The Aiki-Dojo: ¡Es una trampa!

Por Sensei Dr. David Ito
Jefe Instructor The Aikido Center of Los Angeles, USA
www.aikidocenterla.com
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Traducción: Santiago G. Almaraz
Director CD Kodokai
www.kodokai.es
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Sun Tzu dijo: Toda guerra se basa en el engaño. Esencialmente, a lo que Sun Tzu se refiere cuando habla del engaño es de tenderle una trampa al oponente. Si la afirmación de Sun Tzu es cierta, entonces la teoría puede usarse contra un enemigo o contra mil y, por lo tanto, también se aplica al Aikido. El Aikido, como todas las artes marciales sofisticadas, no derrota a sus oponentes con la fuerza, sino que los atrapa.
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La cita completa de Sun Tzu dice: Toda guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando seas capaz, finge incapacidad; cuando estés activo, inactividad. Cuando estés cerca, haz que parezca que estás lejos; cuando estés lejos, que estás cerca. Ofrece al enemigo un cebo para atraerlo, finge desorden y golpéalo. Por lo tanto, cuando pensamos en esta idea de engaño, lo que realmente estamos tratando de hacer es atraer a nuestro oponente a una trampa. Una trampa se define como una situación en la que la gente espera para realizar un ataque sorpresa.
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El engaño militar o kihen es “un intento de una unidad militar de obtener una ventaja durante la guerra engañando a los tomadores de decisiones del adversario para que tomen medidas o inacción que creen condiciones favorables para la fuerza engañadora.
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Tratando de incorporar esta idea de engaño en nuestro entrenamiento como aikidoka, nos fijamos en el manejo de la espada japonesa y en algo que llaman kyo-jitsu. Kyo significa “no estar preparado” y jitsu significa “verdad” o “realidad”. Se supone que todo artista marcial es “bueno para encontrar puntos débiles” o suki wo mitsukeru nogajozu desu. Los suki son “aperturas” que, consciente o inconscientemente, ofrecemos a nuestros oponentes y que ellos intentan aprovechar para obtener una ventaja y llevarse la victoria.
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Se cree que aprovechamos los puntos débiles cuando estamos en jitsu o conscientes y nuestros oponentes están en kyo o inconscientes. Lo más importante es que el kyo-jitsu se refiere al estado mental de uno durante un encuentro. En el manejo de la espada, golpeamos a nuestros oponentes cuando están en un kyo o en un estado mental consciente y nosotros estamos en un jitsu o una mentalidad instintiva subconsciente. La razón es que nuestras reacciones se basan únicamente en nuestra programación subconsciente previa.
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Normalmente, una persona normal y entrenada reacciona sin pensar desde un estado mental consciente. La persona no entrenada lucha y no puede “pensar” en qué hacer y es más propensa a caer en una trampa. Sus mentes están en un estado consciente que es más lento y sólo pueden absorber 50 bits de información por segundo. Un artista marcial entrenado actúa conscientemente desde un estado mental subconsciente y supuestamente puede ver más allá del engaño presentado. Se supone que la mentalidad subconsciente es más rápida y puede procesar hasta 20.000.000 de bits por segundo.
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Para que una trampa sea buena tiene que tener shikai o los cuatro mandamientos. En Kendo, al shikai se le conoce como las cuatro enfermedades. Las cuatro enfermedades son: kufu o miedo, gi o duda, waku o confusión y, sobre todo, debe ser un kyo o una sorpresa. Por lo tanto, como nuestro oponente no sabe lo que viene, es la sorpresa lo que lo asusta, lo confunde y lo hace dudar de sí mismo, y finalmente lo lleva a darse por vencido. Lo ideal es hacer una trampa en un solo movimiento y en una fracción de segundo. Por lo tanto, nuestros movimientos deben tener un propósito y ser eficientes. En japonés itto ryodan ni suru es un modismo que se supone describe a alguien que es decisivo o exigente, pero que literalmente se traduce como “cortar algo por la mitad sin dudarlo”.
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Miyamoto Musashi dijo: Si logra la virtud de la espada larga, un hombre puede vencer a diez hombres. Así como un hombre puede vencer a diez, cien hombres pueden vencer a 1.000 y 1.000 hombres pueden vencer a 10.000. En mi estrategia, un hombre es lo mismo que 10.000, por lo que esta estrategia es el arte completo del guerrero. Entendiendo la afirmación de Musashi, la misma estrategia es válida en heihou o “el arte de la guerra” para batallas con 10.000 oponentes o solo uno y, por lo tanto, también puede aplicarse al Aikido.
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El Aikido es un arte marcial sofisticado que utiliza la técnica en lugar de la fuerza para derribar a sus oponentes. Curiosamente, jutsu significa “técnica”, pero también puede significar “trampa”. Una buena trampa es complicada pero sencilla. Es complicada en su teoría y práctica, pero simple en su ejecución. Idealmente, son las acciones del oponente las que conducen a su propia caída. Es por eso que cuando hablan de su arte marcial, la mayoría de los aikidoka dicen: El Aikido usa la fuerza del oponente en su contra.
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La técnica de atrapar desde el punto de vista del Aikido es una habilidad complicada que requiere muchos años y muchas repeticiones para cultivarla. El primer paso es neutralizar el ataque de nuestro oponente con movimiento. Sin embargo, este no es un movimiento cualquiera. Se supone que el movimiento de un aikidoka es preciso, eficiente y decidido. Creamos una apertura, los engañamos para que nos ataquen de cierta manera, usamos movimientos decididos para frustrar su ataque y luego caen en nuestra técnica o trampa.
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Por ejemplo, en shomenuchi ikkyo omote no aplastamos al oponente en ikkyo. En cambio, se supone que debemos hacer irimi o “avanzar” en su ataque con awaseru o “armonía” para alinearnos con el poder del ataque. A medida que avanzamos, el oponente se da cuenta de que era una trampa, lo que le hace cambiar de ataque a defensa. A medida que cambian su enfoque, esto hace que su cuerpo se aleje naturalmente de nuestro movimiento por autoconservación. Este alejamiento les hace perder el equilibrio y caer en nuestra trampa (ikkyo). En un buen ikkyo, uke hace todo el trabajo y el nage simplemente los prepara para que caigan en la trampa del ikkyo. Recuerda, un buen Aikidoka es eficiente, preciso y decidido.
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Toda guerra se basa en el engaño, que es la capacidad de superar a nuestros oponentes tanto mental como físicamente. El engaño es una forma de pensar y las trampas son las técnicas en las que engañamos a otros para que caigan. El verdadero poder es tener la capacidad de hacer lo menos posible y aun así obtener la mayor cantidad de retorno. El Aikido es un arte marcial sofisticado en el que atrapamos a nuestros oponentes para que se rindan en lugar de someterlos a golpes. Atrapando al adversario, se hace menos pero se obtiene el mismo resultado…


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