiales de los que están hechos afectan a nuestras emociones igual que su distribución espacial en las habitaciones. A tener en cuenta que: las sillas, butacas y sofás son de máxima influencia, definen nuestra postura y campo energético. Cuántos más muebles más relajación, cuantos menos muebles más dinamismo. Los cojines, telas, cortinas, y alfombras ralentizan el chi del lugar y crean un estado más yin.
Antes de trabajar con estas tres herramientas, debemos estudiar los límites que existen y que no podemos modificar arquitectónicamente, como son las puertas y ventanas, el tamaño de las habitaciones, la altura de las paredes, techos y suelos… Analizar las proporciones y las formas, igual que los tamaños si son grandes o pequeños…


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