Taiwán y artes marciales

Por Oriol Petit

Estilo Sui-Lin-Dao

 

 

Este mes de agosto me aventuré a ir a Taiwán par ver qué se cuece por allí en el ámbito de las artes marciales y también para así aprender y dar más aire e impulso al estilo que hace ya diez años que imparto como profesor. En los tiempos modernos en los que nos encontramos, no podemos dejar atrás el poder de la tradición de los estilos antiguos y al mismo tiempo debemos adoptar las formas modernas de lucha porque también las modalidades de lucha en la calle han evolucionado. Así, que, además de desear explorar en las maravillas culturales de la llamada antiguamente isla de Formosa, quería indagar sobre cómo se desarrollan allí las artes marciales.

 

¿Se practicaban estilos antiguos o se mezclaban con estilos nuevos de lucha? No podía olvidar que los japoneses también estuvieron en Taiwán un tiempo (1895-1945) y por lo tanto quizás dejaron allí pisadas en el ámbito de las artes marciales. Y claro está, era posible que llegaran hasta Taiwán, formas de lucha que provenían de la provincia de Fujian en China continental. Ya en el siglo XVII se conocía que pobladores chinos de esa provincia viajaban en juncos hasta Manila y naufragaban y se refugiaban en Taiwán. Después, en el siglo XIX, la dinastía china Qing, invadió la isla y ésta se integró a la provincia de Fujian.

Así, que junto con Teresa (nombre español que adopta), cogimos el tren que sale de Taichung en dirección a Dajia para ir a visitar diferentes monasterios taoístas y otros que veneran a la diosa Matsu (la diosa del mar). Quizás, pensé, allí encontraría alguna de las respuestas que estaba buscando.

Pasamos un día maravilloso y la suerte nos llevó hasta un monasterio antiguo taoísta (Dajia Wunchang Shrine – 1887) donde encontré que además de un sitio de meditación, también era un centro de enseñanza de 武术. Aquel descubrimiento me emocionó profundamente ya que además, allí mismo había también un taller de confección de máscaras y elementos para la preparación de la danza del León. Fue emocionante encontrarse con todo ello y poder tocar varios muñecos antiguos de madera para la práctica de las artes marciales.

Me encantó constatar la íntima relación entre los preceptos fundamentales del taoísmo y las artes marciales que se practicaban y practican en Taiwán. No podemos elaborar las formas modernas sin explorar las antiguas. Es un precepto que me quedó muy claro cuando empecé a leer la bibliografía y biografía de 小龙 (Xiao Long) Pequeño Dragón (Bruce Lee).

 

Profundamente emocionado por esa realidad, le agradecí sinceramente la ayuda a Teresa, sin la cual me hubiera sido harto difícil encontrar esos parajes entre otras cosas porque en los cinco días que estuve en Taichung y alrededores, sólo encontré a un extranjero. En Taiwán, la mayoría de turismo viene de China continental. En Taichung muy poca gente, por no decir, nadie, habla inglés e incluso sólo los jóvenes hablan el mandarín porque la mayoría utilizan el taiwanés. Ni siquiera los taxistas te llevan a destino si el nombre del hotel y la dirección no están en carácter chino antiguo aunque también leen el carácter simplificado (el impulsado a partir de la segunda mitad del siglo XX en china continental). El desaguisado del idioma lo padecí en propias carnes en tres ocasiones y al final me cuidé en salud llevándolo todo siempre escrito en carácter 汉字 (hanzi).

Así que la primera parte de mi cometido parecía cumplido. Existían en Taiwán escuelas, al menos clásicas, de forma de lucha (ya no digo antiguas) y se seguían practicando. Mi segunda tarea era explorar si además podía encontrar formas “modernas”. Pude ver que barrios de Taichung habían sido japoneses en su tiempo, y que hay en la actualidad escuelas de kendo y de otras disciplinas de artes marciales niponas.

También con Teresa pude constatar que hay universidades como la de Thunhai (alguna de ellas cristianas), en las que los alumnos aprenden estilos de artes marciales chinas. Pude gozar viendo cómo practicaban para el festival del inicio de las clases en Septiembre y una de las exhibiciones era de lucha de palo corto.

Reflexioné en las clases que doy en Barcelona o en otros sitios donde mis alumnos vienen con preguntas y a veces problemas muy específicos de situaciones sufridas en la calle. Por esta razón, imparto enseñanza usando técnicas modernas sencillas y eficaces, sin dejar de lado la sabiduría que nos aportan las formas antiguas. Las artes marciales chinas clásicas tienen mucha belleza de forma y creo que es importante que no desaparezcan, ni las internas ni las externas (taijiquan, baguazhang, xingyiquan…) pero nuestra sociedad occidental de las prisas, demanda soluciones y resultados a corto plazo. ¿ Cómo combinar lo antiguo con lo moderno? ¿ Cómo preservar la belleza y la riqueza del antes e impulsar lo nuevo ?. Todo, absolutamente todo, se ha acelerado en el mundo Global e incluso el nivel de compromiso de muchos alumnos. “Antes” se practicaba a todas horas y los alumnos asistíamos a las largas sesiones de entreno y en congresos, lloviera, granizara e incluso teniendo unas décimas de fiebre. Pero debemos adaptarnos a los nuevos tiempos…


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