Por Sebastián González
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La caligrafía es una parte importante de las artes tradicionales Chinas que consiste en la representación de los caracteres chinos, los cuales provienen de las formas de la naturaleza.
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La caligrafía puede realizarse sobre ideogramas modernos o con los más antiguos, como la conocida escritura del sello (篆書, zhuànshū) cuyos trazos son más figurativos, relativamente libres y artísticos.
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Para la práctica de la caligrafía china son necesarios los siguientes utensilios: Papel, pinceles, tinta y la piedra para hacer la tinta. Además de estos componentes, también puede ser útil una alfombrilla que se coloca debajo del papel para evitar que la tinta manche o se corra, un soporte para los pinceles y una piedra o un peso para sujetar el papel y evitar que se mueva.
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El Papel es uno de los cuatro mayores inventos de la China. Hay muchos tipos de papel, pero el producido en el condado de Xuan es muy famoso en toda China por su calidad, pues es uno de los más elegantes y está diseñado para mostrar los trazos de la caligrafía.
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La Tinta tradicionalmente estaba hecha con la ceniza de ramas de árbol o con el humo de alquitranes, pero actualmente proviene de productos químicos. Su presentación se hace en una barra rectangular que se mezcla con el agua a través de su fricción o ya viene preparada en forma líquida.
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La piedra para hacer la tinta es otro de los elementos necesarios. Normalmente es una piedra lisa como la pizarra que permite su fricción sin dejar residuos o arenilla.
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Y los pinceles, que los hay de muchas calidades, pero entre los mejores destacamos los que están hechos de pelo de animal para que sean suaves y flexibles. Una característica especial es su punta, ya que por su presión y control, al levantar o hundir el pincel, el calígrafo conseguirá mostrar sus sentimientos en la confección de la caligrafía china.
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Los criterios por los que se valora una buena caligrafía son: que los ideogramas estén escritos correctamente, que la caligrafía sea legible, concisa y que su diseño se adapte al papel para que sea agradable y estético. Todos estos criterios son los que deben estar presentes en cada caligrafía, siendo el diseño, emplazamiento y presentación los más importantes.
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Para comenzar a crear una caligrafía China, el primer paso es aprender a confeccionar la tinta china y a utilizar el pincel.
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Para la confección de la tinta China se necesita una barra de tinta que se mezclará con agua. En la piedra de pizarra se pondrá una o dos cucharadas pequeñas de agua y se comenzará a frotar la barra sobre la piedra para mezclarla. Por término general, nos llevará de unos diez a quince minutos, dependiendo de la cantidad de agua que hayamos puesto.
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Cuando notemos la tinta pastosa, estará lista. Una comprobación que podemos hacer para saber si la tinta está a punto, es la de dibujar un trazo sobre el papel. Si al realizarlo la tinta se va corriendo hacia fuera como si invadiera el papel, nos indica que tiene demasiada agua, por lo que tendremos que continuar frotando hasta que esté más pastosa y compacta.
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El uso del pincel: debe sujetarse el pincel con el pulgar y el dedo índice. Con el dedo corazón hay que presionar el pincel hacia el dedo anular para fijarlo.
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El primer tipo de trazo a practicar es el horizontal y, para realizarlo, se debe mantener el pincel vertical. Después debe tocarse el papel suavemente con la punta y mover ligeramente el brazo hacia la izquierda y abajo. Acto seguido, manteniendo el pincel presionado sobre el papel, se levanta el pincel muy suavemente para volverlo hacia el lado derecho. Como si se dibujara un número “ocho” sobre el papel…
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