Los cinco puntos cardinales de Bruce Lee

Por Toni Giménez

 

“El ser humano recorre el mundo para buscar lo que necesita y vuelve a casa para encontrarlo”

George Moore

 

En algunas culturas se contemplan cinco puntos cardinales en lugar de los cuatro habituales. El quinto punto cardinal se sitúa en el centro, es el punto a partir del cual equidistan los otros. Podemos poner cada uno de los puntos cardinales donde más nos interese, todos toman rumbo y se pueden intercambiar entre ellos, puesto que un día lo que marca el norte quizás se esté dirigiendo hacia el sur, ya que a veces en la vida del ser humano hay más de una estrella polar y ya sabemos que esta estrella siempre marca el norte, nuestro norte. Delante de un espejo este y oeste cambian de situación.

A mi entender los cinco puntos cardinales de Bruce Lee, expuestos a través de su arte de la lucha y fundamentados en su propia filosofía personal, o sea, en su manera de captar la realidad, de construirse el mundo y de afrontar la vida, son los siguientes:

1.- Simplificar y pulir

Como el escultor que va eliminando piedra en lugar de añadir y va configurando la figura final, el ser humano debe simplificar su acción personal, puliéndola día a día como cuando hacemos punta al lápiz cuando vemos que la mina está desgastada. Cada vez que hacemos esto nos estamos quedando con lo esencial, con el alma, con lo que realmente es relevante. Nos interesa la perfección y la belleza del resultado final teniendo en cuenta que el gozo personal está en el proceso, en el propio camino diario.
Cómo se manifiesta esto en las artes marciales: escoger lo mejor de cada arte, quedarnos con los movimientos más esenciales, despojarnos de aspectos inútiles y buscar la máxima efectividad.

2.- Adaptarse y fluir

Como el agua que se adapta a todo y que no pone ningún obstáculo, el ser humano debe fluir y dejarse llevar por la corriente, sacando el máximo partido personal a medida que fluye con sus movimientos. La capacidad de adaptación (que se va perdiendo con la edad) nos asegura no volvernos rígidos y estáticos, con las ideas cristalizadas. Adaptarse como se adapta el bambú que no se opone a la fuerza del viento, sino que se flexiona con él y por eso no se rompe.
Cómo se manifiesta esto en las artes marciales: ver al contrincante como lo que nos falta a nosotros para ser completos y adaptarnos a ello para que encaje con nuestros movimientos.

3.- Perfección y belleza

Como el artista que busca constantemente ese orden interior (cosmos) que se hace visible a través de la belleza, el ser humano debe procurar que haya belleza, tanto en su forma de ser como en su forma de hacer, para mostrar su belleza interior, ese tesoro escondido que cada ser humano lleva dentro de sí. No pretender ser el número uno pero no aceptar jamás ser el número dos, esa competitividad con uno mismo para lograr la máxima perfección en nuestro trabajo personal. Dar la mejor versión de nosotros mismos, día a día.
Cómo se manifiesta esto en las artes marciales: hacer danza marcial, coreografiar las figuras y posturas, convertir la lucha en arte, en belleza de movimientos, en un espectáculo visual… (artículo entero en la revista).


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