Historia del Judo catalán. 1955: La siembra empieza a dar su fruto

Por I. Punsà, O. Gispert, F. Flores, X. Rubíes y R. Díaz
Junta Gestora del Judo Barcelona
http://historiajudocatala.com/

 

Después de años intensos de divulgación: 1951, 52, 53 y 54, con charlas en centros sociales (ateneos, colegios profesionales, agrupaciones…), exhibiciones (en cines, teatros, centros deportivos…) y demostraciones ante la Policía Armada, Guardia Civil y Ejército, el Judo empieza a ser reconocido y demandado.

El Club de Henri Birnbaum se queda pequeño, por lo cual inicia la búsqueda de una nueva sede más amplia que pueda dar respuesta a la demanda creciente de “El Judo”. Es en la calle Aribau, nº 230 8ª planta, letra X (Casa David) donde encontrará un local acorde a las nuevas necesidades, de proporciones envidiables hasta en el día de hoy y siendo durante muchos años uno de los tatamis más grande de Europa.

Se inician las clases en el nuevo Club el 1 de julio de 1955 y pasa a denominarse:

 

 

Judo Club Barcelona

 

“El local estaba situado en la 8ª planta, letra X. Dos ascensores de pequeño habitáculo ascendían a los diferentes pisos, ¡Sólo subida! Al abrir la puerta del “dojo” aparecía ante nosotros una lona inmensa. La primera vez que la abrí confundí aquel tatami con una piscina de 200 m2 sin columnas. Si a esto se añade el vestuario, duchas, la galería de kimonos, el cuarto de servicios: lavadero, tendedero… el despacho, la secretaría… nos vamos a una enormidad de metros cuadrados.

El envoltorio era todo un diseño excepcional, Ricardo Sala, judoka, alumno de Birnbaum y escultor reconocido, esculpió en el frontis del Club unas técnicas coronadas por la frase: La cortesía es la principal regla del Judo, iluminadas todas por focos o por la luz natural de unas enormes claraboyas de día.

 

En el frontal opuesto a las molduras de Ricardo Sala, se hallaba, presidiendo el recinto, una foto de Mikonosuke Kawaishi, profesor de Birnbaum, con su cinturón rojo y blanco de séptimo Dan. En el otro ángulo, el cuadro de grados, desde cinturón blanco a cinturón Negro, transformado posteriormente en sólo de cinturones negros.

 

Tan funcional y acertado marco lo remataban cuatro grandes ventanales apaisados que daban a la calle Aribau y cuatro bancos blancos y sus correspondientes ceniceros de pie.

A pesar de lo grande que hoy me sigue pareciendo aquel recinto, fue para mí entrañable y seguro, un lugar acogedor y maravilloso…”

 

(Cesar Páez Centella: 6º Dan, alumno de Henri Birnbaum y Campeón de España los años: 1963, 1964, 1965, 1966, 1967, 1968, entre otras cosas.)

 

 

Con este nuevo y excepcional “Dojo”, las perspectivas del Maestro Birnbaum se van cumpliendo al tiempo que las va ampliando. Viéndose Birnbaum desbordado por la gran demanda del Judo, se ve en la necesidad de incorporar un ayudante para poder dar respuesta. De los muchos y buenos alumnos que tenía, decide proponérselo a Francesc Talens (q.e.p.d.), situación que en posteriores conversaciones confiesa que “nunca me arrepentí”, por las actitudes que descubrió en el Maestro Talens para la enseñanza. Éste formaba parte del grupo compacto del Judo Barcelona (Enrique Aparicio, José Pons, José Busto, Raúl Roviralta, Pedro Casanovas, Víctor Gaspar, Ricardo Sala y un sinfín más de buenos judokas). En conversaciones mantenidas en septiembre del 2014 con la Sra. María García, esposa de Francesc Talens y persona con una memoria excepcional, reconoce que la propuesta al Maestro Talens le llegó en el momento preciso, ya que éste se estaba planteando si continuar o no en la práctica del Judo, ya que la situación económica del momento no era la deseable.

Con el de cambio de Club y la incorporación de Francesc Talens, acaba el proceso inicial de “dar a conocer El Judo” y empieza lo que será:

 

 

“La expansión del Judo en nuestro país”

 

Se ponen en marcha nuevos proyectos como clases exclusivamente para niños, separar los cinturones blancos del resto, se incorpora el Judo en la universidad, desplazamientos a poblaciones cercanas regularmente, etc., aunque ya con anterioridad alumnos de Birnbaum trabajaban en la expansión del Judo: Enrique Aparicio, Miguel Fabre en Sabadell, José Busto en Manresa, etc.

Hasta ahora el objetivo principal era dar a conocer el Judo, un nuevo deporte en nuestro País, siendo el tema practicante-competidor un poco anecdótico, ya que el número de estos era muy reducido, 250 licencias en Cataluña (Francia ya contaba con 150.000)…


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