Bôjutsu. El arte del palo samurai

Por Luis Nogueira Serrano
Presidente European Bugei Society
Fûryûkan Bugei Dôjô
www.bugei.eu
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En mis más de 15 años de experiencia docente de Bugei, he constatado que el Bôjutsu, el arte del palo, es una de las que más interés genera entre los noveles. Existe un interés popular en aprender exclusivamente esta disciplina que supera el que otras aparentemente podrían generar potencialmente un mayor seguimiento. Sin embargo, he observado también que este interés va acompañado de algunos mitos y conceptos erróneos derivados de importantes diferencias entre artes del palo con orígenes distintos al japonés, como es el caso okinawense, chino, por no mentar formas de lucha con palo occidental. Con este texto arrancamos una serie de artículos que van a tratar las disciplinas de armas contundentes de madera. Con esta primera entrega nos introduciremos en los orígenes del palo largo dentro de Japón, sus características marciales, así como trataremos sus diferentes tipos y algunos detalles básicos sobre sus formas de uso.
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Para delimitar el ámbito, nos referimos a palo largo a aquél que iguala o supera la envergadura de un hombre medio. En japonés se emplea el término , que se traduce por palo o vara, y a la disciplina que versa sobre su uso se le conoce como bôjutsu (lit. arte del palo). No obstante, el origen del bôjutsu o del mismo es incierto, pero debemos recordar que el hombre ha empleado palos como armas desde el origen de la humanidad, algunas desde hace más de 300.000 años. Por ello se hace difícil encontrar un origen claro. En el Shintô, la religión oriunda de Japón, el palo es un instrumento parte de ritos desde la antigüedad. Por su parte, los Ainos utilizaban un palo de castigo seisaibô llamado sto. Todo ello indica que el palo era utilizado con diversos fines y con escasa o nula referencia documental como sí tienen otras armas.
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Algunas escuelas aluden a que el es una versión depurada de una disciplina arcaica y rudimentaria de emplear los cayados de viaje, tsue con fines defensivos. Algunas escuelas conservan formas de lucha empleando estos bastones para defenderse contra ataques de espada, donde la rusticidad de la vara limita su arsenal a defensas e impactos. No obstante, el descentrado del peso, principalmente por tener un nudo en la cabeza de la vara, aumenta la potencia del impacto en comparación con una vara de sección regular. El empleo de este tipo de instrumentos desarrolló una idea prodigada en relación con el bôjutsu que es un arma no letal que más adelante comentaremos en más detalle.
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Otras fuentes aluden a que el origen del bôjutsu podría encontrarse en la eventual situación en el campo de batalla que un arma de asta (lanza yari, guja naginata…) pudiera descabezarse y quedarse sin su hoja. El esgrimidor tendría únicamente una empuñadura de madera con una longitud similar a la del arma o incluso menor si el arma hubiera podido resultar seccionada en la mitad. La necesidad de emplear este palo resultante parece que urgió a desarrollar técnicas que pudieran sacar al esgrimidor de ese atolladero. En ese sentido, parece lógico que las técnicas tuvieran una proximidad técnica a las disciplinas como el sôjutsu (Ver El Budoka 2.0 nº 52). Esto determina una de las principales características de la gran mayoría de tradiciones de palo japonesas. En Japón, como digo mayoritariamente, el palo se esgrime distalmente como se hace la lanza y no desde el segmento medial como se puede observar en otras formas de combate con palo de otros orígenes allende las fronteras geográficas del Japón medieval. Esta característica permite generar aceleraciones elevadas que aumentan la fuerza de impacto y mantener a distancia a armas más letales como espadas de campaña tachi, a pesar de que la primera sensación para el aprendiz es que se trata de un arma aparatosa y aparentemente lenta en su manejo, que requerirá de esfuerzo y práctica para conseguir esgrimir con soltura, así como una adecuada instrucción en materia de corrección postural para evitar que brazos de palanca elevados en la descarga puedan sobrecargar el cuerpo del esgrimidor y lesionarlo.
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En dependencia de la longitud de la empuñadura de estas armas de asta se estandarizaron las longitudes de los . El más habitual, el rokushaku bô, el palo de 6 shaku, ligeramente más largo a 180cm, se corresponde con una longitud estándar de empuñadura de lanza y naginata (ver El Budoka 2.0 nº 65). Otra medida, más larga es el hasshaku bô, el de ocho shaku, superando los 240cm. Inferior a estos está el llamado sanshaku bô (lit. palo de 3 shaku) o hanbô, medio , con una longitud total de 90cm, que trataremos en un artículo posterior. La longitud de 180cm es una medida virtualmente adecuada para un practicante medio, ya que la dimensión exacta de una envergadura permite que el palo pueda variar de guardia según se esgrime entre movimientos permitiendo una versatilidad inusual en armas como la espada. Para ello se requiere de un elemento técnico que comparte también con las armas de asta que es el suri (lit. frotar), la acción de deslizar el palo en el agarre para conseguir un efecto de reducción del brazo de palanca que incremente la aceleración en el momento del impacto, fundamental para poder desarrollar efectos significativos en el golpeo de esta arma. Longitudes superiores requieren de un mejor manejo de este deslizamiento para poder emplear adecuadamente esta arma. Podemos imaginar que, más allá de la estandarización, existirá una medida adecuada para cada practicante en dependencia de su envergadura y su habilidad y nivel.
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En relación con su sección, su diámetro oscila entre ocho bu (2,4cm) y un sun y 1 bu (3,3cm). La sección habitual es redonda marubô, aunque también se observan ocasionalmente secciones poligonales como hexagonales rokkakubô u octogonales hakkakubô.
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El material habitual es el roble kashi, siendo de preferencia en las zonas orientales de Japón el blanco y en las zonas más occidentales el rojo. Esta madera ofrece una óptima resistencia para la esbeltez del arma y el uso habitual por lo que se considera la más adecuada.
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La tercera de las fuentes indica que el es una aplicación marcial del palo empleado para cargar bultos equilibrados sobre los hombros conocido como tenbin, siendo a su vez también el brazo de una báscula tradicional, una palanca tira hilo en una máquina de costura o una barra espaciadora en pesca. Cito todos estos usos artesanales porque este origen vincula además con otra de las particularidades del , y es que no se consideró nunca un arma de exclusiva instrucción de la clase samurai, sino que fue practicada también por el vulgo como un arte marcial popular. Aún hoy día se celebran festivales con origen campesino en diferentes provincias de Japón (las más conocidas en la prefectura de Aichi) en las que se demuestran algunas formas coreográficas de lucha, principalmente con palos tipo que tienen origen en festividades antiguas y artes marciales externas a las prácticas samurai conocidas como bônote (lit. técnicas/movimientos de palo).
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Otra arma que no tiene relación estricta con lo comentado hasta el momento, pero que por su longitud debe mentarse en este texto es el kanabô o tetsubô (lit. barra de metal/hierro). Se trata de una maza con una longitud entre 1,4 y 2 metros, con sección poligonal, reforzada primeramente con tacha/remaches nagafukurin y, posteriormente, con una camisa metálica hirukanamono. Su objeto era el de llevar un arma masiva que en su lanzamiento aplastara enemigos y rompiera sus armas. Además, era utilizada como ariete en asedios para abrir paso entre portones bloqueados lo que hace una idea del peso y la complejidad de emplearla como arma con agilidad en campo de batalla. El hecho de requerir una fuerza extraordinaria para poder esgrimirla llevó a que muchas obras representaran demonios portando estas armas, más habituales en la imaginería religiosa que en las batallas. Tras el decaimiento en su uso a lo largo del periodo Muromachi, pasaron a ser casi únicamente portadas por vigilantes de las guardias nocturnas de los castillos como símbolo de amenaza para cualquiera que osara tratar de traspasar su guardia.
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El puede usarse para lanzar impactos radiales uchi o axiales tsuki. Los primeros pueden realizarse descendentes, laterales y ascendentes, así como diagonales en cualquiera de las direcciones posibles; mientras que los segundos pueden realizarse descendentes, frontales y ascendentes. Todo ello de forma simétrica por ambos lados, así como a una o dos manos. Además de estas formas, el palo puede realizar defensas, derribos, arrestos, etc., es decir, teniendo un arsenal enorme para aplicar.
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En nuestra tradición, el bôjutsu enseña en primer lugar a enfrentarse a una espada, para posteriormente hacerlo contra otro . Otros estudios enseñan a emplear el en distancias anormalmente cortas y salir victorioso conocidas como toritake, representando precisamente el contexto de batalla donde nos encontramos ante un enemigo que nos ataca con armas de campaña y nosotros hemos perdido la cabeza ofensiva de nuestra arma de asta y quedamos únicamente con la empuñadura. Otro de los estudios es el empleo del como arma de arresto estudiada dentro del taihοjutsu (ver El Budoka 2.0 nº 44). Antes mencionamos que precisamente el hecho de que el fuera un arma no letal, vinculado a estas técnicas de arresto, hacía que se confundiese con que el palo fuera no lesivo. Realmente, las técnicas de palo incluyen impactos que pueden causar traumatismos graves, fracturas óseas, etc. Sin ellos cuesta bastante creer de la efectividad de estos arrestos, por lo que en el aprendizaje y entrenamiento de estas técnicas requiere de incluir, aunque de forma simulada, estos elementos sin los que difícilmente podríamos llegar a resultados equivalentes.
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También se estudia el cómo desembarazarse de un enemigo que agarra nuestro palo para evitar que lo esgrimamos, ya sea para retenerlo o lanzarlo contra un enemigo, precipicio u obstáculo. Igualmente se aprende a cómo emplear el en contra del propio enemigo que lo esgrime, formas conocidas como bôgaeshi, entre muchos otros…


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