Por Liliana Navarrete Fa
Responsable de imagen y comunicación ACN
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La escuela de Nanbudo, propia de carácter japonés y fundada por Doshu Soke Yoshinao Nanbu en 1978 tras el ocaso del Karate Sankukai (creado por él mismo), podríamos imaginar fácilmente que se gestó, fecundó y asentó en el corazón de Japón. Pero nada más lejos de la realidad, ya que la historia nos revela un proceso de creación poco tradicional: Un joven Yoshinao Nanbu, un karateka muy reconocido en Japón en los años 60, inició un viaje casi sin retorno hacia Europa en su misión de difundir los fundamentos del Karate Shukokai, y este salto geográfico fue el principio de su épica andadura, pasando por la creación de su propio estilo de Karate en los años 70, para culminar su gran obra maestra, su Escuela propia en los años 80: el Nanbudo.
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Tras más de 50 años residiendo en París como ciudad de referencia y en su misión de expandir el Nanbudo a través del todo el mundo, en el año 2020 exhaló el último aliento, dejándonos huérfanos a miles de nanbudokas en todo el mundo.
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Representación de nanbudokas de Europa
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Desde que nos despedimos de nuestro maestro, y empujados por un deseo de reencuentro y reconocimiento de su memoria, un grupo de 15 nanbudokas provenientes de diferentes países de Europa, se embarcaron el pasado mes de febrero en un viaje al país y ciudad que lo vio nacer: Japón.
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A esta selecta comitiva europea, capitaneada por sensei Leo Rafolt (uno de los máximos referentes a nivel mundial en la actualidad), y junto con el resto de nanbudokas de Escocia, Italia, Noruega, Hungría y Croacia, se unió el sensei Jesús Morreres, máximo representante del Nanbudo en Cataluña y uno de los máximos referentes en el estado español, acompañado por Marc Alfaro, 2º Dan.
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Conmemoración al maestro Doshu Soke Yoshinao Nanbu
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En sus diferentes misiones, dicha comitiva tenía como principal propósito conmemorar y honorar a nuestro maestro, el fundador del Nanbudo, en su país natal, donde descansan sus restos. Este acto de reconocimiento se celebró en el Santuario Heian Jingu en Kyoto, el Santuario más importante de la ciudad. Dirigido por el maestro de ceremonias del templo, la comitiva de nanbudokas oficializó todo un ritual y ofrenda (Tamagushi) en honor al Espíritu y memoria de Doshu Soke Yoshinao Nanbu. Dicha ceremonia estuvo cubierta por un corresponsal del periódico Kyoto Shimbun, el periódico más importante de la ciudad de Kyoto.
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Al día siguiente los mismos representantes visitaron en Kobe la tumba donde descansan los restos del maestro fundador, su ciudad natal. Allí se realizaron diferentes ofrendas y plegarias en recuerdo de su alma.
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Seminario de Nanbudo
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Después de cubrir los primeros propósitos, celebraron un seminario de Nanbudo para sus practicantes. El seminario estuvo impartido por Dai Shihan Leo Rafolt durante dos jornadas de entrenamiento y celebrado en la emblemática sala de artes marciales Butokuden, también situada en Kyoto. Esta sala se construyó en 1899 y es considerada la sala más importante de Japón destinada a las artes marciales.
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Experiencia interdisciplinar
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Aprovechando esta extraordinaria oportunidad de visitar el país nipón, tuvieron el privilegio de practicar diversas artes marciales de referencia en Japón, con sus diferentes maestros.
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El primer encuentro fue en Tokyo con Kato sensei, que dirigió una sesión exclusiva para nuestros nanbudokas, de Tennen Rishin Ryu. Tras esta primera experiencia se desplazaron a la ciudad de Shizuoka, dónde se reunieron con Washizu sensei, que con algunos de sus expertos asistentes ofreció una sesión práctica de Goykushin Ryu.
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El último encuentro concluyó con un entrenamiento de Karate de la mano de Furokawa sensei en Osaka, compartido junto a un gran grupo de alumnos infantiles.
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Japón: Cultura y Tradición
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Dentro del programa de actividades realizadas durante el periodo de doce días que duró el viaje, descubrieron, visitaron y se deleitaron de los lugares más emblemáticos del país. Conocer sus gentes, tradiciones y gastronomía, fueron también un motivo de disfrute y conocimiento de la cultura nipona.
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Con este último y exquisito ingrediente, podemos resumir la misión que motivó a este grupo de nanbudokas a visitar aquel país como una experiencia integral para su cuerpo, mente y espíritu…
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