LA MAESTRÍA DEL KYOKUSHIN DENTRO Y FUERA DEL TATAMI
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Por Shihan Pedro Hidalgo
seimardojo@seimardojo.com
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Shihan Pascual Garrido (Almería, 26/10/1950), se inició en la práctica del Karate a finales de 1969 en el prestigioso Gimnasio Guinardó de Barcelona. Cuna, junto al Gimnasio Pietx de Badalona, del Karate Kyokushin en Cataluña.
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Aunque su carrera profesional la desarrolló en el mundo de la óptica, siempre ha estado vinculado al mundo del Karate en diferentes facetas, practicante, sponsor, asesor y directivo. Entre otros cargos ha sido miembro de la junta de gobierno de la Federació Catalana de Karate y delegado en Cataluña de la International Federation of Karate Spain, Satori Karate Kyokushin, Federación Europea de Kyokushinkai.
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Actualmente es presidente de la Asociación IFKCatalunya, constituida en el año 2009.
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Los que lo conocen desde hace años destacan su gran fortaleza mental, la claridad en sus planteamientos y extrema franqueza en sus exposiciones, aunque a veces puedan resultar incómodas. Agradecemos al Shihan Pascual Garrido que haya accedido a concedernos esta entrevista.
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¿Cuándo se inició en el mundo del Karate?
Me inicié en el mundo del Karate de la mano de mi amigo y compañero de trabajo Rafael del Río, en el Gimnasio Guinardó bajo la tutela del maestro Vicente del Olmo en el año 1969. Ahí empezó todo.
Allí coincidimos una serie de chavales muy ilusionados que, dirigidos por un gran maestro y mejor persona, fuimos evolucionando cargados de ilusión y ganas de aprender, y que siempre intentó inculcar en cada uno de nosotros, auténticos valores como personas y karatekas.
En Julio de 1974 se celebró la primera convocatoria de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes para obtener el Título de Monitor de Karate organizado por la Federación Española de Judo, federación a la estábamos acogidos, pues aún no existía la Federación Española de Karate. Este título se convalidó en el año 1978 por dicha Federación Española de Karate.
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Aquello eran prácticamente los orígenes del Karate en Barcelona ¿Qué recuerdos tiene del Dojo Guinardó?
Fueron años entrañables de compañerismo y amistad, nadie se perdía la clase de algunos miércoles en la que colaboraba con el maestro Del Olmo, el maestro Raymond Thomas que venía de Francia donde residía.
Para mí el Karate fue el hobby de mi vida, vivía para el Karate y pensaba en Karate, por que en lo profesional me dediqué a la óptica, la cual ejercí en una multinacional durante 50 años, y en mis viajes profesionales por el país, en mi maleta siempre lleve un karategui para entrenar con los amigos en distintas ciudades como Bilbao, La Coruña, Madrid, Sevilla, etc. El ambiente entonces era excepcionalmente bueno entre los compañeros.
Es curioso que cuando en algún foro o reunión de Karate se saca el tema de los comienzos del Karate, siempre me viene a la mente El mayo Francés de 1968, en el que todo el mundo estuvo allí, y la verdad es que tantas personas como dicen no hubieran cabido en París… pues con los comienzos del Karate pasa lo mismo, sencillo, no había gimnasios para tantos como quieren ser.
Tristemente, durante algún tiempo con el declive del maestro Del Olmo, empezaron las tensiones entre los antiguos alumnos del maestro y las aguas se movieron más de lo deseado, todos querían quitar al Califa para ponerse en el sitio del Califa… fue el momento de centrarme en mi profesión pues yo no tenía nada a ganar y nada a perder y además me parecía injusto contando con que queríamos transmitir filosofía.
Pasado un tiempo regresamos al Karate el Sempai Rafael del Rio y yo, de la mano del Shihan Rafael Serrano, que era quien nos tuteló ya en el Gimnasio Guinardó durante algunos años.
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Volviendo a los años 70, como usted ha indicado había muy pocos Dojos de Karate. ¿Había mucha rivalidad entre ellos?
Los Dojos donde se practicaba Karate eran más bien pocos, pensemos que hablamos de los comienzos del Karate en Barcelona y en el resto del país, y el Karate como tal solo se referenciaba por algunas películas o series de televisión.
Como clubes donde se practicaba Karate me vienen a la mente: Gimnasio Guinardó, Club Sant Jordi, Club Banzai, Gimnasio Cervantes, Gimnasio Dae Han, Gimnasio BudoClub, entre otros pocos, ya que en su mayoría eran Club de Judo con distintas disciplinas de Artes Marciales, en estos clubes se formaron los grandes maestros del Karate en Cataluña que, junto con la evolución del Karate en otras regiones del país, han llevado al máximo nivel al Karate español.
La rivalidad entre los karatekas de estos clubes era muy grande, todos querían ser los mejores pero dentro de un gran respeto y disciplina, se notaba la filosofía y educación impartida por los maestros de la época.
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¿En aquella época se diferenciaba mucho por estilo o primaba simplemente la práctica de Karate?
Lo importante era el Karate como disciplina, el estilo se practicaba en el Club, las competiciones y Campeonatos se hacían unificados y las reglas eran para todos las mismas.
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Hay dos nombres grabados en oro en la historia del Karate catalán. Son los de Sensei Vicente del Olmo y Sensei Raimond Thomas. ¿Cómo eran en su trato personal?
El Sensei Vicente del Olmo era de un trato exquisito y súper educado, jamás tuvo una palabra elevada de tono o malsonante, era una persona muy cercana para todos, justa en sus criterios y nunca dudó en ayudar a ningún alumno o dedicarle el tiempo necesario. La verdad nunca escuché un comentario negativo hacia él, fue una persona de la que tengo un muy grato recuerdo.
Con el Sensei Raimond Thomas el trato fue menor pues venia ocasionalmente y siendo un trato correcto era mucho más brusco y distante. Pero esto también es bueno y endurece el espíritu.
Entre ellos el trato era correctísimo y respetuoso, además solían realizar entrenamientos juntos y formaron un grupo de karatekas como los Sres. Vicente del Olmo, Raimon Thomas, Joaquín Yraizoz, Fernando Termes, Lecha, Quiles y Ventura.
La puesta en marcha del Karate en España no fue nada fácil y sí muy complicada por distintos intereses pero el tema culminó con una convocatoria de exámenes para cinturón negro primer Dan en Madrid el 3 de Mayo de 1970. En el tribunal estaban los maestros Manuel Palacios y Tatsuhiko Hattori de Santander, Luis Zapatero de Zaragoza y Hiruma de Madrid. Y entre los aspirantes de las diferentes regionales estaban Joaquín Yraizoz, Vicente del Olmo, Antonio Llopis, Antonio Casas, Celestino Fernández, Antonio Oliva o Antonio Piñero que obtendría el 2º Dan. Curiosamente años más tarde llegó a mis manos una copia del acta oficial de aquella convocatoria.
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¿Considera necesario un marco legal para los practicantes de Karate?
Por supuesto, como cualquier actividad deportiva que se quiera practicar con seriedad. Además, siendo el Karate una disciplina absolutamente jerarquizada, tiene que tener unas normas y reglas, por supuesto para todos lo mismo, y siempre bajo el marco legal de una federación que tendrá la obligación de que las reglas y normas establecidas se cumplan.
Por descontado que independientemente a la organización a la que cualquier karateka pertenezca debería estar asociado también a una federación de Karate regional o nacional.
Mis actividades en el mundo del Karate siempre fueron bajo el marco legal de la Federación Catalana de Karate, entidad a la que siempre pertenecí, aun a costa de la opinión contraria de algunos compañeros, que siempre manifestaron que no servía para nada, pero como los tiempos son cambiantes ahora parece ser que sí… Qué sabio que es el tiempo.
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¿Cuál ha sido su relación con las diferentes organizaciones del estilo Kyokushin que han ido apareciendo a lo largo de los años?
Mi relación con las entidades y organizaciones de Kyokushin que fueron apareciendo y las existentes, siempre fueron muy cordiales, de hecho participé en la creación de algunas, formé parte de algunas Juntas de Gobierno, creamos Delegación en Cataluña de Organizaciones Internacionales de la cual fui Presidente, a través de un presupuesto asignado en mi actividad profesional para publicidad y marketing, esponsoricé libros de pases de grados, Competiciones, Campeonatos, marketing y distintas actividades relacionadas con el Karate Kyokushin.
Mi objetivo siempre estuvo centrado en colaborar y ayudar en todo lo que pude a todos mis amigos del Karate, independientemente a las organizaciones a la que pertenecieran ni a sus guerras personales, en las que evidentemente nunca quise participar.
Con la Federación Catalana de Karate mi relación siempre fue muy cordial y de gran respeto, entidad en la que durante un tiempo, a petición de su Presidente Sr. Josep Bosch Espinalt formé parte de la Junta Directiva, de lo cual siempre me sentí orgulloso.
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¿Cómo considera que ha evolucionado el mundo del Karate desde sus inicios?
El mundo del Karate ha evolucionado de forma muy positiva, bajo la tutela de los primeros maestros se han ido forjando los maestros actuales, con un alto nivel de conocimientos físicos, técnicos y psicológicos, ya que el nivel de información del que se dispone hoy, antes no existía, para mí los que venían por detrás venían empujando fuerte y algunos con ganas de hacerlo bien.
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¿Cómo le ha influido el Karate en su vida cotidiana?
Para mí el Karate lo ha sido casi todo, ha formado parte de mi pensamiento cotidiano, entrené cada vez que podía, nunca encontré excusa para no hacerlo, lo apliqué como filosofía y disciplina en mi actividad profesional diaria, me fortaleció física y mentalmente, el Karate bien entendido te hace disciplinado, organizado y respetuoso.
En una etapa muy dura de mi vida, después de una hora de conversación un médico me dijo: “Se han dado una serie de circunstancias, pero superadas éstas, le puedo decir que pienso que el Karate le ha salvado la vida, esa fijación que tiene por salir y centrar el problema, otros pacientes no la tienen”.
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¿Si pudiese qué eliminaría del mundo del Karate?
Esta pregunta tiene difícil respuesta pues sin querer ofender a nadie, algunas personas se podrían ver reflejadas y no es mi intención. Creo que uno de los principales problemas es el ego, no nos damos cuenta de que el ego mata la relación con el resto de personas. La soberbia es otra grave cuestión que no necesita argumentario, la falta de escuchar y valorar a los demás. Debemos entender que cualquier opinión es válida y respetable como opinión, si todo esto lo condimentamos con el efecto crematístico, se producirá la tormenta perfecta.
La crítica de los demás sin vernos reflejados en ella, nos hace falsear la realidad y pensar que eres el mejor, el que más sabes, el que mejor enseñas o aprendes, falsear situaciones etc. En muchas ocasiones distorsiona la realidad. Como toda actividad humana, el mundo del Karate también tiene sus prototipos de personas llamémoslas tóxicas, pero hay dos muy marcados, el Juez de Jueces y el Súper yo:
El juez de jueces o supremo es aquel personaje capaz de criticar a lo que pasa a su alrededor, pero que no se entera de nada, que está muy poco informado y cuando se siente descubierto siempre argumenta “yo lo que no sabía”. Es capaz de criticar a federaciones, competiciones, cursos a los que solo asiste para tener la foto, a su maestro y muy habitual es criticar los grados de los demás. Pero que posiblemente si han realizado algún examen, nunca habrá sido ante un tribunal externo o que no sea el de sus amiguetes.
Otro personaje muy típico es el Súper Yo, suele ser el que siempre quiere destacar y solo queda campeón en el campeonato que organiza su maestro. Recuerdo una conversación con un “maestro” que decía: “Si quieres tener un campeón solo necesitas un competidor y árbitros, el resto funciona solo”. Así se fabrican los muy frecuentes falsos ídolos.
Hay una frase que nunca se me olvidó, la escuché hace muchos años y no hace demasiado la vi reproducida: “Un entrenador enseña lo que sabe y un maestro lo que es”. A veces se olvida que un maestro no es un entrenador ni un preparador deportivo. Un MAESTRO es un ejemplo de valores humanos y marciales para sus alumnos. En este tema es mejor no entrar en detalle, solo debemos ojear las redes sociales. Cuando a un entrenador, con el paso del tiempo, deja atrás la época deportiva se da cuenta de han aprendido poco, que están vacíos.
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Si tuviera que hacer un balance de sus vivencias en el mundo del Karate hasta el día de hoy ¿Con qué se quedaría?
Sin duda solo con lo bueno, solo con los sentimientos positivos. Me quedo con todos los duros entrenamientos, cursos, competiciones, viajes, reuniones, proyectos, comidas y esos ratos compartidos y disfrutados con las personas que aprecias y con las que has compartido parte de tu vida, solo me quiero quedar con eso.
A mis amigos y compañeros, que no son pocos, siempre les ofrecí amistad, respeto, lealtad y educación, y si en algún momento con alguno de ellos por distintas circunstancias dejamos de caminar juntos, siempre les deseé suerte y que les fuese bien. Han de tener claro que si en algún momento de su vida por cualquier cuestión necesitasen de mí, ahí estaré para ayudarles y darles soporte, yo sí.
Personalmente creo que no vale la pena perder el tiempo con rencores ni temas que rozan lo absurdo, esto con nadie, pero mucho menos con personas y amigos con los que tuve muy gratas experiencias, pues siempre serán mis amigos y además presumiré de ello.
Al mundo del Karate tenemos que llegar sin pretender ser la estrella, pero con la idea de aportar ese grano de arena a ese enorme desierto de conocimientos que día a día enriquece el mundo del Karate. Las personas mayores se vuelven más sabias a medida que envejecen y se las valora por su aportación a las conversaciones. Son pilares de fortaleza y ejemplo para los demás que estén dispuestos a escucharlas.
No puedo olvidarme de mi maestro, Shihan Rafael Serrano por los años compartidos en el tatami, por su paciencia, dedicación y por la amistad personal y el gran respeto como karatekas que nos ha unido y nos une desde el año 1969, en mis comienzos…
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