Bajutsu. Una breve introducción a la equitación japonesa

Por Luis Nogueira Serrano
Shibu-chô para España de Mondô Ryû Heihô y graduado como Sôden Menkyô
www.bugei.eu
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En el número 51 de El Budoka 2.0, en septiembre de 2019, realizamos una profunda entrevista a Masashi Yokoyama, 15º Sôke de la tradición Mondô Ryû Heihô, una escuela marcial única con un hondo conocimiento militar y de aplicación a la defensa personal. Desde entonces algunas novedades relevantes han sucedido, como el legado de la tradición al decimosexto Sôke Takayuki Niwa, así como la dedicación en cuerpo y alma de Yokoyama Sôke a la cría y pervivencia de los caballos de raza japonesa. Queremos en estas líneas explicar la razón por la que un maestro de su trayectoria decide enfocar todas sus energías en esta noble tarea de proteger a estas especies en peligro de extinción.
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Los caballos llegaron a Japón desde Asia continental en el entorno del siglo IV de nuestra era. Diferentes razas de caballos provenientes de Mongolia fueron llevados a través de China y Corea. Estas razas se distribuyeron por el archipiélago japonés, convirtiéndose en razas autóctonas kokunaiuma. Se conocen un total de 8 razas niponas:
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1. Dôsanko, oriundo de la isla de Hokkaidô
2. Kiso Uma, única especie nativa de Honshû
3. Misaki Uma, caballos salvajes que se encuentran en el cabo Toi en Kyûshû
4. Miyako Uma, caballos provenientes de la isla de Miyako en Okinawa
5. Noma Uma, raza específica de la isla de Shikoku
6. Tokara Uma, de origen en el archipiélago de RyûKyû
7. Taishû Uma, nativos de la isla de Tsushima, entre Kyûshû y Corea
8. Yonaguni Uma, existentes en la isla de Yonaguni, una isla meridional en las proximidades de Taiwan
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Ocasionalmente se cita a una novena raza conocida como kandachime, o kandachi uma, que realmente es una mezcla de caballo japonés con razas occidentales para generar una especie de dimensiones mayores.
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Bajutsu, equitación japonesa

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Por norma general se trata de caballos de dimensiones reducidas para el estándar occidental, pero son especies más resistentes que rápidas, empleadas para labores de labranza principalmente. No obstante, a partir de las guerras Genpei, fueron comunes en el campo de batalla, desarrollando una profunda relación entre el caballero y su montura, ilustrada brillantemente en el yojijukugo (dicho de 4 caracteres de extensión): jinba ittai (lit. hombre y caballo, un cuerpo).
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Con la llegada del periodo Meiji, a finales del siglo XIX, se instauró una política de consecuencias gravísimas para estas especies. El gobierno Meiji decidió castrar a los machos y mezclar con sementales occidentales con el fin de obtener caballos de mayores dimensiones y con estándares más semejantes a los occidentales. Esta política estuvo cerca de erradicar las razas autóctonas, quedando alguna como los Kiso Uma con apenas solo un ejemplar macho sin castrar donado a un santuario que permitió décadas después revivir esta raza que estaba en peligro severo de extinción. La situación de estas especies es crítica, siendo los Miyako, los Tsushima y los Noma las especies en mayor riesgo.
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Estas especies tienen un encanto que enamora a quien puede mirarlos a los ojos y acariciarlos. Pero más allá de la ternura que despiertan, se trata de especies robustas que acompañaron a los guerreros japoneses por siglos.
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Aunque hoy pueda resultar a ojos ajenos algo descontextualizado, la equitación, bajutsu, era una de las disciplinas fundamentales del samurai. El guerrero debía saber cabalgar, montar y desmontar, así como luchar desde el caballo, pudiendo disparar con el arco en todas direcciones, tanto cargando como batiéndose en retirada. Es imposible entender la tradición militar japonesa sin ser buen conocedor de la equitación militar japonesa y, para ello, resulta de relevancia hacerlo con los estándares de los caballos de la época.
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Es por ello por lo que Yokoyama Sôke dedica en estos tiempos todos sus esfuerzos a la cría de caballos Dôsanko, así como a transmitir esta disciplina caída en desuso. Desde la población de Kashiwara-shi, en las proximidades de Ôsaka, Yokoyama Sôke dispone de un amplio terreno con establos e instalaciones dedicadas a la cría de los caballos, así como espacio para poder cabalgar y realizar las prácticas de equitación tradicional.
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Para más información:
Correo electrónico: info@koroho.jp
Dirección: 642-1 Enmyocho, Kashiwara, Osaka 582-0027, Japón
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