“El Maestro”

Por Cristóbal Gea
Yoshikan Dojo
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Este no es un homenaje a la persona que ya no podemos tocar, es un «guiño» al Maestro al que saludamos en cada clase y que siempre está presente…
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Todo empieza el 28 de abril de 1948 en la provincia de Tochigi, a unos 100 km de Tokio, cuando la familia formada por Fusayoshi y Kimiko, residentes en la localidad de Utsunomiya, daba la bienvenida a su único descendiente varón.
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“El esperado”, rápidamente da muestras de un carácter y personalidad que se convertirían en su tarjeta de visita, el hecho de criarse entre cuatro hermanas y las características de la cultura nipona también debieron contribuir a la forja de aquel niño que entra en contacto con las Artes Marciales durante su estancia en la escuela primaria.
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En 1959, a la edad de 11 años y gracias a la intermediación de su padre, experimentado kendoka, se inicia en la disciplina del Judo bajo la tutela del Maestro Masumaya, rokudan. Las condiciones innatas y la diligencia con que enfoca su práctica le llevarían a conseguir el nidan de Judo en 1964.
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Con 15 años de edad, empieza a interesarse por el Karate, que aunque no gozaba todavía de la difusión que más tarde alcanzaría en la sociedad japonesa, sí había conseguido despertar su interés. Tras visitar varias escuelas entra en las filas del Seidokan Dojo, donde conoce el Shotokan Karate-Do de la mano del Maestro Tsunakawa Tosuke. Como característica de la escuela cabe destacar el hecho de que practicaban kumite armados con bogu de kendo para permitirse la aplicación real de los golpes. Dos años más tarde obtiene el shodan de Karate.
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En 1966 marcha a Tokio para cursar estudios de Sociología en la Universidad de Sophia, cuyo Club de Karate estaba dirigido por el Maestro Yasue y su alumno más antiguo y asistente, el Maestro Kobayashi. Yasue Taiga Sensei, hachidan Shito-Ryu Karate-Do, era alumno de Kim Igio, procedente de Kanbu-Kan, evolución del Rembu-Kai cuya tradición se remonta a la línea de Itosu Anko.
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Así fue como el joven Hirota Yoshiho se introduce en la Nihon Shingi-Kai Karate-Do de la mano de su fundador, Yasue Sensei, quien influiría masiva y permanentemente en su concepción del karate:
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…“El entrenamiento era muy intenso y la relación con el profesor era muy distinta de la que los karatecas españoles tienen con su profesor. Cada día mi Maestro cambiaba los entrenamientos de manera que nos sorprendía continuamente. No estaba permitido preguntar y el temor ante lo imprevisto era continuo. Era común que el Maestro indicara un trabajo, el salto en cuclillas, por ejemplo, se marchara del Dojo, y al volver a la media hora, todos debíamos estar saltando. Sin embargo, el Maestro no nos obligaba a esforzarnos sin ningún sentido, ni como castigo. Muchos años después comprendí cómo me había fortalecido interiormente aquella práctica tan severa y me había ayudado a enfrentar las dificultades de la vida, sin concesiones, justificaciones o excusas”…
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Entrevista concedida a J.E. Bouzas, 1979
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La disciplina del club universitario, unida al carácter luchador, una personalidad envolvente y un coraje a toda prueba llevan al reconocimiento del Maestro Hirota que consigue numerosos éxitos de forma individual y como componente del equipo de su Universidad.
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En 1970 sale de Japón con destino a la península aceptando una propuesta para hacerse cargo del Club de Karate Hiroshima, en Santander. Cuando desembarca en España trae consigo la ilusión propia de quien tiene 22 años, la autoimpuesta misión de difundir el Arte que ama, y un nada desdeñable currículum…


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