Por Carlos Alba Alonso (bibliografía)
7º Dan JIU JITSU RFEJYDA
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El kangeiko de Fuentes de Ebro 2022 planteaba a los profesores asistentes la puesta en práctica de técnicas y formas de trabajo desde el enfoque de cada disciplina, en mi caso desde el JIU JITSU, que tuvieran relación con el CONTROL como forma de enfrentarse a la VIOLENCIA.
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Si por violencia contra las personas entendemos cualquier acción o actitud intencionada con el propósito de causar algún tipo de daño, buscando imponer mi voluntad sobre la de otra persona a través de la coacción, la fuerza o el miedo. Por control podríamos considerar aquella actitud o acción que, de la forma menos lesiva posible, consiga hacer desistir o impedir a nuestro oponente seguir ejerciendo su acción violenta sobre nosotros.
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Este planteamiento, siempre desde el plano conceptual, nos obliga a seleccionar una respuesta con la que podamos neutralizar la acción violenta causando el menor daño posible y así poder conseguir el objetivo deseado.
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En el JIU JITSU encontraremos una gran variedad de recursos técnicos para adaptarnos cualquier situación, pudiendo emplear diferentes técnicas tanto en pie como en suelo.
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La disuasión a través de nuestra actitud y el diálogo debería ser nuestra primera opción en las fases previas a la acción violenta, pero si ésta se produce…
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Debemos estar lo mejor preparados para afrontar el mayor tipo de situaciones, para que llegado el caso, estar en mejores condiciones de saber interpretarlas de forma conveniente y con ello poder discriminar y actuar de la forma más apropiada y proporcionada a las mismas. Si disponemos de la suficiente preparación, estaremos en mejores condiciones para realizar las acciones adecuadas de la forma más correcta y segura.
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La violencia se puede manifestar de muchas formas y con diferente intensidad. Hay que orientar nuestra respuesta de manera que podamos desde el primer momento adaptarnos a la situación y el entorno, para intentar evitar que la acción violenta nos produzca daño o nos paralice. Debemos procurar alcanzar lo antes posible una posición de ventaja para ganar la iniciativa y de esta forma poder escapar, o bien controlar a nuestro oponente para hacerle desistir de su actitud o si es necesario reclamar ayuda que facilite este control.
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Desde un punto de vista racional nuestra respuesta debería ir encaminada a anular la acción violenta sin que nuestra reacción pueda dar lugar a incrementar el nivel de violencia, sino todo lo contrario. Este propósito no será fácil, dado que nuestra reacción estará muy condicionada por la interpretación que haga nuestro cerebro de la agresión, pudiendo reaccionar de manera instintiva si es interpretada como una situación de peligro para nuestra vida o la de otros.
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Las situaciones de agresión y de respuesta a que a continuación se presentan tienen como propósito trabajar movimientos que nos proporcionen lo más rápidamente posible una situación de ventaja sobre nuestro oponente y con ello poder modular la intensidad de nuestra respuesta para finalmente conseguir una situación de dominio sobre el cuerpo del contrario que le impida en lo posible la movilidad a la vez que se efectúa un control sobre las articulaciones de sus brazos y con ello causar en menor daño posible.
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Para introducir un factor diferencial con las propuestas de otras disciplinas, en todas las acciones se contempla el trabajo en el suelo, bien por considerar conveniente que es la mejor forma de controlar a nuestro oponente o bien porque nuestra situación inicial es la de estar en el suelo al haber sido derribado previamente o por cualquier otro motivo…
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