Por David Ruiz Marull y redacción de EL BUDOKA 2.0
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Judo, Karate, Aikido, Taekwondo, Mugendo, Capoeira, Kungfu, Hapkido, Iaido, Wushu, Taijitsu, Shorinji Kempo, Jiujitsu… Elige de entre todas ellas, el arte marcial que prefieras. Todas ellas mejoran la capacidad de atención y alerta a largo plazo, según un estudio de la Bangor University. “(Estos deportes) requieren un buen nivel de fortaleza física, pero sus practicantes también deben desarrollar una increíble cantidad de agudeza mental”, señala Ashleigh Johnstone, especialista en Neurociencia Cognitiva.
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El análisis publicado en la revista Frontiers of Psichology pretendía determinar si es el hábito el que hace al monje (o si, en este caso, entrenar mejora a la persona) o, por el contrario, son las características innatas de los individuos las que hacen que se decanten por una u otra disciplina. Por eso reclutaron a 48 adultos, 21 practicantes de artes marciales y 27 sin experiencia en estos deportes.
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Una prueba evaluó tres tipos diferentes de atención
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Todos ellos se sometieron a una prueba en la que se evaluaban tres tipos diferentes de atención: la alerta (mantenerse en alerta), la orientación (el cambio de atención) y el ejecutivo (elegir la respuesta correcta cuando hay información contradictoria). “Medimos específicamente estos puntos para evaluar el control mental, ya que investigaciones previas han sugerido que la atención plena y el ejercicio podían tener efectos beneficiosos sobre la atención”, apunta Johnstone.
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La fuerza mental es tan importante en las artes marciales que los investigadores han descubierto que la potencia del golpe de un experto en Karate está vinculado “a un mejor control del movimiento muscular en el cerebro, en lugar de a una mayor fuerza muscular”. Otros estudios también han señalado, por ejemplo, que los niños que practican Taekwondo mejoraron sus puntuaciones en las pruebas de matemáticas.
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Los científicos estaba especialmente concentrados en determinar la capacidad para mantenerse en alerta. Así que invitaron a los voluntarios a su laboratorio y les hicieron un test en el que se les preguntó por el arte marcial que practican (si es que hacen alguno), la frecuencia de entrenamiento y la cantidad de años que hace que se iniciaron.
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Una vez rellenado el formulario, les sentaron frente a un ordenador. Un programa informático les presentó una serie de cinco flechas dispuestas en distintas direcciones. Los participantes tenían que ver cuál estaba situada en el medio y apretar una letra del teclado (”c” para las flechas que miran hacia la izquierda y “m” para la derecha) lo más rápido posible.
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A pesar de que las distintas modalidades de lucha tienen filosofías distintas –algunas más “combativas” y otras más “meditativas”–, los expertos de la Bangor University no los separaron en grupos. “Obtener una puntuación alta en esta prueba (en el laboratorio) sugeriría una mejor condición para responder a acciones impredecibles”, explican.
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“En la mayoría de los entrenamientos de artes marciales hay una simulación de combate. Uno de los objetivos es que los compañeros intenten mantenerse enfocados y eviten que su pareja les toque. Después de todo, nadie quiere recibir un puñetazo en la cara. Es raro que se advierta de cuando se da un golpe, así que hay que permanecer vigilante para poder esquivar”, recuerdan los investigadores.
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Con los resultados en la mano, los científicos descubrieron que los practicantes de artes marciales tenían puntuaciones de alerta más altas que el grupo de deportistas que no se dedicaba a especialidades de lucha. ”Capoeiristas, karatecas, judocas… respondieron a las flechas con mayor rapidez, lo que podría reflejar un control cognitivo más fuerte”, afirman.
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El experimento también permitió analizar los efectos de la práctica de artes marciales mejora la atención a largo plazo, en lugar de producir solo un “breve impulso después del entrenamiento”. “Descubrimos que el estado de alerta era mejor en las personas con más experiencia”, explican los expertos. Los participantes con más de nueve años de práctica a sus espaldas fueron los que obtuvieron los mejores resultados. ”Cuanto más tiempo permanezca una persona en las artes marciales, mayor será su recompensa”, concluyen.
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Beneficios palpables
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Tras concluir que practicar artes marciales proporciona una serie de beneficios, tanto físicos como mentales, podría afirmarse que los beneficios físicos incluyen:
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• Mejora de la condición física: Las artes marciales son una forma excelente de mejorar la condición física general. Sus practicantes desarrollan fuerza, resistencia, flexibilidad y coordinación.
• Aumento de la fuerza y la resistencia: También requieren mucha fuerza y resistencia. Sus adeptos desarrollan músculos fuertes y un sistema cardiovascular saludable.
• Mejora de la flexibilidad: Las aa. mm. demandan una buena flexibilidad, con lo que se aprende a estirar los músculos y mejorar su rango de movimiento.
• Reducción del estrés: Las disciplinas marciales pueden ser una forma eficaz de reducir el estrés. El ejercicio físico y la concentración en la técnica pueden ayudar a sus practicantes a relajarse y despejar la mente.
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Los beneficios mentales incluyen:
• Mejora de la concentración: Las artes marciales requieren una gran concentración. Sus practicantes aprenden a concentrarse en el momento presente y a dejar de lado las distracciones.
• Aumento de la confianza en uno mismo: Su práctica puede ayudar a los practicantes a desarrollar confianza en sí mismos. Los practicantes de artes marciales aprenden a superar sus miedos y a enfrentarse a desafíos.
• Desarrollo de la disciplina: Las artes marciales requieren disciplina. Sus practicantes aprenden a seguir las reglas y a trabajar duro para alcanzar sus objetivos.
• Mejora de la autoestima: Estas disciplinas pueden ayudar a los practicantes a sentirse mejor consigo mismos, con lo que aprenden a apreciar sus propias habilidades y a sentirse orgullosos de sus logros, redundando en una mejor autoestima.
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Conclusiones
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Y aquí es donde disciplinas con un enfoque moderno suponen un valor añadido nada despreciable, tal como nos ofrece Mugendo. Y es que en palabras de su máximo valedor en España: “Mugendo es un arte marcial moderno que ha desarrollado un sistema de entrenamiento basado en la filosofía del Karate combinando técnicas profesionales de combate del Kickboxing, la defensa personal y el Full-contact”.
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Mugendo fue credo por tres grandes figuras deportistas y marciales: Peter Meijic (originario de Yugoslavia), George Canning (originario de Irlanda) y Meiji Suzuki (Okayama, Japón) ensamblaron un Arte Marcial Moderno, con un trabajo técnico orientado a obtener la máxima eficacia real.
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Entrevista a Ricardo Gress
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Para la enseñanza de Mugendo se requiere de instructores profesionales, y algunos de ellos son campeones a nivel europeo y mundial que ejercen como profesores en sus escuelas. Y uno de sus principales cometidos pasa por preservar e inculcar valores morales y marciales a su alumnado, formando personas con una educación y formación que las haga útiles para una sociedad que necesita como agua de mayo una nueva oleada de personas empáticas, educadas, formadas y con espíritu combativo que las haga perseverar.
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Y el enfoque que ofrece Mugendo está dando sus frutos por que poco a poco, con tenacidad y constancia, ya son más de 1.900 las personas que han recibido su cinturón negro de Mugendo, y existen cerca de 40 Dojos de Mugendo en toda España.
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La escuela de formación de instructores sigue dando buenos resultados ayudando a que cualquier alumno que llegue a cinturón negro, que tenga pasión y aptitudes para ayudar y enseñar, pueda cumplir con el sueño de tener su propio dojo.
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Con todo este bagaje, tal como se afirma en el enunciado del artículo no solo potencian la capacidad de atención y de alerta, sino que las artes marciales forman y educan a las personas que con tal predisposición se acercan a ellas.
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