Por José Santos Nalda Albiac (obra publicada)
Aprendiz de Zen
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Origen
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El Zen es una rama del Budismo enseñado por Budha Gautama (el hombre que sabe, el hombre que ha despertado).
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Según la tradición, esta práctica nace cuando el monje hindú Bodhidarma llega a China, hacia el año 520 después de Cristo, y pasa nueve años meditando de cara a la pared en una gruta de un monasterio, estableciendo de esta manera las primeras formas de meditación, que posteriormente transmitiría a todos sus discípulos.
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La palabra japonesa ZEN, es una abreviatura de ZENNA (acción de concentrarse profundamente) que proviene del vocablo chino CH´AN, que a su vez deriva del palí JHANA, y del sánscrito DHYANA, cuyo significado es: meditar sobre una verdad religiosa o filosófica hasta comprenderla profundamente.
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El monje chino Eisai en el año 1190 introdujo en Japón la escuela Rinzai Zen y fundó monasterios en Kyoto y Kamakura. Hacia el año 1200 el monje Dogen introdujo la secta Ts´ao Tung que más tarde se convertiría en la Escuela Soto Zen.
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¿Qué es el zen? (a solas con la noticia)
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No es fácil de explicar con palabras… los auténticos maestros advierten que ”El que sabe no habla, y el que habla no sabe”, y con tal premisa pretender explicar lo qué es el Zen, equivale a manifestarse como ignorante.
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Un discípulo pregunta al maestro:
– ¿Qué es el Zen?
– Cuanto tengo hambre como, cuando tengo sueño duermo. Fue la contestación del experto.
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Alan Watts , el famoso divulgador del Zen en occidente, aconsejaba: “Al escribir sobre el Zen se deben evitar dos extremos: primero, explicar tan poco que el lector quede completamente perplejo, y segundo, explicar tanto que, el lector crea que entiende el Zen”.
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Permanecer por un tiempo a solas con la noticia significa libre de todo apego, idea, imagen, deseo, emoción, etc.
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Antes que explicaciones o definiciones, el Zen es experiencia directa, porque ¿Cómo explicar a una persona el sabor del limón, si no lo ha probado nunca?
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El Zen es la vida misma, y se manifiesta en cada acto cotidiano cuando es vivido con naturalidad, y de acuerdo a los procesos naturales de cada circunstancia.
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El Zen no es una religión, ni una doctrina filosófica, ni una terapia, ni una astucia para conseguir cosas…
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Si la persona se conforma con la lectura de libros o la escucha de conferencias, no descubrirá su verdadera esencia porque tal comportamiento es como el que quiere alimentarse leyendo la carta o el menú del restaurante.
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Zazen
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En general se tiene la idea de que el Zen consiste en la práctica del Zazen:
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“Siéntate en Zazen, en silencio e inmóvil como una montaña, y piensa el no pensar… ¿Qué es el no pensar…? Es no pensar, mantente tranquilo y abandona toda preocupación, no pienses ni bien ni mal”
Maestro Dogen (1200-1253)
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La estructura básica del Zazen se compone de tres elementos:
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1.- La postura corporal. Sentarse sobre un cojín con las piernas cruzadas, manteniendo la cabeza, el tronco y la pelvis en la misma vertical, pero sin forzar, de manera que el peso del cuerpo queda repartido en tres puntos de apoyo, las dos rodillas y el coxis. El dorso de la mano izquierda se apoya en la palma de la mano derecha, y los pulgares se tocan ligeramente sin formar ni montaña ni valle.
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2.- La respiración. Respirar de manera tranquila y profunda, por la nariz, a fin de establecer un ritmo normal, lento y poderoso, cuya frecuencia y amplitud va decreciendo a los pocos minutos, hasta hacerse casi imperceptible.
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3.- La actitud mental. Se trata de no pensar en nada concreto. Pero… ¿Cómo conseguir detener la mente que salta de una cosa a otra sin parar…?…
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Para saber más: https://www.editorial-alas.com/zen-un-camino-hacia-ti-mismo
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