Por J. Sala
Redacción de EL BUDOKA 2.0
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Sensei Esther Yepes es una mujer y artista marcial muy fuerte, mental y físicamente. Su perseverancia y determinación la han llevado por el camino que ella eligió hace años. Ha tenido la fortuna de tener personas a su lado que la han ayudado y la han acompañado, pero ha sido su tesón y esfuerzo la clave de todo. A través de sus respuestas podemos conocer y entender su trayectoria, condicionantes y cómo superarlos con la ayuda de Mugendo y sus compañeros de dojo.
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Buenos días Esther y muchas gracias por dedicarnos tu tiempo.
Buenos días, para mi es todo un placer.
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Empecemos por el principio ¿desde cuándo practicas artes marciales?
Realmente el único arte marcial que he practicado es Mugendo, ya que, cuando yo era pequeña era una niña muy masculina y, aunque yo quisiera practicar artes marciales, mi madre decidió apuntarme a ballet para potenciar mi feminidad. Tras ocho años en esta disciplina comencé a practicar actividades aeróbicas hasta llegar a entrenar con la campeona del mundo de fitness, Juani Martínez. Después de ello comencé a practicar Mugendo.
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¿En tu entorno había más personas practicantes de artes marciales?
Mi hermano Christian cuando era pequeño practicó Judo y Karate, dando la casualidad que su profesor de Karate en aquel momento es, a día de hoy, nuestro Master Ricardo Gress. Tras el paso de los años, cuando yo ya estaba casada y con una niña de seis años, él descubrió Mugendo Gavà y comenzó a practicar este arte marcial. Fue entonces cuando me lo recomendó para mi hija y comenzó a practicarlo ella también.
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¿Te encontraste con más chicas en tus inicios?
Yo entrenaba por las mañanas, antes de ir a trabajar, y aunque predominaba el número de hombres también había bastantes mujeres. Una de ellas, una chica cinturón azul que me dejó impresionada con sus habilidades y su fuerza, se convirtió en mi mejor amiga y aún a día de hoy mantenemos una estrecha amistad.
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¿Qué habría que hacer para lograr más presencia femenina en estas disciplinas?
Demostrar al género femenino que cualquier deporte puede ser realizado por ambos géneros y estas disciplinas no son la excepción. En las escuelas Mugendo nuestros entrenamientos están enfocados tanto para hombres como mujeres, por ello cada día son más las mujeres que se unen a nuestra familia. Es un trabajo duro, ya que, durante años hemos creído y se nos ha hecho creer que somos el sexo débil. Las mujeres deben saber que pueden aprender a ser fuertes y a defenderse ellas mismas sin ayuda de los demás. Nuestras escuelas Mugendo imparten cursos de defensa personal para ayudar a aquellas mujeres que van por la calle con miedo, y en nuestros entrenamientos diarios también enseñamos técnicas de defensa para todos los niveles.
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¿Qué te aportan las artes marciales a ti como persona?
Las artes marciales se han convertido en una filosofía de vida, no son solo un deporte si no que es una disciplina que nos ayuda tanto fuera como dentro del dojo. Personalmente durante una etapa de mi vida sufrí acoso laboral y acoso en la calle. Gracias a las artes marciales conseguí poder sentirme segura y encontrar la confianza en mí misma.
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¿Qué personas, instructores, maestros destacarías en tu trayectoria marcial?
A mi Sensei Elisabeth Álvarez por darme ese empujón para atreverme en esta disciplina, por entrenarme y ayudarme a lograr ser la mujer que soy, una mujer fuerte y luchadora que, pese a todo, sigue adelante. A mi Sensei Javier Sáenz por creer en mí y acompañarme en este camino. A mi familia por estar siempre a mi lado y apoyarme en todas las dificultades que me ha puesto la vida, a mi hermano que es mi gran ayuda con la escuela y juntos a día de hoy son los dos pilares fundamentales de mi vida.
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¿Desde cuándo practicas Mugendo?
Comencé hace ya 11 años en el dojo de Gavà, después de apuntar a mi hija a Mugendo. Sensei Elisabeth, en aquel momento mi sempai, me propuso que hiciera yo una clase de prueba y desde entonces hasta el día de hoy practico este arte marcial.
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¿Y desde cuándo impartes tú las clases?
Abrí mi propia escuela de artes marciales hace siete años. Desde entonces imparto las clases de la mano de mi hermano Christian.
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¿Qué puntos fuertes utilizarías para atraer el interés de personas ajenas hacia esta disciplina?
La pedagogía que se aplica con los niños en las clases es uno de nuestros puntos fuertes, ya que hacemos un seguimiento de cada niño individualmente a través de una agenda que los padres han de rellenar. Les inculcamos valores como el respeto, la disciplina, el autocontrol y nos preocupamos por ellos tanto dentro como fuera del dojo.
Por desgracia el bulling sigue existiendo y nosotros ayudamos a aquellos niños que están sufriendo este tipo acoso. En nuestras escuelas hay un ambiente familiar que no distingue de géneros ni edades, donde reforzamos las cualidades de cada persona y nos adaptamos a las necesidades de cada uno, tanto sea para mantener una forma física, para evolucionar marcialmente o para poder llegar a competir.
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Una persona que desee formarse a través de Mugendo, pero que no se sienta atraída por la competición, ¿se encontrará bien en un entorno como éste?
Sin duda alguna, ya que, como he mencionado en la pregunta anterior nos adaptamos a lo que cada persona busca encontrar con nosotros. Yo soy un claro ejemplo puesto que cuando empecé mi intención no era competir ni llegar a ser cinturón negro, pero con el tiempo cambié de mentalidad. A día de hoy, a mis 47 años, he competido en dos campeonatos de Cataluña y tres de España y el último, en el cual quedé primera, fue hace tres años. Desde entonces ya no me enfoco en competir si no en mejorar a nivel marcial y transmitir mis conocimientos a mis alumnos…
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