Formas de moxibustión japonesa

Felip Caudet
Fisioterapeuta y acupuntor
felipra@hotmail.es
www.harikyu-in.blogspot.com

 

Históricamente la moxibustión fue propia de los ámbitos populares y familiares ya que su práctica más básica no requería grandes conocimientos técnicos, su aplicación era externa y la obtención de los materiales necesarios era fácil. Por otro lado, la práctica de la acupuntura siempre había sido relegada a un uso exclusivamente profesional ya que el uso de las agujas requería un gran conocimiento técnico y médico para evitar lesiones graves. Con el paso de los años la moxibustión se trasformó hasta llegar a ser también una herramienta de uso profesional aunque muchos japoneses siguen practicando y aplicando moxa en sus hogares. En la actualidad su práctica en Japón está regulada por la obtención de una licencia específica tras superar la formación académica y los exámenes nacionales. Esta clarificación es necesaria para entender algunos de los usos y formas de moxibustión existentes.

Las técnicas de moxibustión se dividen en dos grandes grupos: la moxibustión directa (en contacto directo con la piel) y la moxibustión indirecta (consistente en la aplicación del calor a distancia). Actualmente en países como China (y en casi todo el mundo) se practica casi exclusivamente la moxibustión indirecta, seguramente a razón de los riesgos de infección en caso de que no haya una buena higiene a posteriori de la aplicación directa y la intensidad sensitiva de la misma. La moxa indirecta resulta un tratamiento agradable, con escasos riesgos, y consigue un efecto de calentamiento zonal progresivo.
La moxa directa (okyu) tradicionalmente se basaba en la aplicación de grandes conos de moxa sobre el cuerpo, con la consiguiente generosa quemadura para provocar un efecto de desintoxicación y depuración del cuerpo. Esta técnica es conocida como danokyu. Esta forma de aplicar la moxa deriva de las prácticas de cauterización que se usaban en algunos ámbitos de las prácticas budistas Shinto. Como es de suponer estas prácticas terapéuticas no resultaban muy gratas para los pacientes que buscaban consuelo a sus dolencias en los templos donde los monjes practicaban la medicina. Finalizada la segunda guerra mundial solo existe entre las diez mejores clínicas o centros de atención sanitaria de Tokyo, una clínica que no utiliza este sistema de moxa. Es la clínica del maestro Isaburo Fukaya. A Fukaya sensei le preocupaba mucho que los pacientes sufrieran tanto para recibir sus tratamientos, así que desarrolla una forma de aplicación mucho más agradable y efectiva que la práctica clásica: utilizar conos de pequeño tamaño y un tubo de bambú, que en entre otras cosas, le permite aplicar okyu a los pacientes sin que resulte doloroso.
Otro uso popular del okyu es en la forma llamada shoshakukyu. Esta aplicación está enmarcada en el ámbito de la moxa directa pero tiene un objetivo muy específico: el tratamiento de las picaduras y mordeduras de pequeños insectos (también incluye el tratamiento de verrugas). La microquemadura de la moxa directa sobre el lugar de la picadura disminuye inmediatamente la sensación de dolor y picor. Uno de los pocos usos que se ha mantenido en relación a esta técnica es para tratar las picaduras de mosquitos.
La moxibustion indirecta (onkyu) goza de gran popularidad entre la población nipona. Existen múltiples formas de aplicación, algunas relegadas exclusivamente a la práctica profesional, como el shogakyu (moxa con jengibre) y otras comunes como el dazokyu (moxa adhesiva de uso no profesional). Básicamente la intención de las técnicas indirectas es generar un calentamiento de las estructuras, así que suelen ser técnicas de larga duración para conseguir aumentar y fortalecer la energía en casos de debilidad, cansancio y enfriamiento. También es común el uso de diferentes materiales como la sal, el jengibre o el miso que complementan y amplifican en algún sentido específico los efectos.
Esta es una breve descripción de esas diversas técnicas indirectas:
Shogakyu (moxa de jengibre): Los conos de moxa se aplican sobre una rodaja de jengibre fresco y esto sobre el punto para obtener un calor “picante” y más potente energéticamente hablando. El jengibre libera sus sustancias “calientes” a través del calor del cono… (artículo entero en la revista).


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