Sin Ofender: Indignados

Por Tengu

 

Perdonen que insista. Pero la globalización mediática me puede. Bueno, en parte. Gracias a ella tenemos acceso a mucha buena información. Les doy la razón. Pero también gracias a la misma, la reproducción de frustrados oportunistas satura de estupideces numerosas ágoras de debate, entre ellos y sobre todo, los foros sobre artes marciales. Lugares de peregrinación de verdaderos eruditos, pero también un nido de depredadores de películas de monos borrachos, sistemas infalibles y opiniones pringadas de incoherencia. Primero entran con piel de cordero, luego sueltan los despropósitos, más tarde insultan y patalean cuando les rebaten, otra vez insultan y machacan. Y para acabar, a veces de forma severamente ridícula, terminan baneados. Eso sí. Sin firmar. Encapuchados. Sin ética ninguna. Ya lo decía Woody Allen “odio que me pidan perdón antes de pisarme”.

 

Sin lugar a dudas, y como ya he comentado en más de una ocasión, estamos en la era de la accesibilidad. Del todo vale. Del “todos podemos opinar, sobre cualquier cosa”. Da igual si no conozco. Me hago un máster express vía Youtube o Wikipedia. Para qué molestarme en contrastar, o estudiar, o en el peor de los casos y los ultrajes, entrenar un poco (léase irónicamente). Bien es cierto que hay de todo en la viña del señor, que todo es positivo y negativo, luz y tinieblas, frío y caliente. Es el equilibrio. Sin uno, el otro no existe, y los extremos tampoco son buenos. Pero hay cosas que rozan el esperpento y frivolizan con la paciencia del más pintado. Que un señor, por llamarle algo, de identidad desconocida, con apenas 5 mensajes en un foro, haya puesto a caldo a la mitad de sabios que participan en el mismo, seguramente por simple pasatiempo, o porque el colegio cierra por vacaciones, es intolerable. A buen seguro, el susodicho figura no tiene ni un cinturón naranja, si es que se sujeta el pantalón con algo. Porque igual la misma tripa curtida a bollycaos hace las veces de sostén. Y digo naranja, seguramente por llevar las manos grasientas de ganchitos mientras engarza 4 palabras consecutivas sobre el teclado. Si, ese instrumento usado como antifaz por muchos justicieros ignorantes hasta de su propia ignorancia… (artículo entero en la revista).


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