Las artes marciales tradicionales (orientales) pueden servir para diversas cosas: para fortalecimiento y forma física, para tranquilidad emocional, para lucimiento y espectáculo, para equilibrio mental, como diversión y pasatiempo… Pero cuando hablamos de lucha física, de “autodefensa” (después explico las comillas) tras su aparición de una forma masiva (allá por los años 70 del siglo XX) han ido impregnándose de una mentalidad “deportiva”, olvidándose de la base de su funcionamiento, esa base que fue lo que hizo que asombraran en occidente: movimientos muy concretos (técnicas) realizadas de una forma muy correcta (biomecánica) aplicados a zonas corporales determinadas.
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Por Girona-Miguel (títulos publicados)
Instructor Jefe
Sala Marcial Kung Fu Sant Andreu
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El que el Kungfu se practique incidiendo en su aspecto de lucha física, de pelea, implica entrenos de distinto tipo: ejercicios al aire, ejercicios en pareja, endurecimientos, golpeo de sacos y “muñecos”, asalto con tema y libre (sparring), combate libre (con control, con menos control, tocando…). Pero recuérdese que eso son los medios que buscan un fin, no el fin en sí mismo…
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¿Y cuál o cómo es el fin? Ante todo recordar que en cualquier situación de pelea hay una serie de “rituales” y de lenguaje corporal previos a la “acción” (ya saben, como en el cine: cámara, ¡acción!). Nos saltamos esa parte y planteamos la situación desde el momento en que el asunto está en “no hay vuelta atrás” y los golpes van a empezar a llover. Así, en la foto 1, A (camiseta) y B (Kimono Kungfu) han llegado a ese punto.
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A lanza un golpe típico y tópico, “el voleón”. B para y golpea a la vez utilizando la técnica “Mano Letra Mil” (foto 2).
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Y se acabó.
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A partir de ahí, todo lo que sigue es pura elucubración. Si está bien ejecutado, debería bastar. Si no, la continuación dependerá de cómo haya reaccionado el cuerpo del adversario. (Cuña: evidentemente, existe la posibilidad –habitual– de plantear la autodefensa en plan encadenamiento de –muchos– golpes. Pero, por si alguien no lo sabe, “defensa personal” es un término jurídico; es el juez el que decidirá si su “pelea” entra dentro del término “defensa personal”. Y eso difícilmente será argumentable si el “agresor” acaba con las costillas molidas y la cara como un mapa…).
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Sigo. Pero supongamos una situación en que ya sea por casualidad o por una anticipación instintiva, el oponente ha conseguido absorber el golpe (foto 3). B decide seguir la estrategia adherirse. Manteniendo la defensa de su mano izquierda, fuerza el giro de la mano contactada para girar los brazos y el cuerpo de A (foto 4). A continuación, manteniendo los dos brazos del adversario controlados solo con una mano, golpea la zona desprotegida de A (foto 5).
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Simple, conciso y concreto ¿Fácil? Sí, cuando tienes los elementos dominados: zonas de choque duras, técnicas dominadas, planteamiento estratégico adecuado… aprendizaje y entreno… pero ¿es que acaso es posible una habilidad marcial sin eso????
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No vendemos kungfu. Enseñamos kungfu…
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