Por J. Sala
Redacción de EL BUDOKA 2.0
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José Manuel Gómez es el abanderado de MUGENDO y WAMAI en las Islas Afortunadas. Está vinculado con las artes marciales desde muy niño, y su relación con estas dos potentes organizaciones es tan sólida y seria, como su compromiso por la enseñanza, la pedagogía y la competición. A todo ello debe unirse su valentía dejando su vida en Barcelona, para instalarse en las Islas Canarias y liderar este ambicioso proyecto con éxito y determinación.
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Buenos días José Manuel y muchas gracias por dedicarnos tu tiempo para responder a esta entrevista.
Buenos días y gracias a vosotros por interesaros.
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Para situarnos con respecto a tu trayectoria ¿Desde cuándo practicas artes marciales?
Recuerdo perfectamente el día que comencé en el camino de las Artes Marciales. Fue el día de mi séptimo cumpleaños, cuando mis padres me regalaron mi primer karategui, lo recuerdo como uno de los momentos de mas ilusión en mi vida.
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¿Cuándo descubriste estas disciplinas?
En mi primera etapa comencé a practicar Karate Ku shin kai de la mano del maestro japonés Kenji Suzuki en L’Hospitalet, Barcelona. En aquellos tiempos, Kenji ni siquiera hablaba español!. Posteriormente me trasladé a la localidad de Castelldefels donde seguí aprendiendo Karate bajo las enseñanzas del maestro Ricardo Gress. Años más tarde Ricardo comenzó la evolución hacia Mugendo.
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¿Y cómo saltaste de L’Hospitalet, en Barcelona, hasta las Islas Canarias?
En 2007 llevaba varios años compitiendo y dedicado también a la enseñanza de Mugendo en el centro de barcelona, además de dedicarme a mi profesión. Era el momento de cambiar y arriesgar por lo que realmente quería hacer en mi vida en un entorno diferente. ¡Fue la mejor decisión que pude tomar!
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¿Qué te aportan las artes marciales a ti como persona?
Me han preguntado esto varias veces. Y es difícil separar las artes marciales de mi persona o cuantificar todo lo que me han aportado. Las Artes marciales están en mi vida desde que tengo uso de razón y, unido al apoyo de mi familia, son mi educación y mis valores, probablemente no sería la persona que soy de no haber conocido las Artes Marciales.
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Se habla mucho de los valores que aportan… ¿qué opinión tienes tú sobre ello?
Recuerdo oír hablar de los beneficios de practicar Artes Marciales desde niño, pero entonces yo no le daba importancia a esas cosas. Al ir haciéndome mayor cuando fui entendiendo todo lo que me habían aportado, encontrando el éxito en diferentes áreas de mi vida. Así me di cuenta de que conseguir lo que quería estaba relacionado a ciertos hábitos que exigían el trabajo de diferentes habilidades o valores como la disciplina, la determinación, la confianza.
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Centrándonos en el Mugendo ¿Desde cuándo estás vinculado con este arte marcial?
Cuando Ricardo comenzó con la transición de Karate a Mugendo, yo me encontraba trabajando en un proyecto en Europa, concretamente en Grecia, durante dos años. En aquellos años me inicié en el estilo Shito Ryu de Karate, practiqué Taekwondo y lo compaginaba al mismo tiempo con Kickboxing. Esto me enseñó otros puntos de vista.
Cuando regresé del viaje, recuerdo que me impactó mucho el cambio. Yo venía de las Artes Marciales tradicionales y Mugendo Kickboxing rompía con muchos preceptos que yo tenia asumidos e integrados. Fue entonces cuando empecé a entrenar con mi Sensei Javier Sáenz. Los conflictos desaparecieron con el tiempo y la adaptabilidad se convirtió en mi mejor aliada para evolucionar en las Artes Marciales tal y como yo las sentía. Enseguida comencé a entender que era lo que llevaba buscando desde hacía tiempo.
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¿Desde cuándo lo impartes?
Comencé a dar clases de Karate a los 13 años, en un pabellón, los sábados por la mañana, eran otros tiempos. Nunca dejé de ayudar a mis sensei, no porque me lo pidieran sino porque era mi pasión y disfrutaba aprendiendo de cada cosa que me enseñaban. Cuando regresé de mi viaje comencé a entrenar con sensei Javier Sáenz con quien me formé como instructor y como competidor.
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Y con WAMAI ¿Qué vínculo tienes? ¿Desde cuándo?
¡Desde el principio! como AMA, luego AMAI y finalmente WAMAI. Para mi estas siglas eran muy importantes porque significaban esfuerzo, ilusión, determinación y recompensa… ya fuera en forma de victoria o derrota. Eso era la Competición y eso era WAMAI. Entrenar todo el año para asistir a los mejores campeonatos donde me encontraba con rivales o competidores que como yo, daban su 100% en ese día especial. Pero también una manera de compartir lo que más me gustaba con practicantes de otros estilos y procedencias. Era un día completo de emociones y aprendizaje…
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