Por José Santos Nalda (obra publicada)
Maestro Nacional
Especialista de Aikido RFEJYDA
Cinturón Negro 5º Dan RFEJYDA
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El coraje y la valentía
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Según la leyenda, el Bushido era el código de honor de los samuráis compuesto por las virtudes y valores que debían vivir y representar esta casta de guerreros, como la bondad, la rectitud, el coraje, el respeto, el autocontrol, el honor, la lealtad, la sinceridad, la humildad, etc.
Una de las cualidades más apreciadas por los samuráis era la valentía o el coraje.
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“El coraje para los samuráis es hacer lo que es justo y necesario, a pesar del peligro, las dificultades y el miedo”
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Coraje y miedo
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John Wayne, el famoso actor de cine de las películas del oeste americano al referirse al valor para enfrentarse a los forajidos afirmaba: “El coraje está que se cae de miedo, pero de todas maneras está ensillando”
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El coraje no es temerario ni imprudente, y tener coraje no significa que no se tiene miedo, pues el miedo y el coraje pueden coexistir juntos. El coraje es hacer lo que sea preciso hacer sobreponiéndose al miedo presente. El coraje no excluye al miedo. No es un valiente quien no lo conoce, sino quien lo supera.
Ten presente que el coraje no eliminará automáticamente el miedo, que seguirá en el cuerpo mientras esté presente la amenaza, el peligro o la incertidumbre de la situación.
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Superar el miedo
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Aprende que el objetivo no es “no tener miedo”, sino que éste no te paralice y domine tu actuación: “Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquél que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo” (Nelson Mandela).
El practicante de un arte marcial debería aprender a tomar cada obstáculo como una ocasión de poner a prueba su coraje. No tenemos el poder de hacer desaparecer el miedo una vez la emoción se instala en nosotros, lo que podemos hacer es aprender a hacer las cosas sintiendo esa sensación. Cuando hayas aprendido a ponerte en acción con el miedo presente, este aprendizaje te durará mucho tiempo. Visualízate teniendo coraje, recordando las veces que lo supiste poner en práctica para enfrentar lo que te atemorizaba. Recuerda que si una vez tuviste coraje es porque forma parte de ti y por lo tanto está disponible, a tu alcance, siempre que lo necesites…
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