“Defensa personal”
Por Girona-Miguel
Probablemente, hace 200 años al tipo se le hubiera considerado un héroe. A fin de cuentas, defiende a su familia y se lleva por delante a uno de “los malos”.
Pero ahora no. Ahora el hombre se halla en el centro de un debate llamado “defensa personal”.
No voy a entrar en si pegarle dos tiros a alguien que entra a robar en tu casa es “proporcional” o no. No voy a entrar en el caso concreto. No voy a entrar en “ese” asunto. Entraré en el “otro” asunto.
Y el asunto es lo de “defensa personal”. No sé si saben ustedes, practicantes de artes Marciales, que como un día tengan la desgracia de usar sus “artes” para eso para lo que han sido diseñadas (repartir estopa al prójimo) tienen muchas probabilidades de acabar con sus huesos en el “talego”. Sí, ahí, justamente en el mismo sitio en el que deberían acabar sus “presuntos” agresores.
No se crean que el que escribe esto está porque hay que arreglar los conflictos entre humanos por la vía de la violencia. El mundo no es una selva. Sé que no es una selva. Por eso, porque creo que no es una selva, no bajo al metro con cuatro guardaespaldas más anchos que altos, como cierto ex-alcalde de mi ciudad (y de visita, o sea, todo revisado y controlado). Ni soy de los que van a todos lados en coche blindado (y sin ser unos megacraks de la política o las finanzas). Ni de los que viven en mansiones con cámaras, seguridad, perros y muros extra-altos. Ni de los que acuden a cumbres que ponen patas arriba la ciudad (¿porqué no las hacen en sitios aislados?), con un despliegue policial de no te menees y revisión de edificios, alcantarillas, cortes de tráfico y etc… (artículo entero en la revista).
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