Entrevista a Gustavo Gondra shihan (Uechi-ryu Karate)

Por J. Sala
EL BUDOKA 2.0
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Tras su primer viaje a Okinawa en 1986, Gustavo Gondra shihan ha vuelto 36 veces más a la cuna del Karate. Sacrificio, constancia y dedicación le han reportado un 9º dan de Karate y un 8º dan de Kobudo. Su dojo (Meiyo) fundado al más puro estilo okinawense en 1971 fue reconocido como el 7º museo privado de Karate en el mundo… podríamos seguir vertiendo más y más logros, méritos, triunfos… pero todo ello el shihan Gondra lo ve como una consecuencia de su trabajo y poco le importa pues no es esa su meta. Los que lo conocen bien lo saben.
De trato muy amable y cercano, desde el primer momento que tratamos con él gracias a la mediación de Ariel Garofalo (https://mokuso.ar), todo ha sido cordialidad y facilidades. Como si cuanto más conocimiento y grado tuviera, más humilde se tornase el auténtico artista marcial.
En casa de la familia Gondra el Karate debe ocupar una buena parte de las conversaciones, pues su esposa y sus tres hijos trabajan sobre el tatami a las órdenes del patriarca desde hace años, con lo que la salud del Uechi-ryu está en buenas manos y su pervivencia asegurada. Lo cual es una muy buena noticia en una sociedad en la que la cultura del sacrificio está de capa caída.
Todos los que deseen saber más sobre el maestro, el estilo, su historia, etc. pueden leer las más de 300 páginas que contiene el libro que publicó en Argentina y que recientemente hemos incluido en el catálogo de Editorial Alas: Okinawan Karate.
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Okinawan Karate

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Maestro Gondra, el maestro Óscar Masato Higa, Director Mundial de la Escuela de Karate-Do Shorinryu Kyudokan Higa le dedica unas entrañables palabras al inicio de su libro Okinawan Karate ¿Cómo las valora? ¿Qué relación guarda con este maestro?
Conozco a Sensei Higa de Argentina desde hace muchos años. De vez en cuando me escapaba a entrenar a su Dojo en la Avenida Santa Fe y varias veces me tocó competir contra alumnos de su escuela. La verdad que sus palabras son importantes por que lo considero un gran Maestro y excelente persona, y que se tomara el tiempo para dedicarme algunas palabras ha sido y es un honor tremendo. Nos reunimos a cenar con su hijo para contarle de qué se trataba el libro y accedió en el momento. Me conoce prácticamente desde que era Kyu en mis inicios de los años 70, qué más puedo decir!!!
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El libro en cuestión es una recopilación de información, nombres, historia, fotos, etc. ¿Cuánto tiempo le llevó su compilación? ¿Cómo de satisfecho se siente? ¿Qué feedback ha recibido?
No estaba dentro de mis planes hacer pública la historia o escribir algún libro y además no creía ser una autoridad en la materia como para hacerlo, por el contrario, me sigo viendo a mí mismo como cuando lo soñé y dije alguna vez cuando era cinto amarillo: Voy a ser profesor de Karate y voy a viajar al Japón, simplemente eso. Desde hacía muchos años que yo ya me dedicaba a escribir sobre la historia y los acontecimientos que tuvo el estilo y su desarrollo en el país y en Sudamérica, pero solo a título personal.
Hoy y desde entonces sigo practicando todas y cada una de las clases que doy porque así me formé, practicando, porque aprendí que, si quiero llegar a parecerme en algo a un Samurái alguna vez en la vida, no debo hacerlo sólo hablando, sino haciendo.
Los años han pasado, más rápido de lo que me gustaría, pero han pasado y muchos me dijeron durante estos últimos años que debería escribir sobre la historia del estilo y su desarrollo, sin saber que secretamente ya lo estaba haciendo. Claro, muchos tendrán la opinión de que muchas de las cosas que cuento y describo pueden no ser verdad. Pensé entonces en cómo hacer para dar la veracidad irrefutable a mis relatos más allá de que son ciertos. Fue entonces que decidí dar participación activa en los libros a todos aquellos que compartieron esa historia a mi lado pidiéndoles que escribieran tal cual, y cómo la vivieron y sintieron ellos, sin censura alguna.
Lo más claro de todo es que a pesar de que muchas de las historias que cada uno comenzó en momentos, lugares y circunstancias distintas de nuestras vidas, todas convergen en un punto y una da veracidad a la otra y así se confirma que la historia existe y que está siendo contada tal y como sucedió.
Si hoy se habla de historia, se refiere específicamente al pasado que dio a todos la oportunidad de tener este presente y aquellos que construyeron esa historia y lo seguirán haciendo hasta que ya no estén físicamente en este plano, recién allí en un futuro, podrán los que vienen después de ellos contar cómo surgieron, de quiénes descienden y cómo llegaron a ser quienes son y gracias a quién, ya que si así no lo hicieren estarían negándose a sí mismos.
Es por ello que jamás yo he negado mi pasado, porque si así lo hiciere estaría negándome a mí mismo y a quienes me formaron. Por ello siempre destaco quiénes fueron mis maestros, mentores y formadores desde el primero hasta el último y es eso lo que fundamentalmente da veracidad a los relatos escritos en los libros ya publicados y los que se publicaran.
El Uechi-ryu tiene Historia en Argentina y Sudamérica, cada uno la deberá contar a su debido tiempo, respetando siempre a todos para dar seriedad y veracidad a la misma. Sus fundadores y descendientes hicieron que hoy se pueda disfrutar la práctica de este estilo Tradicional como un legado Samurái desde el pasado hasta nuestros días… Estoy muy satisfecho con ellos y su éxito, y siempre solicito a quienes los compran que por favor luego de leerlos me hagan llegar sus comentarios sinceros sobre los mismos.
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Usted lleva más de 40 años formando artistas marciales… el número de personas que han pasado por sus manos debe ser mareante… ¿Qué siente ante esto, responsabilidad, orgullo, adrenalina para seguir adelante?
Comencé mi práctica en 1971 y luego de graduarme en 1979 comencé a enseñar, y desde entonces me he dedicado a eso profesionalmente. Mucha gente pasó por mis manos, orgullo con la gran mayoría y algunas decepciones que no vale la pena tener en cuenta, pero sí, las he tenido. Algunos se fueron o he echado a muchos, me gustan las cosas como son, digo lo que tengo que decir cuando creo que es el momento, me he equivocado muchas veces y me he hecho cargo en su momento y lo sigo haciendo, pero la verdad es que, le debo todo al Karate, familia, éxitos, viajes, orgullos, decepciones, en fin, la verdad es que le debo mi vida y no es un eslogan, es la pura verdad al menos en mi caso. Mucha responsabilidad, hasta hoy estuve 37 veces en Okinawa y cada uno de mis viajes fue para aprender y poder ser responsable y profesional en la materia, nunca busqué o pedí una graduación o una representación, sólo practicar, el resto vino solo.
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En su libro se puede leer que “Entrar a un Dojo dirigido por el Shihan Gondra no es para débiles de espíritu. Transitar el camino del Karate junto a este maestro es un desafío para el cuerpo y la mente” No sería éste el mejor eslogan para conseguir muchos adeptos!! ¿Significa que usted endurece la práctica de un estilo que ya de por sí es muy duro y exigente?
Mi eslogan es PRACTICAR porque yo lo sigo haciendo. No hago mucha propaganda porque no quiero adeptos, quiero alumnos y todo lo que esa palabra significa, y quien no lo haga o respete, prefiero que se vaya a otra parte. No quiero supermanes, y sí gente que sea buena gente y poder darles lo que a mi alguna vez me dieron, devolverle al Karate lo que el Karate me ha dado a lo largo de 52 años de práctica desde mi primer día hasta hoy. No soy más papista que el Papa, pero, Karate es Karate.
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Antes de Karate usted había practicado Polo y Rugby… parece que le atraen los deportes duros… ¿Recuerda el primer día que empezó a practicar Karate? ¿Qué le viene a la memoria?
Sí, hasta 1970 vivimos fuera de la ciudad de Buenos Aires, veníamos del último trabajo de mi padre, Mayordomo o encargado de una estancia en la provincia de Buenos Aires, yo a título de juego trabajaba con hacienda, domaba caballos y cuando llegamos a Buenos Aires primero jugué al Polo dos años y luego Rugby durante varios años en paralelo con Karate y además batería de un grupo. Mi primer día fue increíble, es más, desde ese día en adelante asistía a todas las clases, martes y jueves desde las 5 hasta las 10 p.m. y los sábados de 4 a 7 p.m., y jamás falté una clase y lo que me viene a la cabeza es que el tiempo ha pasado demasiado rápido para mi gusto, jajaja.
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Y la primera vez que pisó Okinawa ¿Qué sentía? ¿Con quién fue? ¿Qué recuerda de ese viaje iniciático?
Me sentí como en casa, mientras que Javier Barbera, mi amigo, alumno y compañero, estaba fascinado por todo. Lo que más recuerdo fue el haber tenido la oportunidad de conocer a Sensei Kanei Uechi, entrenar con él, reencontrarme con quienes me habían graduado de 1er Dan en el 79, Sensei Minoru Miyagui y Kyohide Sinjo y luego conocer a todos los maestros iconos del momento y la historia y de haber participado un argentino por primera vez en la historia de Okinawa y Argentina en el All Okinawan karate Championship Series y haber llegado a octavos de final y perder contra el Campeón de Okinawa.
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¿Cuántas veces ha visitado Okinawa? ¿Cuántos años de su vida en total ha estado allí sobre el tatami?
Mi primer viaje fue en 1986, y desde entonces he vuelto hasta hoy 37 veces y pasado al principio allá 11 navidades y fines de año solo practicando. La vez que menos estuve fueron 20 días y la que más estuve fueron 6 meses, la mayor parte de los viajes estuve casi dos meses siempre y fui hasta dos veces en un mismo año.
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La historia del Uechi-ryu en Argentina, su propio camino en el Karate, son caminos plagados de dificultades que hubo que superar, rencillas, desengaños… Parece que el ser humano está condenado a convivir de esta manara. ¿Cree que todo ello ha servido para tener un mejor presente y futuro de las artes marciales en Argentina y en el mundo?
La verdad no sé si para las Artes Marciales en el Mundo, sí sé que lo ha sido para mí, pero cómo ha impactado en mí, no es tal vez como haya podido impactar en los demás y considero que cuando la política se mete en el medio ya no es Karate o Arte Marcial sino, otra cosa. Tuve un pasado muy duro, no sólo en Karate sino en mi vida como persona, tengo un presente producto de muchas cosas, duras, buenas y malas, pero si hoy hago un promedio de todo, más allá de que la vida y el Karate me han golpeado, estoy bien y seguro de lo que hago y siento con batallas ganadas y perdidas, porque al final eso es la vida.
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En el libro se habla de su autonomía dentro del Uechi-ryu y que ello le reportó problemas… ¿puede darnos alguna pista de a qué se refiere?
Sí, de que en algún momento desde Okinawa se hablaba de cómo matar mi espíritu, de órdenes dentro de algunas organizaciones de no juntarse conmigo o practicar conmigo porque no pertenecía más a ellas. En fin, cosas y actitudes que no se condicen con el Karate y los karatekas. Haber reconocido desde Okinawa que yo tenía razón en muchas cosas y en mis decisiones en privado, pero jamás en público o pedir las disculpas del caso por que ellos no hacen eso con un extranjero…. Cosas por la cuales muchos maestros perdieron mi respeto y ellos lo saben porque yo sí se lo dije como correspondía, de frente y en persona.
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De la infinidad de maestros con los que ha sido usted formado será difícil hacer un ránking… pero los cinco que más le han impresionado, o que le han transportado al Karate primigenio, ¿nos diría sus nombres y qué le motiva destacarlos?
Chozen Nakama mi primer maestro desde 1971 hasta 1983 en Argentina, quien me formó primero y claro más allá de no haber continuado con él por muchas circunstancias las cuales le expresé en persona, no quita que fui formado por él y debo respetarlo. En Okinawa mi primer maestro Shigeru Takamiyagui desde 1986 hasta 1996 de quien me separé cuando cambiaron de estilo y yo quería seguir con el Uechi-ryu como tal. Yoshiharu Arakaki desde 1997 hasta 2008 que él dejó de enseñar y se retiró del Karate. Mi último maestro Sinju Gushi desde 2008 hasta 2012 cuando falleció. Mas allá de haber practicado con todos los maestros del estilo en Okinawa durante mis 37 viajes. Los respeté a todos, pero Gushi Sensei fue con quién más pude charlar y haber tenido de él un reconocimiento más allá de todo lo esperado, sin palabras.
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Leemos en su libro que “En el año 2000 habiéndose graduado Gondra de 7º Dan salió en los dos Diarios de Okinawa (Okinawa Times y Ryukyu Shimpo), mediante los cuales Kanmei Uechi supo que Gondra estaba en Okinawa. Lo citó a una reunión en el Dojo Central de la Familia…” ¿Que este maestro no supiera de su graduación ni de su presencia en Okinawa es una prueba de las escisiones/problemas que padecía el estilo? ¿Qué puede contarnos al respecto?
Yo estaba en Okinawa, pero no pertenecía a su escuela o Dojo, cuando él me había invitado a ser parte de su Dojo en 1997 yo le contesté que no gracias. Por otro lado, fue una reunión de tema político donde arreglamos un desacuerdo o un mal entendido de su parte por lo cual luego de la charla quedamos bien y además existe una carta en la cual se explica el motivo de la reunión y cómo se llegó a su fin.
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El estilo Uechi-ryu emplea técnicas de golpeo con los pies y con las manos que hacen suponer que esas articulaciones van a pagar muy caro su abuso con los años. ¿Sabiendo lo que se sabe hoy día sobre biomecánica, cómo se contrarresta esto? ¿Qué remedios, técnicas o estrategias debe seguir el karateka?
No estoy de acuerdo con la tecnología de lo moderno en el Karate, creo que la mejor cura para el practicante es hacer Karate como es y no como algunos transmitieron habiendo salido de Japón o de Okinawa. Para mí la biomecánica y toda estas palabras producto de lo moderno no me significan nada, solo hago Karate como creo que lo tengo que hacer y además hay más lesionados en el fútbol que en el Karate creo yo. En fin, Karate se hace como se debe sin modificaciones modernas desde mi punto de vista, en mi caso tengo lesiones que podría haber contraído en cualquier otra actividad.
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“Uechi-ryu Karate Do se basa en lo que se denomina “Gansei Shusho”, que significa tener la habilidad de poder ver los movimientos en el oponente además de tener la habilidad de poder responder acorde a los movimientos ejecutados por ese oponente” ¿No ocurre algo similar en otros estilos? ¿Qué lo hace diferente en Uechi-ryu?
Sí, eso es correcto más allá de que no he visto en muchos practicantes de Uechi-ryu esta habilidad, no tengo idea tampoco de por qué, creo que esto se debe a la práctica misma además de la creencia personal de cada uno en la parte espiritual del Karate que tampoco son muchos los que la desarrollan y tampoco se el porqué de esto. No se si otros estilos tienen este concepto y tampoco sé qué hace al Uechi-ryu diferente en este aspecto. Debe ser que no se la respuesta porque todavía sigo siendo alumno y sigo tras el aprendizaje de algunas cosas todavía. Sí sé perfectamente lo que es Gansei Shusho.
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Leemos que esta filosofía proviene del Pangainum… ¿Qué puede explicarnos al respecto?
No mucho más de lo que he dicho hasta ahora porque esa era es muy anterior a la mía y por lo tanto si hablara de esas cosas sería querer ser más de lo que me corresponde ser hoy día. Tengo teorías sobre estos temas, pero por ahora es mejor callar que hablar para darme importancia en cosas que no necesito serlo.
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Finalizamos con la pregunta habitual a realizar a un maestro con una larga carrera en las artes marciales y con un prestigio sin fisuras… ¿Cómo ve el presente y el futuro en las artes marciales tradicionales? ¿Alguna receta para que la juventud no se deje vencer por las tecnologías y vuelva al camino del sacrificio y la disciplina?
Las Artes Marciales están muy politizadas y no me parece bueno eso en ningún aspecto, es por ello que me mantengo un poco al margen de las organizaciones que llevan adelante estos temas.
Básicamente las cosas comienzan en nuestros hogares con nuestras familias y las Artes marciales pueden despertar aún más lo bueno o lo malo a veces. Creo yo que uno nace con ciertas cosas dentro de uno que determinadas actividades en determinados momentos despiertan eso o lo acrecientan. Pero nada en esta vida es correcto si no hay sacrificios de por medio y menos aún sin disciplina…


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