Por Pau-Ramon
Shintaikan Dojo
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Dentro del Jujutsu existe un grupo técnico bastante importante sobre el que hacer hincapié, en cuanto a los detalles de este tipo de movimientos. Kansetsu waza, las técnicas de control articular o las técnicas en las articulaciones, o sea, la dislocación de éstas, se basa en el aprovechamiento de la vulnerabilidad de las articulaciones de las personas. En principio, cualquier articulación móvil –sea ligera o muy amplia su movilidad– puede ser objetivo de las técnicas de este grupo. El Kansetsu waza se puede utilizar estratégicamente para proyectar a un adversario, controlarlo en el suelo o de pie y, en este caso, cuando se hace en pie, se convierte en una técnica de conducción. En esta ocasión la técnica de control a las articulaciones no tiene que provocar un desequilibrio total o una inhibición absoluta, pues sería inoperante la posibilidad de conducir al adversario. Las conducciones se efectúan de forma óptima cuando la articulación está siendo objeto de una técnica que provoca dolor, y a su vez le obliga –para reducir dicho dolor– a estar de puntillas, lo cual será muy apropiado para hacerle mover el cuerpo hacia donde nosotros queramos. Estas técnicas de conducción se denominan, en japonés, Hikitate.
Las técnicas de dislocación de una articulación, o las técnicas de control de las articulaciones, anatómicamente consisten en provocar una hiperextensión, una hiperflexión o una hiperrotación, en resumen, en llevar la articulación más lejos de su funcionalidad natural o normal. En el Jujutsu antiguo, el objetivo de las técnicas de Kansetsu waza era la rotura de la articulación con el fin de que el adversario no pudiese mover las extremidades atacadas, debido a la luxación o la muerte, si atacaba la articulación del cuello, o lesiones considerables con el impacto contra el suelo cuando la técnica contra la articulación provocaba una proyección. Hay que recordar que estas técnicas se realizan con equilibrio propio y desequilibrio del adversario, y el movimiento se hace con todo el cuerpo, poniendo atención a los músculos abdominales, a la posición correcta de las piernas y a los codos cerca del cuerpo.
Anatómicamente se entiende como articulación a la unión de dos o más huesos entre sí, envuelta por otras estructuras o tejidos. Hay tres tipos de articulaciones:
A. Articulaciones inmóviles (sinartrosis). Formadas por la unión continua de los huesos, como el cráneo.
B. Articulaciones ligeramente móviles (Anfiartrosis). Unión de huesos con la movilidad muy limitada, como la columna vertebral.
C. Articulaciones muy móviles (diartrosis). Este tipo se caracteriza por tener una cavidad articular entre los huesos y tener la posibilidad de realizar un gran número de movimiento, como el codo, la rodilla, los dedos, etc.
Estos huesos se pueden dislocar, lo cual se produce cuando el extremo de éste se desencaja a nivel de una articulación. La capsula articular, si tiene, se rasga, los ligamentos se elongan y se lesionan los vasos y los nervios. En consecuencia, hay un dolor intenso.
En el Jujutsu tradicional practicado contemporáneamente, durante la instrucción en el dôjô se busca que el compañero abandone al notar el dolor, el dolor es un aviso de que hay una lesión cerca, debido a la proximidad del esguince o luxación en la articulación. Aunque se ha de tener en cuenta que ciertas personas tienen las articulaciones más frágiles, sobre todo las muñecas y los dedos, por lo cual no es aconsejable practicar las técnicas de Kansetsu waza con ellas, a parte de algunos adultos esporádicos, me refiero a los jóvenes, es por eso que hasta los dieciséis, o incluso más edad, es aconsejable no adiestrarlos en este tipo de técnicas… (artículo entero en la revista).
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